Cinco APPs con mucho arte
Por Lara Marchante.
A la lista de pódiums de temática mal llamada “bizarra”, los españoles podemos sumar otro curioso -aunque menos mediático – primer puesto en el área de desembolso en tecnología. Dejen el champán para una mejor ocasión, pues seguimos sin estar a la cabeza en la inversión de I+D. Eso sí, podemos llenarnos de orgullo patrio porque, según los últimos estudios, además de ser los más ruidosos del viejo continente, somos los europeos con mayor penetración de los Smartphone, o lo que es lo mismo: los que tocamos a mayor porcentaje de este revolucionario aparato por cabeza.
Desde el punto de vista cultural, el anecdótico dato se convierte en una valiosa oportunidad para nuestros museos y salas de exposición, que en los últimos años han visto en el universo de las APP (Applications) una forma de renovar de su imagen, en ocasiones distante, y una nueva manera de mediar con el público. Por todo ello, dentro de las distintas páginas destinadas a ofrecer aplicaciones informáticas, es cada vez más usual encontrar herramientas desarrolladas por famosas pinacotecas y otras fundaciones de renombre.
La relación entre Tecnología y Arte siempre ha sido provechosa, ya fuera como generador y soporte de obras o como cauce para su difusión entre el público. Desde la modernidad, muchas de las innovaciones tecnológicas han sido absorbidas como nuevas disciplinas artísticas, lo que ha enriquecido cuantitativa y cualitativamente el panorama del arte. Las fotografías e instalaciones de videoarte, por ejemplo, comparten hoy espacios expositivos con pinturas y esculturas de tiempos pretéritos. Su otra gran aportación ha sido la de facilitar el acercamiento de los ciudadanos a las distintas creaciones y movimientos, convirtiéndose en un importante vehículo de transmisión y ahora también de interacción.
Su función comunicativa ha cobrado una gran relevancia en el siglo XXI ya que, en los últimos años, los canales por los que se ofrecía esta información han dejado de ser unidireccionales y permiten interactuar con el público. El desarrollo la informática y del medio Internet no solo nos permite un acceso rápido y sencillo a una información masiva, como consumidores y usuarios hemos visto ampliadas nuestras capacidades y acciones con estos dispositivos; algo que poco a poco van asumiendo los desarrolladores de contenidos de nuestros museos.
Si las primeras APP de este tipo se limitaban a ofrecer una audioguía o un recorrido limitado por parte de sus colecciones permanentes (muy similares a las ofertadas en los folletos explicativos de las propias salas), cada vez son más los que apuestan por introducir características y herramientas que amplíen la experiencia del usuario con el centro de exhibición, en lugar de reproducir los contenidos impresos de la visita tradicional. La “usabilidad” (fácil manejo del programa o de la web) ya no lo es todo, y las grandes galerías de arte, a nivel internacional, “pelean” por ofrecer a su público la APP más divertida y con más actividades.
Algunas de las applications más descargadas de este tipo pertenecen a dos museos anglosajones: la del MoMA (EEUU), “Art Lab”, una aplicación que combina una parte didáctica (con información sobre algunas de las archiconocidas obras expuestas, autores, colección y publicaciones) y otra creativa (con la que el usuario puede convertirse en artista), y la gratuita del Tate Modern (RU), que lleva al extremo esta idea y nos permite convertir nuestro móvil en una “Magic Tate Ball”, una bola mágica (inspirada en la simpática Bola 8 que adivinaba el futuro) que al agitarla nos ofrece una pintura según nuestra posición, empleando nuestro localizador de GPS.
A nivel nacional también encontramos aplicaciones informáticas que buscan conseguir una participación más activa del público, sin que el entretenimiento implique renunciar al conocimiento que se esconde tras cada pieza o cada artista:
Por la calidad y lo novedoso de la APP, “Second Canvas”, perteneciente a El Prado, es la más celebrada entre los expertos. Este programa, que funciona con el sistema operativo IOS (para iPod e iPhone), ofrece 14 obras maestras en altísima resolución, así como otras 60 a las que están vinculadas. A ello se une un importante trabajo de contextualización de las piezas, con detallada información (en audio y lengua de signos) sobre las mismas. Ésta revela todos los secretos de las creaciones que le han dado fama mundial, contándonos las historias que cuentan los cuadros de todas las formas posibles, incluyendo radiografías e infrarrojos.
La aplicación del Thyssen-Bornemisza, el otro coloso del arte de la capital madrileña, centra su interés en la actualización de la información que ofrece, ya que la agenda cobra gran protagonismo dentro de la misma. La intención de ésta es facilitar al visitante todas las novedades y ofrecerle rutas y propuestas alternativas de las que el visitante encontraría dentro de sus instalaciones, como las basadas en temáticas. Esta APP es a coste cero y está disponible para los dos grandes sistemas operativos del mercado (IOS y Android).
El Reina Sofía, el tercero de los templos del arte de Madrid, también dispone de una aplicación adaptada a IOS y Android, pero que centra su interés en el formato de audio. A través de este canal el potencial asistente puede acceder a la información relacionada con sus exposiciones, catálogo y programas públicos, así como a algunas de las obras “inéditas” y experimentaciones de carácter sonoro.
Si antaño coger el teléfono o jugar con la tableta en una sala de exhibición estaba considerado como algo de mal gusto o un pecado “cultural” entre los puristas del arte, hoy en día las tornas han cambiado y estos son los primeros en sacar sus dispositivos en presencia de los cuadros para disfrutar de las múltiples ventajas que ofrecen. Porque toser de forma escandalosa ya no es la única forma de interactuar en nuestros museos.
Que buenas apps, que buena forma para apreciar el arte. Me gusta mucho esto.