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«Mefisto for ever»: gente de teatro en la boca del lobo fascista

Horacio Otheguy Riveira.

Una obra en la que el Tercer Reich está muy presente con pequeños detalles, pero sin nada tradicional como esvásticas, banderas o nombres y apellidos de la época. Lo esencial: el ascenso de un régimen de ultraderecha al ganar las elecciones en un país donde el enemigo es siempre lo extranjero sumado a cualquier oposición progresista. Hay una frase que aparece en el dossier de la Compañía, que no se menciona en el escenario, pero está muy viva en toda la trama. La firma quien fuera destacada autoridad en el equipo de Hitler:

«(Al) pueblo siempre se le puede someter a la férula de sus dirigentes. (…) Todo lo que hay que hacer es decirles que están siendo atacados y acusar a los pacifistas de que no están siendo patriotas, exponiendo al país a un peligro aún mayor. Así funciona en todos los países». Hermann Göring durante su juicio en Núremberg, donde fue condenado a morir en la horca.

Y más abajo: «Una fábula contemporánea sobre arte y política, integridad y traición, pasión y oportunismo».

A partir de estos planteamientos se ha elaborado un espectáculo que aborda lo político en la raíz de la tormenta ideológica y emocional de los personajes. Y en él, Sonia Almarcha es en todo momento un protagonista masculino de gran personalidad y complejas contradicciones: la pasión por su arte (destacado actor y director teatral) y el afán de aferrarse a él pactando con las autoridades fascistas, adquiere proporciones fabulosas en el trabajo de la actriz/actor que empieza muy arriba, nada menos que con una de las escenas más potentes de Hamlet. Le siguen dos horas de una progresiva creación corporal que le permite comportarse como un apasionado Kurt Köpler, en escena y fuera de ella, hasta confundir qué es ficción y qué realidad, cuándo es Ricardo III o él mismo en lucha con sus contradicciones o gozando el deseo que profesa por una de las actrices de la Compañía. El proceso creativo de Almarcha cuenta con una trayectoria tan interesante que, a poco que se recuerde, se percibe una preparación exhaustiva (Siveria, En la orilla, Cocina…) para esta su primera encarnación de un hombre. Lo más notable es la ambigüedad sexual creada, sin salirse de Kurt: es decir, allana con enorme talento los límites de lo masculino-femenino, tan polémicos hoy día, para abordar lo esencial: la vertiginosa carrera de una creatividad que se empeña en existir por sí misma, al margen de los cadáveres  que una flamante dictadura promueva a su alrededor.

A su lado, Elisabet Gelabert interpreta a una primera actriz muy querida por sus compañeros. Decide exiliarse y enviar mensajes de éxito irreal. Luego, la misma intérprete interpreta a otra actriz, una enchufada sin experiencia, al principio muy tonta, que evoluciona como ser pensante y crítico. Es una Gelabert por dos en un mismo escenario; con Sonia Almarcha dan mucho de sí en esta función en gran medida coral, con una Mami ejemplar en la espléndida composición de una anciana del teatro a quien todos adoran, Esperanza Elipe. Un trío de colosales intérpretes que saben moverse por el intrincado paisaje del horror social, de la calle inquietante, y la maravilla de un Teatro Nacional algo vetusto, pero que contiene suficiente hermosura como para caer fascinadas cuando a diario se llena de público; espectadores anhelantes de obras del gran repertorio europeo, incluso Goethe, el alemán que quiere el régimen, quien con su Fausto compuso un Mefistófeles capaz de comprar todas las almas posibles de adquirir con un mero apretón de manos.

Se trata de un texto cuyo origen es una novela alemana, Mefisto (DeBolsillo), que Klaus Mann escribiera al calor del ascenso nazi, en 1936. Luego se exilió y murió en Francia con 42 años. En 1982, Klaus Maria Brandauer protagonizó una versión en cine con el mismo título, dirigida por el húngaro Itsvan Szabó.

Mefisto For Ever es una versión teatralizada por Tom Lanoye (Bélgica, 1958) y traducida por Julio Grande. Además de las actrices mencionadas, cuenta con un bien forjado reparto en variados papeles —todos ellos interesantes, huyendo de estereotipos—.

 

 

 

Cuatro actrices, cuatro actores, que asumen los papeles de otros intérpretes. Teatro dentro del teatro con el palpitante corazón de un aluvión político que no permite la indiferencia.

 

Adaptación libre de Mefisto de Klaus Mann
Texto: Tom Lanoye

Reparto: Sonia Almarcha, Elisabet Gelabert, Esperanza Elipe, Iván Villanueva, Paula García Lara, Nacho Redondo, Darío Frías, Cristina Varona

Traducción: Julio Grande
Dirección: Álvaro Lavín
Iluminación: Luis Perdiguero
Diseño audiovisual: Elvira Ruiz Zurita
Música: Iñaki Salvador
Espacio sonoro: Alberto Granados
Escenografía y vestuario: Anna Tussell y Arantxa Ezquerro
Diseño Gráfico: Causa efecto
Ayudante de dirección: José Luis Sixto
Asistente de producción: Sara Pérez
Dirección técnica: Rafael Catalina
Producción: Meridional Producciones, Vaivén Producciones y El Gatoverde Producciones

Una producción de Meridional Producciones, Vaivén Producciones y El Gato Verde Producciones

Meridional Producciones cumple 30 años de trayectoria este año.

TEATRO FERNÁN GÓMEZ HASTA EL 26 DE MARZO 2023

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