"La vida es sueño" en extraña versión de Carles Alfaro
Por Horacio Otheguy Riveira
Cuatro magníficos intérpretes se la juegan con un extracto que se quiere esencial de La vida es sueño pero resulta excesivamente denso, desprovisto de acción dramática, sobrecargado de mensaje filosófico. A Calderón de la Barca nunca le atrajo gran cosa crear buenas situaciones y diálogos sincopados (salvo excepciones como Enrique VIII y la cisma de Inglatera, o en sus excelentes comedias El galán fantasma y La dama duende), más bien se adueñó de un estilo literario que le dio fama mundial, claramente inscrito en monólogos de tan indudable belleza en el lenguaje como de pesaroso sopor en su afán trascendental.
La vida es sueño puede ser un espectáculo muy gratificante, como lo han demostrado otras puestas en escena que aprovecharon al máximo los elementos que enriquecen el ambiente de la historia principal; buenas historias cruzadas con estupendos personajes e incluso notables encuentros de capa y espada. En esta ocasión se optó por una implacable reducción a cuatro personajes, con su consiguiente limitación en forma y contenido.
El coautor de esta adaptación y director es un admirable hombre de teatro: Carles Alfaro, de quien recuerdo varias obras maestras como El lindo Don Diego, de Moreto para la CNTC; ¡Atchuusss!, sobre textos de Chejov; Tío Vania, de Chejov, en dos versiones distantes varios años, la última mejor que la primera; El arte de la comedia, de Eduardo de Filippo; El portero, de Harold Pinter, entre otras. Esta vez optó por un estatismo operístico tirando al siglo XVIII, de excesiva inmovilidad, potenciando lo peor del texto original: un sinfín de palabras con regocijo repetitivo y pasión por un antiteatro muy calderoniano: no sólo todo se cuenta más de una vez, sino que las escenas principales llegan advertidas con lujo de detalles.
Eso sí, cuenta con actores que permiten que uno escuche atentamente y admire su enorme esfuerzo memorístico. Así, el maestro de maestros en la Compañía Nacional de Teatro Clásico, Vicente Fuentes, se marca un prólogo magistral con un monólogo de exquisita composición, dueño de una musicalidad sublime haciéndonos conocer el conflicto del rey Basilio que ha decidido encerrar a su hijo como un monstruo que mata a la madre en el parto. Todo su discurso adquiere una tensión dramática extraordinaria, que permite entrar en la vena trágica del siglo de oro post Lope de Vega con profundo deleite, ya que Segismundo va a ser liberado y el resurgir de sus cadenas tendrá consecuencias políticas.
Tal aparición promete una aventura de similar potencial; la sutil iluminación y el vestuario tan creativo como colorido subrayan esta promesa. Pero no, a partir de allí, la oscuridad que se supone va a alumbrar la palabra viva del poeta se torna claroscura, perdiendo interés a medida que avanza, y sólo el talento de Enric Benavent, Alejandro Saá y Rebeca Valls permite que lleguemos al final despiertos, más que nada porque les recordamos en otros personajes de otras obras de fabuloso resultado.
Es esta una Vida es sueño que el adaptador-director ha cargado de nobles intenciones que, sin embargo, una vez llevadas a cabo, consiguen lo contrario de lo propuesto. En teoría su proyecto nace cargado de un teatro intenso dramáticamente, con una acción interior de poderoso atractivo que en escena no se traduce nunca adecuadamente:
Sumergirse en el universo de esta obra supone sentir el latir de los seres que nos habitan, que nos hacen vivir plenamente otra realidad que no es más que nuestra propia y descarnada realidad… ¿soñada?, ¿vida? Esto es la pesadilla y la belleza de Calderón.
La vida es sueño [vv.105-106]
Reparto (por orden de aparición): Basilio (Vicente Fuentes); Segismundo (Alejandro Saá); Clotaldo (Enric Benavent); Rosaura (Rebeca Valls)
Adaptación y dramaturgia: Carles Alfaro y Eva Alarte
Dirección: Carles Alfaro
Escenografía: Carles Alfaro y Felype de Lima
Vestuario: Felype de Lima
Iluminación: Carles Alfaro
Música Original y Espacio Sonoro: Joan Cerveró
Diseño de sonido: Luis López de Segovia
Fotografía: Jordi Plà
Caracterización: Inma Fuentes
Ayudantes de Dirección: Eva Alarte y Ferran Català
Asistente de Dirección: Pablo Ricart
Ayudante de Producción: Maribel Pérez
Coordinador Técnico: Rubén Zamorano
Producción Ejecutiva: Ferran Català
Coproducción: Teatros del Canal y Moma Teatre
Con la colaboración del Centro de Investigación de la Voz, Palabra y Verso: Fuentes de la voz
Teatros del Canal. Sala Verde. Del 19 de abril al 14 de mayo 2017.