Homenaje audiovisual a las Brigadas Internacionales en «Una nueva primavera»

Por Horacio Otheguy Riveira

Un espectáculo testimonial, abiertamente emotivo, sinceramente republicano. Desde la perspectiva de los comunistas que forjaron el proyecto de una Brigada Internacional en defensa de la República ante el golpe de estado militar, y hombros del solo hombre, del gigante, que logró crearse entre gente de diversas creencias religiosas, de etnias y lenguas diferentes, un único cuerpo solidario. Civiles con poca o nula formación militar vinieron de Escandinavia, Alemania (ya minada de nazismo), Francia en su mayoría, pero también de Hispanoamérica (capitaneados por Argentinos que en Buenos Aires crearon el Socorro Rojo, con Antonio Machado a la cabeza, y en España se integraron como brigadistas) y de Estados Unidos, con un contingente importante de afroamericanos, “felices de luchar codo a codo con blancos que no hacían diferencias de ningún tipo. La causa de la República de vosotros es la causa de todos”).

Las Brigadas Internacionales en una obra teatral de hora y media con dos únicos intérpretes que se ocupan de una gran variedad de personajes en su propio idioma (francés, alemán, sueco, inglés) y en castellano (de España, Argentina, Cuba), en la gran pantalla, imágenes y sobretítulos, y muy valiosas voces en off de personalidades muy entendidas sobre el tema (hispanistas, historiadores…) o muy vividas, tales como ancianos que estuvieron allí, cuerpo a cuerpo.

Estrenada en 2018 en Poblenou (Barcelona) durante un homenaje oficial a las Brigadas Internacionales Iván Campillo y Mireia Clemente dan voz a la historia de amor real, en plena Guerra Civil española, entre el brigadista sueco Stig Berggen y la enfermera catalana Maria Sans, una muchacha de 16 años que Ernest Hemingway inmortalizó en su novela “¿Por quién doblan las campanas?”, ficción inspirada en su propia experiencia como brigadista, y popularizada por Hollywood con Ingrid Bergman en el papel de Maria. Sus vidas simbolizan el compromiso de las Brigadas Internacionales y hacen de hilo conductor para contar las historias de otros voluntarios internacionales.

Un espectáculo vibrante, comprometido con la causa, especialmente valioso en estos tiempos revueltos donde recomienza la nostalgia de la barbarie fascista, y a través de muchos medios de comunicación se intenta ridiculizar la Memoria Histórica, minimizando el proceso de 40 años de dictadura, contando con intelectuales que editan libros igualando crímenes, condenando a ciegas todo el proceso de la izquierda, especialmente del apoyo de la Unión Soviética. Hay aquí una noble documentación, un gran esfuerzo de selección de imágenes de la época, y unas manos tendidas al pasado para reforzar la lucha política que ahora tomo otro color, pero igualmente belicosa ante flujo de voces nostálgicas del fascismo.

Todo empieza con un párrafo, final de la Carta abierta a mi hermano de las Brigadas Internacionales, publicada por Marcos Ana el 28 de noviembre de 2016:

«Los hombres pueden equivocarse, fracasar, incluso traicionarse a sí mismos, pero las ideas permanecen, están por encima de las circunstancias. Y los nobles ideales por los que vosotros luchasteis y muchos dieron su vida, seguirán abriendo camino al porvenir y alcanzarán un día la victoria. Si no lo vemos nosotros, lo verán nuestros hijos; pero es necesaria e inevitable, frente a esta sociedad insolidaria, una nueva primavera del mundo». (Extracto de la Carta abierta a mi hermano de las Brigadas Internacionales, Marcos Ana, 28 de noviembre 2016).

Una nueva primavera recuerda, en una de las escenas finales, el discurso de la Pasionaria en la despedida a las Brigadas Internacionales: Hasta pronto, hermanos.

Por primera vez en la historia de las luchas de los pueblos se ha dado el espectáculo, asombroso por su grandeza, de la formación de las Brigadas Internacionales para ayudar a salvar la libertad y la independencia de un país amenazado, de nuestra España.

Comunistas, socialistas, anarquistas, republicanos, hombres de distinto color, de ideología diferente, de religiones antagónicas, pero amando todos ellos profundamente la libertad y la justicia, vinieron a ofrecerse a nosotros incondicionalmente.

Nos lo daban todo; su juventud o su madurez o su experiencia; su sangre y su vida, sus esperanzas y sus anhelos… Y nada nos pedían. Es decir, sí: querían un puesto en la lucha, anhelaban el honor de morir por nosotros.

[…] Hoy se van; muchos, millares, se quedan teniendo como sudario la tierra de España, el recuerdo saturado de honda emoción de todos los españoles.

¡Camaradas de las Brigadas Internacionales! Razones políticas, razones de Estado, la salud de esa misma causa por la cual vosotros ofrecisteis vuestra sangre con generosidad sin límites os hacen volver a vuestras patrias a unos, a la forzada emigración a otros. Podéis marcharos orgullosos. Sois la historia, sois la leyenda, sois el ejemplo heroico de la solidaridad y de la universalidad de la democracia, frente al espíritu vil y acomodaticios de los que interpretan los principios democráticos mirando hacia las cajas de caudales o hacia las acciones industriales que quieren salvar de todo riesgo.

No os olvidaremos, y, cuando el olivo de la paz florezca, entrelazado con los laureles de la victoria de la República española, ¡volved!…

Volved a nuestro lado, que aquí encontraréis patria los que no tenéis patria, amigos, los que tenéis que vivir privados de amistad, y todos, todos, el cariño y el agradecimiento de todo el pueblo español, que hoy y mañana gritará con entusiasmo: ¡Vivan los héroes de las Brigadas Internacionales!

UNA NUEVA PRIMAVERA

SALA MIRADOR. HASTA EL 27 DE OCTUBRE 2019