Antonia Bocero nació en Córdoba (España). Como poeta tiene publicados los libros Camino a Sérifos -obra que conforma los poemarios “El Cubil de los Sueños” y “Las Locuras tienen Cien Días” (IEA, 1999)- y Ángel de Guerra (Editorial Vitruvio, 2010). Ha dado a conocer su...
Vida, Dios y felicidad – Larra
«Muchas cosas me admiran en este mundo: esto prueba que mi alma debe pertenecer a la clase vulgar, al justo medio de las almas; solo a las muy superiores, o a las muy estúpidas les es dado no admirarse de nada. Para aquéllas no hay cosa que valga algo; para éstas, no...
«La espera», de María Reznik
Os presentamos la novela de María Reznik, La espera (2010). María nos explica que la «historia comienza un atardecer de sábado. La joven Sara, nerviosa y acicalada como nunca antes ha estado, se dirige a la estación de tren para encontrarse con Yoshiro, de quien está...
«La dama de Verona», Anatole France
«Este relato fue hallado por el R.P. Adone Doni en los archivos del convento de Santa Croce, de Verona : "La señora Eletta de Verona era tan maravillosamente bella y bien formada que los eruditos de la ciudad que tenían conocimientos de historia y mitología llamaban a...
Elogio de la ociosidad [Edhasa], B. Russell
«Podrá decirse que, en tanto que un poco de ocio es agradable, los hombres no sabrían cómo llenar sus días si sólo trabajaran cuatro horas de las veinticuatro del día. En la medida en que ello es cierto en el mundo moderno, es una condena de nuestra civilización; no...
«La torre de las ratas», V. Hugo
«Desde que había empezado a anochecer, sólo tenía un pensamiento. Sabía que, antes de llegar a Bingen, un poco antes de la confluencia con el Nahe, encontraría un extraño edificio, una lúgubre morada ruinosa, de pie entre los juncos, en medio del río y entre dos altas...
Discurso de J. Saramago al recoger el Premio Nobel (1998)
«El hombre más sabio que he conocido en toda mi vida no sabía leer ni escribir. A las cuatro de la madrugada, cuando la promesa de un nuevo día aún venía por tierras de Francia, se levantaba del catre y salía al campo, llevando a pastar la media docena de cerdas de...
Felicidad y Filosofía – Rousseau
«El objeto de la vida humana es la felicidad del hombre, pero ¿quién de nosotros sabe cómo se consigue? Sin principio, sin fin cierto, vagamos de deseo en deseo y aquellos que acabamos de satisfacer nos dejan tan lejos de la felicidad como antes de haber conseguido...
‘Eugenia Grandet’, de Balzac [Siruela]
«Hay en ciertas ciudades de provincias casas cuya vista inspira una melancolía igual a la que provocan los claustros más sombríos, las landas más mortecinas o las ruinas más tristes2. Quizá haya a un tiempo en estas casas el silencio del claustro, la aridez de las landas y la osamenta de las ruinas: la vida y el movimiento son en ellas tan tranquilos que un forastero las creería deshabitadas si de improviso no encontrase la mirada pálida y fría de una persona inmóvil cuyo rostro cuasi monástico asoma en el alféizar de la ventana al ruido de un paso desconocido.[…]»