Y seguimos con los vampiros
Por José A.Cartán. Hace unos días fui objeto de un bonito presente cinéfilo. Se trata de una de
Leer másPor José A.Cartán. Hace unos días fui objeto de un bonito presente cinéfilo. Se trata de una de
Leer másPor Hilario J. Rodríguez Nuestros problemas con la memoria tienen más relación con la manera como recordaremos las cosas que con las cosas que recordaremos. Hace unas semanas Ingmar Bergman murió y hoy, mientras comenzamos a olvidar su rostro, otros rostros van ocupando el lugar que hasta hace poco ocupaba él mismo. Ya no somos capaces de verlo, en su retiro voluntario en la isla de Fårö, pero su fantasma nos acompaña en silencio. Con él, vemos cómo los rostros de Alma (Bibi Andersson) y Elizabeth Vogler (Liv Ullmann) se vuelven uno solo en Persona (Manniskoätarna, 1966), quizás para decirnos que cuando nos paramos ante un retrato y notamos en él algún tipo de sentimiento ese sentimiento no le pertenece por completo. Se trata de algo compartido, algo que pertenece también a otras personas. Entonces comprendemos que el retratado puede ser en realidad el retratista, una excusa de este último para reconocerse a sí mismo en otras personas o para depositar en otros lo que no es capaz de asumir como propio.
Leer másPor Hilario J. Rodríguez Si -como dice John Waters- «es necesario tener muy buen gusto para llegar a entender el mal gusto», antes de sentirnos gratificados con Pink Flamingos, Desperate Living o Crybaby, el lágrima deberíamos haber sabido apreciar las películas de Alain Resnais, Pier Paolo Pasolini o Philippe Garrel. En otras palabras, primero viene la gallina y luego el huevo. Pero ¿son así de fáciles las cosas? No lo creo. Lo que el cineasta norteamericano quiere decir es que en cuestiones relacionadas con el arte no se pueden abolir fronteras sin haber estudiado previamente el mapa del mundo. Es preciso comenzar sabiendo qué es el arte si uno pretende proponer nuevas definiciones.
Leer másPor Hilario J. Rodríguez Si un día me dijesen que Woody Allen prepara una serie de televisión y que no volverá a dirigir cine, no lo lamentaría en absoluto. Al fin y al cabo, ¿cuál es la diferencia entre sus películas y los episodios de Mujeres desesperadas? Prácticamente ninguna. Siempre se pueden apreciar las mismas obsesiones, los mismos personajes, la misma esfera social, los mismos escenarios, los mismos chistes… Reconozco, eso sí, que la reiteración de ciertos elementos es una seña de identidad que comparten las series televisivas y el cine de autor. La rutina y la familiaridad suelen ser los elementos que generan fans más incondicionales.
Leer másPor Hilario J. Rodríguez El musical vuelve a estar de moda. Hasta hace poco había quienes creían que se trataba de un género muerto, pero en realidad nunca ha sido así. Quizás lo que estaba y sigue muerto sea el musical al estilo hollywoodiense. Hoy en día, el cine musical se ha vuelto bastante multiforme en parte debido a que ya no existe un público homogéneo que acepte el mismo tipo de música. Cada persona tiene sus prioridades.
Leer másPor Hilario J. Rodríguez
Muchas de las cosas que nos rodean son kitsch y las definimos como tales aunque no sepamos exactamente qué queremos decir. A veces nuestra incapacidad se debe a la relación íntima que mantenemos con ciertos objetos.
Por Samantha Devin. El rostro. El mago. Un carromato recorre entre la niebla un sendero agreste. Alrededor, un bosque
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