La familia ideal de Fernando Fernán Gómez en el teatro que lleva su nombre

Por Horacio Otheguy Riveira

Emotiva reposición de una obra con vocación de eternidad. Comedia costumbrista, drama en medio de una guerra civil, tragedia histórica… y todo girando alrededor de una familia en permanente armonía, modelo de solidario afán de supervivencia. Desde su estreno en 1981 ha tenido varias reposiciones, hay película e incluso una versión radiofónica. Llega ahora con puesta en escena del maestro César Oliva, y vuelve a resultar emocionante reencontrarse con estos personajes, como si hubiéramos estados esperándolos sin darnos cuenta.

 

La emoción final que recorre a los espectadores que han llenado la sala tiene un aire sobrenatural. Desde la escena de las lentejas que van desapareciendo de la olla de la cocina (Qué vergüenza, papá; No, hija, qué hambre!) hasta el último instante, la atmósfera de amor y solidaridad para afrontar la adversidad corona de gloria esta espléndida versión del director César Oliva. Desarrollada como una comedia costumbrista herida por la guerra civil que la rodea sin tocarla, hasta que le da alcance, y los personajes se hacen fuertes en el abrazo que no cesa, en la compañía que nunca dice basta.

En esta misma sala ya se representó en 1983 con Agustín González en una puesta en escena memorable. Entonces era reposición del exitoso estreno en el Teatro Español, donde el autor solía salir a saludar casi todas las tardes con una feliz sonrisa y las manos formando el símbolo anarquista. Tiempos idos, tiempos presentes y venideros porque Las bicicletas son para el verano es una obra maestra con vocación de eternidad. Mas aquí y ahora, Patxi Freytez (Última edición, La cocina) en el mismo papel que también interpretara Gerardo Malla, logra recorrer las envolventes situaciones con el afecto y la tensión de un padre de familia que ha de proteger a los suyos, no alarmarles más de lo que les alarman las noticias del acosado Madrid republicano, y permanecer fiel a sus propias ideas progresistas.

Cuando llega el final es imposible que nuestros ojos no se humedezcan porque también le sucede al actor cuando dice a su hijo que no ha llegado la paz sino la victoria, y que probablemente le detengan por haber organizado un sindicato, y entonces “tendrás que ser tú el hombre de la casa y proteger a mamá”, y tampoco ahora —que ni siquiera hay para comer— se puede conseguir el dinero que compre la soñada bicicleta para el verano, y es que: “Vaya a saberse cuándo tendremos otro verano…”. Se empañan los ojos del intérprete, se le quiebra la voz.

Lágrimas con público de diversas edades puesto en pie como si en ese aplauso se consagrara un abrazo inmenso entre cómicos y espectadores con el propio Fernando Fernán Gómez sonriendo entre las butacas, feliz de este nuevo gran éxito (el único que tuvo en vida como dramaturgo, con varias obras de momento olvidadas) que vuelve cada tanto y siempre lo hace a sala llena.

Cuando todos dejan las butacas y se apagan los aplausos, don Fernando se queda pensativo, seguramente acompañado por su abuela y su madre, la actriz Carola Fernán Gómez, que le criaron en ausencia del padre ausente por imposición de su familia, que impidió el matrimonio.

De ese dolor de ausencia surgió un hombre de extraordinario talento que fue capaz de inventar sobre el escenario esta función espléndida en la que una familia ideal con un padre fantástico que jamás pierde su armónica capacidad de supervivencia. Todo se resuelve con un afán permanente de comprenderse y ayudarse, lo mismo ante las tentativas erótico-festivas del adolescente que frente al embarazo de la niña de sus ojos, sin marido que llevarse al altar; igual ante las copas de anís que se beben entre risas que en la penumbra que les alcanza con tanta muerte y destrucción, y la demoledora nueva era con un régimen de mayor persecución y violencia.

El maestro murciano César Oliva dirigió en esta sala en pasadas temporadas un clásico de Miguel Mihura (Ninette y un señor de Murcia) y otro de Noël Coward (Un espíritu burlón). Fue un placer asistir a representaciones muy logradas en las que se percibía su manera serena de modelar los elementos del teatro uniendo sus amplios conocimientos a unos recursos imaginativos, siempre manteniendo un evidente respeto hacia el texto, de integración respetuosa también del talento de sus actores, reunión de cadencias con amor por la palabra escénica, sorteando con elegancia, sin estridencias, los riesgos que conllevan textos célebres, muchas veces representados.

En estas Bicicletas todo circula sin tropiezos con un reparto tan armónico como la propia familia que representa. Sobresaliente manera de enfocar la función como si todos los intérpretes, con sus personajes principales y secundarios, tuvieran el espíritu compacto de la familia protagonista. No obstante, entre todos, destacan notablemente, además del ya mencionado Patxi Freytez, la creación en el papel de la madre por parte de Llum Barrera, ya que su personaje adquiere un primer plano con una serie de matices muy profundos que no recuerdo que existieran en las grandes actrices que antes lo interpretaran. Seguramente, resultado de una alianza singular entre el director, la actriz y el protagonista. Mérito especial tiene esta creación dramática de Barrera después de haber aplaudido su extraordinaria vena humorística en Manual de la buena esposa y Glorious! La peor cantante del mundo.

En definitiva, un conmovedor homenaje al autor, que continuará del 23 al 28 de mayo, cuando se le rinda un tributo sin parangón: tres personajes recomponen la memoria del actor, director y escritor, a través de fragmentos de sus vivencias y testimonios: Los martes, milagro presenta FERNANDO FERNÁN GÓMEZ EN LA MEMORIA

Autor: Fernando Fernán Gómez
Director: César Oliva
Intérpretes: Llum Barrera, Patxi Freytez, Esperanza Elipe, Álvaro Fontalba, Teresa Ases, Agustín Otón, María Beresaluze, Adrián Labrador, Ana Caso, Lola Escribano
Voz radio: César Oliva Bernal
Diseño iluminación: Jesús Palazón
Técnico iluminación: Juan de Dios López
Escenografía: Francisco Leal
Diseño de vestuario: Berta Graset
ENCUENTRO CON EL PÚBLICO. Con la presencia del equipo artístico de la obra, 21 de abril después de la función. ENTRADA LIBRE HASTA COMPLETAR AFORO.
Teatro Fernán Gómez. Centro Cultural de la Villa. Del 9 de marzo al 30 de abril de 2017.
REPOSICIÓN: Del 5 al 26 de julio 2018.

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