"Love is a game", Óscar M. Prieto
Os presentamos la novela de Óscar M. Prieto, Love is a game, con un amplio anticipo para que empieces
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Leer másOs dejamos un fragmento de una de las obras cumbre de Delibes, La sombra del ciprés es alargada: «La felicidad
Leer máslaire estaba enferma; la velaba noches enteras y, al marchar de su casa, cada vez, invariablemente, perdía el último metro y entonces recorría a pie el trayecto de la calle Raynouard hasta la plaza Saint Michel, que estaba cerca de donde yo vivía. Pasaba por delante de las caballerizas de la École Militaire; desde su interior llegaba el sonido de las cadenas a las que estaban atados los caballos, y el denso olor de los equinos, tan poco habitual en París; luego a grandes pasos recorría la larga y estrecha calle Babylone, donde, al final de la cual, en el escaparate de un fotógrafo, bajo la precaria luz de las lejanas farolas, me observaba el rostro de un escritor famoso, compuesto enteramente de planos inclinados; los ojos omniscientes detrás de unas gafas de carey europeas me acompañaban media manzana, hasta que cruzaba la franja negra brillante del boulevard Raspail. Por fin llegaba a mi hotel.
Leer másCelso Castro está dispuesto a demostrarnos, libro tras libro, que es capaz de dar un paso más en el lenguaje
Leer másPor Carlos Javier González Serrano. Gora. Una juventud en la India. Rabindranath Tagore. Akal: Madrid, 2011. 8,65 €, 336 pp.
Leer másEl pasado mes de noviembre de 2010, un jurado integrado por Juan Marsé, en calidad de presidente, Almudena Grandes, Sergio Olguín, Juan Gabriel Vásquez y Beatriz de Moura, en representación de la editorial, acordó otorgar a esta obra de Rafael Reig el VI Premio Tusquets Editores de Novela.
Leer másLa heroica ciudad dormía la siesta. El viento Sur, caliente y perezoso, empujaba las nubes blanquecinas que se rasgaban al correr hacia el Norte. En las calles no había más ruido que el rumor estridente de los remolinos de polvo, trapos, pajas y papeles que iban de arroyo en arroyo, de acera en acera, de esquina en esquina revolando y persiguiéndose, como mariposas que se buscan y huyen y que el aire envuelve en sus pliegues invisibles.
Leer másMe encontré con Arturo Cifuentes en junio de 2009. Yo estaba firmando ejemplares en la Feria del Libro de Madrid cuando apareció en la caseta de la editorial.
Dice uhhh, uhhh, soy un fantasma del pasado queviene a perturbar el presente.
Lo reconocí de inmediato. Estaba igual, o esa impresión me dio vestido con sus habituales tejanos negros y la americana de siempre.
Digo ¡Cifuentes!
Y salí de la caseta a darle un abrazo.
Tenía algo menos de pelo, pero apenas había engordado.
Dice soy un fantasma, ¿no te doy miedo?
Digo no, hombre, no. Cómo me vas a dar miedo,me has dado una alegría. Vaya aparición. Digo ¿qué haces tú aquí?
Nací en 1632, en la ciudad de York, de una buena familia, aunque no de la región, pues mi padre era un extranjero de Brema que, inicialmente, se asentó en Hull. Allí consiguió hacerse con una considerable fortuna como comerciante y, más tarde, abandonó sus negocios y se fue a vivir a York, donde se casó con mi madre, que pertenecía a la familia Robinson, una de las buenas familias del condado de la cual obtuve mi nombre, Robinson Kreutznaer. Mas, por la habitual alteración de las palabras que se hace en Inglaterra, ahora nos llaman y nosotros también nos llamamos y escribimos nuestro nombre Crusoe; y así me han llamado siempre mis compañeros.
Tenía dos hermanos mayores, uno de ellos fue coronel de un regimiento de infantería inglesa en Flandes, que antes había estado bajo el mando del célebre coronel Lockhart, y murió en la batalla de Dunkerque contra los españoles.
Lo que fue de mi segundo hermano, nunca lo he sabido al igual que mi padre y mi madre tampoco supieron lo que fue de mí.
¿Quién ahora sino yo? Aunque no sé qué yo. Me imagino avanzando por túneles húmedos, arrastrándome por tuberías estrechas, mimetizándome con una maraña de cables y tubos, lleno de polvo y suciedad posados sobre mí a lo largo de los años. Sobre mi ropa, sobre mi arma. Tengo un arma. Aunque no sé por qué yo.
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