«Noc»: el último vodevil sensacional de Los Quintana
Por Horacio Otheguy Riveira
Los Hermanos Quintana trajeron a España de allende los mares un universo cómico-musical que no se parece a ningún otro. El vodevil francés tamizado de ingeniosa tecnología, vestuario de excepción, picaresca de humor blanco, cantantes, actores y bailarines de grandes escuelas internacionales.
Esta vez sólo David Quintana es el máximo responsable, pero el sello de la Hermandad Hilarante que satiriza y a la vez rinde homenaje, sigue en pie creando un espectáculo con un ritmo frenético en el que más de una vez te sientes mareado porque tu propia risa te sabe extraña, como desprendiéndose de tu cuerpo, lanzada al propio ruedo de unos artistas que lo mismo marcan un claqué a lo Cotton Club, que dan lustre a la fonomímica de diálogos y canciones de películas y teleseries de una cursilería o estupidez que en sus bocas y cuerpos se convierten en una inclasificable obra de arte.
20 años a pie de obra
Los Quintana son los hermanos argentinos David y Fernando Quintana, formados en el mítico Centro Cultural Ricardo Rojas de la Universidad de Buenos Aires en las disciplinas de teatro, clown y varieté. Fusionan el teatro con el transformismo, trabajan a la perfección la técnica de la fonomímica y crean sus propios espectáculos, todos bajo la dirección artística de David Quintana. Y siempre como base, material de bandas sonoras de películas, fragmentos de teleseries, publicidad televisiva y canciones populares, con un repertorio musical alegre y melodramático, con un minucioso trabajo de investigación y edición.
Ya han estrenado más de 20 espectáculos diferentes, numerosas direcciones artísticas y apariciones estelares en televisión durante más de veinte años de carrera.
Muchas gracias, mi amooooor…
NOC, una sigla en su tercera temporada, esta vez en una sala mejor dispuesta y con mayor aforo, más público carcajeante y asombrado ante el desfile de secuencias cómicas que se deslizan con gran seguridad y una rapidez increíble en cambios de ropa y de maquillaje para servir el desfile humorístico que siempre permite filtrar emociones profundas, el arte supremo de la frivolidad como un rasgo humano único, necesariamente pendiente de la poesía que transmiten estos artistas que bailan y cantan con maestría.
El arte de la fonomímica no es un playback al uso, es una dimensión teatral que permite trascender el fenómeno de representar a otros, entre otras sorpresas, porque algunos de esos «otros» son los propios artistas en sala de grabación, imitados por ellos mismos en escena.
Imposible de explicar y mucho menos detallar el caudal de imaginación y creatividad que se encuentra en este NOC (cuyo significado queda a merced del deseo de cada uno), pero para que te hagas una idea más aproximada de lo que te vas a encontrar, te comento que hay una vedette de rompe y rasga, lo mismo que un maestro de ceremonias gordo que sabe reírse de sí mismo e inventar situaciones incomparables; un homenaje al cine mudo en perfecto blanco y negro donde las sublimes exageraciones de entonces se entrecruzan con muchas de hoy, e infinidad de pequeños grandes momentos hasta llegar a un final inolvidable.
Y poco antes, por ejemplo, una repentina llamada telefónica recibida por uno de los actores. Del otro lado de la línea le envían una retahíla de «hijo de puta, hijo de puta, hijo de puta…» Tras el impacto inicial, el hombre responde cantando un bolero…
Muchas gracias, mi amor, por acordarte de mi madre…
Lo dicho: un show magistral del que sales con una espléndida sonrisa que te durará mucho tiempo. Y hasta te sorprenderá despertarte por las noches partiéndote de risa entre trajes, banda sonora y bailarines de una gran revista musical.
Idea original y dirección: David Quintana. Actor y director de la compañía Los Quintana
Intérpretes: Nuria Benet, Isabel Dimas, José Cobrana, Zaida Díaz. Elsa Cabo, Sergio Franco, David Vento
Diseño de escenografía: Alessio Meloni
Diseño Gráfico: Sito Recuero
Fotografía: Manolo Pavón
Audiovisuales: Sebastián Ugarte
Diseño de Vestuario: Los Quintana
Realización Vestuario: Fernán Flores y Carola Gómez