Hablamos con Gloria Martin a propósito de «Cuando yo era Antonio Molina»
Por: Elisabeth Alabarce (@EliAlabarce)
Maestra, profesora de piano, licenciada en Filología Hispánica, poetisa, compositora y escritora. Gloria Martín se estrenó en el ámbito literario en 2011 con «Nos recibirá la tierra«, obra que dio inicio a una trilogía sorprendente y vibrante que tiene como eje vertebrador la música.
Tras dos años de intenso trabajo de redacción, el pasado abril publicó «Cuando yo era Antonio Molina«. <<Es tan cómica como dramática, y el final es sorprendente>>, así es como Martín describe una novela que se presenta como la segunda entrega de la trilogía.
Cuando el talento se lleva dentro no hay nada que lo pueda parar, es por ello que la autora no se detiene y nos confiesa que acaba de finalizar el tercer libro de la colección.
Hemos tenido la oportunidad de hablar con la polifacética Martín sobre la historia que se narra en «Cuando yo era Antonio Molina», el proceso de escritura, la acogida del lector y su trayectoria profesional.
¿Qué lleva a una maestra, profesora de piano y licenciada en Filología Hispánica a adentrarse en el mundo de la escritura literaria?
Siempre, desde pequeña, he escrito poesía y relatos, aunque nunca me preocupé de publicar. Fue cuando empecé a impartir talleres de escritura creativa, hace unos ocho años, que comencé a tomarme más en serio lo de escribir. Mi primera novela, “Nos recibirá la tierra” fue un intento tímido, pero que me dio el impulso que necesitaba para dedicarme de lleno a contar historias.
La mejor manera de conocer un libro es leyéndolo y adentrándote en la historia que narra, pero ¿podrías ponerles el caramelo en la boca a todos aquellos que ahora estén indecisos en comprar o no “Cuando yo era Antonio Molina”, y explicarles brevemente qué se van a encontrar entre sus páginas que no les va a decepcionar?
Van a encontrar una historia de muy fácil lectura, incluso, aparentemente trivial, pero que reflexiona sobre grandes temas como el amor, la muerte, la amistad y el perdón, desde la perspectiva de una niña de ocho años. Es tan cómica como dramática, y el final es sorprendente.
Define a la niña protagonista, Toni Sensat, en una palabra.
Precoz.
Como has adelantado antes, en 2011 publicaste tu primera novela “Nos recibirá la tierra” y la ilustración de la portada fue elaborada por tu hija Montse Martín. La imagen de la portada de “Cuando yo era Antonio Molina” es muy llamativa, ¿también ha sido ella la creadora?
Por supuesto. En nadie podía confiar tanto como en ella; es quien mejor me conoce y me sabe leer. La portada y el título de una novela son importantísimos. Mi hija es, además de una gran ilustradora, una artista muy honesta. Intenta, antes de ilustrar una portada, leerse de cabo a rabo la novela, si es posible. Eso le da una visión fantástica de lo que el autor ha querido decir.
Me gustaría hacer referencia a algo que me llama la atención. Cuando leemos un libro, en nuestra mente se dibujan los escenarios, los personajes, los acontecimientos, etc., todo ello es un proceso muy creativo y personal. ¿Por qué se ha optado por ilustrar la portada del libro con una imagen de la protagonista?, ¿no consideras que está condicionando al lector cuando él se disponga a imaginar al personaje?
Creo, sinceramente, que ningún lector podría imaginarse a Antonieta Sensat de otra manera. Es una niña delgada, pelirroja, de mirada intensa y expresión de adulta; el vestuario es exacto al que lleva Antonieta cuando actúa; la maravillosa niña de la portada sabía perfectamente a quién tenía que representar; la fotografía fue realizada expresamente para el libro en el estudio de Mark Schardan, gran fotógrafo de actores. Todo, pues, estuvo perfectamente medido para que Antonieta Sensat, un personaje de ficción, tomara forma real.
¿Cómo se te ocurrió la idea de escribir esta historia, bajo mi parecer, tan dulce y amarga al mismo tiempo?
Esta novela nació de un relato, y luego de un poema. En ambos, yo rememoraba un recuerdo muy concreto de mi infancia. Poco a poco, la ficción fue ganando a la realidad, y aquella niña que se parecía bastante a mí, fue tomando vida propia y se convirtió en protagonista de una historia que poco tiene que ver con la mía
¿Cómo fue el proceso de redacción de “Cuando yo era Antonio Molina”?
Largo, un par de años, pero muy intenso, bueno, yo soy muy pasional, si disfruto lo hago de verdad, y si sufro, también. Con esta novela he reído y he llorado a partes iguales. Estaba abducida por mis propios personajes.
¿Presentaste la novela en diferentes editoriales o directamente recibiste de la editorial ‘Suma de Letras’ el apoyo que necesitabas?
Sí, la presenté a varias editoriales, mejor dicho, la presentó mi hija, que confiaba ciegamente en la novela. Y, en cuanto habló con Pablo Álvarez, director de Suma, me dijo: éste es tu editor y ésta tu editorial. Confiaron, y la confianza fue recíproca.
Si un guionista o un director de cine te propone adaptar tu novela y llevarla a la gran pantalla, ¿aceptarías?, ¿por qué?
Por supuesto. Es una novela muy icónica, estoy segura de que podría salir de ella una buena película. Ángela Molina siempre se ha mostrado dispuesta a interpretar una adaptación al cine de la novela.
¿Cómo notas que está acogiendo el lector “Cuando yo era Antonio Molina”?
Con entusiasmo. No sé si se está vendiendo o no, pero en las presentaciones y a través de las redes, me emociona la respuesta de los lectores. Me hablan de “la Toni” como si fuera una niña real y me envían fotos de diferentes partes del mundo con mi libro. Creo que esa mezcla de humor surrealista y drama, y la poesía que salpica toda la novela, engancha a lectores de perfiles muy diferentes.
Me parece muy curioso el hecho de que en tu primera novela, “Nos recibirá la tierra”, tenga como protagonista la vida de unos ancianos, mientras que en “Cuando yo era Antonio Molina” tiene más relevancia un personaje infantil. ¿Por qué has elegido para tus obras estas dos etapas de la vida tan lejanas generacionalmente hablando y tan cercanas a la vez?
Esta novela forma, en realidad, parte de una trilogía, con la música como hilo conductor: en “Nos recibirá la tierra”, los boleros; en “Cuando yo era Antonio Molina”, la copla; en la tercera, la música clásica. Para conseguir una relación entre los protagonistas y el estilo musical, he elegido a los ancianos para el bolero; a una “niña prodigio” de las que proliferaron entre los 50 y 60 del pasado siglo, para la copla; a un par de adolescentes, futuros concertistas de piano, para la música clásica. Como ves, el perfil y la edad de los protagonistas han estado en función del estilo musical. Ha sido un trabajo apasionante, porque, si hay algo que yo ame tanto como la literatura es la música.
No solo escribes novelas, sino que también has grabado cinco discos con temas propios, has obtenido premios en certámenes de relatos y de poesía y, recientemente, presentaste tu primera obra teatral “El traje” en La Mostra de Teatre de Lleida. ¿Cuál dirías que es el eje vertebrador de todas estas creaciones que nacen de la artista que llevas dentro?
Creo que la palabra ha inspirado mi música (siempre me consideré mejor letrista que compositora), y, por otro lado, que la música ha inspirado mis relatos, mis poemas, mis obras dramáticas y mis novelas. La palabra y la música han sido siempre mi forma de auto explorarme, reflexionar y comunicarme con los otros. Nunca lo había pensado, pero seguramente hay dos ejes vertebradores que se nutren el uno del otro.
¿Estás pensando ya en una nueva novela?, ¿puedes adelantarnos algo de ella?
No es que esté pensando, es que la tengo terminada. La concluí ayer mismo, en el jardín de la casa familiar de un pueblo precioso y muy evocador literariamente: Olmedo. Hablo en esta tercera novela de la relación patológica de dos adolescentes con la música y con sus madres. Es una novela negra un tanto peculiar, una especie de parodia del género. Una historia muy sórdida; me encanta cambiar de registro, aunque seguro que el lector verá mi vena poética enseñando la patita. No tengo remedio.