“Cuidados intensivos” o la vida vista a través de la mirada de tres hermanas
Por Ana Riera
La obra Cuidados intensivos, escrita por Yolanda Serrano y Laura León, nos narra la historia de tres hermanas a lo largo de 30 años. En realidad, se trata de un viaje que va del presente al pasado para acabar regresando al presente, durante el que, de su mano, iremos descubriendo la vida tanto personal como profesional de todas ellas, con sus idas y venidas, sus miedos y sus anhelos, sus logros y sus fracasos.
Blanca Oteyza, además de dirigir el montaje, da vida a Mar, la mayor de las tres hermanas. Es enérgica, emprendedora, espontánea y atrevida. Pero salta de una relación a otra porque tiene un miedo atroz al compromiso. Paloma Montero se pone en la piel de Sol, la mediana. Es racional, disciplinada, seria y responsable. Por eso siente la obligación de quedarse en su casa de la infancia cuidando de sus padres y de seguir formándose para poder ser algún día cirujana. Y Ángeles Martín es Luz, la pequeña. Es una chica ingenua, sensible, frágil e insegura, tanto que llega a plantearse dejar su trabajo de enfermera para no tener que ver sufrir a sus pacientes.
Así pues, no se parecen en nada. Pero tienen dos cosas a su favor: se respetan y, por encima de todo, se quieren incondicionalmente. Eso les permite decirse las verdades sin tapujos, incluso aquellas que duelen, y luego ofrecer el hombro para que la otra pueda desahogarse sin sentirse juzgada.
La obra empieza siendo las tres muy jovencitas, chicas recién diplomadas en enfermería que afrontan su primer trabajo. Y termina 30 años después, cuando tienen que afrontar un momento crucial de sus vidas. Para pasar de una época a otra, se utiliza el recurso de proyectar una serie de imágenes que nos ayudan a situarnos en el tiempo. Así viajamos a 1982 de la mano de naranjito, a 1989 viendo la caída del muro de Berlín o a 1992 recordando los juegos olímpicos. Y también a 1996, a 2005 y finalmente a 2012, la época actual.
Quizás para contrastar, toda la acción transcurre en un mismo sitio, el vestuario o sala de descanso de la Unidad de Cuidados Intensivos del hospital en el que trabajan las tres hermanas. Pier Paolo Álvaro nos propone una escenografía muy sencilla con dos bancos y tres taquillas, un espacio blanco e impoluto en la que ellas destacan y se convierten en protagonistas absolutas.
Mientras nos cuentan las cosas que les han ocurrido a lo largo de esos 30 años, Mar, Sol y Luz nos hablan sobre la maternidad, sobre las relaciones y la sexualidad, sobre la masturbación femenina y sobre la familia. Y descubrimos que con el paso del tiempo han aprendido a ser más tolerantes, más comprensivas y más sabias. Resulta fácil identificarse con ellas, porque su historia es muy cercana, muy cotidiana. Cualquiera podría encontrarse en la misma situación o haber vivido lo que a ellas les ha tocado en gracia.
La obra emociona porque sabe tocar la fibra sensible. Remueve por dentro e invita a reflexionar sobre la vida y la muerte. Pero lo hace con un tono desenfadado y optimista. Y recordándonos que el amor incondicional de un hermano es un tesoro que hay que mimar y cuidar, porque tiene un valor incalculable.
Dramaturgia Yolanda García Serrano y Laura León
Dirección Blanca Oteyza
Escenografía y diseño vestuario: Pier Paolo Álvaro, Roger Portal (AAPEE)
Diseño iluminación: Alejandro Pintado Torres
Música original: Miguel Barón
Fotografía y diseño gráfico: Javier Mantrana
Ayudante de dirección: Rosa Fernández Cruz (COART+E)
Una producción de COART+E (Teatros Luchana, Blanca Oteyza, Paloma Montero, Jerónimo de Miguel)
TEATROS LUCHANA. Viernes, sábados y domingos desde el 6 de septiembre 2019
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