Para tratar con el poeta. Acto final y coda del día siguiente

  Por Tura Varla  Llegamos a su casa por una escalera oscura de esas del gusto de los poetas, enroscada y resbaladiza. Por supuesto, Posmoderno no tenía la menor intención de preocuparse por mis tacones altísimos, ni mi estado de empapamiento mortal, ni por el surrealismo de la noche, ni por nada práctico como presionar a la comunidad para que pusiera un ascensor. Vivía en un quinto, yo me había quitado los zapatos y me planteaba si me quedarían pulmones […]

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