El mayor ego de la historia
Por Guille Ortiz. Empecemos por la Chica Tranquila pasando mis fotos al ordenador y retocándolas con el Photoshop, buscando efectos
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Leer másMe enamoré de ella porque se sabía los diálogos. No quiero decir que se los supiera de memoria sino que
Leer másPor Guille Ortiz. Besaba a una chica en la fiesta de inauguración de una discoteca de moda. Plaza del Carmen.
Leer másPor Guille Ortiz. A Cheever le siguió Vila-Matas. En medio quedó Severiano Ballesteros. No siento ningún pudor a la hora
Leer másPor Guille Ortiz. La última vez que leí a John Cheever fue en un pueblo de la costa catalana, cinturón
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