Velázquez desaparecido. La obsesión de un librero con un pintor y una obra de arte perdida
«Mi padre murió repentinamente cuando yo estaba próxima a cumplir los treinta años. Era pintor. Una enfermedad mortal le atacó el cerebro, después los ojos. Atenazada por el dolor, no podía soportar mirar ninguna pintura que no fuera suya; era una forma de mantener su recuerdo tan cercano e íntimo como fuera posible, supongo, y una protesta ciega por que su vida y su arte se hubieran malogrado»
Llega a las librerías Velázquez desaparecido (Editorial Taurus), ensayo de la crítica de arte Laura Cumming. En este trabajo se presenta la aventura de un hombre, John Snare, al que un solo cuadro cambió su vida y no precisamente para bien. En 1845, la compra en una subasta, de un retrato de medio cuerpo del príncipe Carlos de Inglaterra (1600-1649), sin una autoría clara, por ocho libras (lo que entonces costaba un caballo en la Inglaterra victoriana), fue el hecho decisivo que marcaría toda la vida de este personaje hasta entonces anónimo. Snare se había topado con un retrato ennegrecido de Carlos I de Inglaterra que desafiaba cualquier explicación: el retratado era demasiado joven para ser rey y también para haber sido pintado por el artista flamenco a quien se atribuía la pieza. Al sospechar que podía tratarse de un Velázquez perdido mucho tiempo atrás, el librero compró el cuadro y se propuso averiguar su extraña historia. Su condición de librero, de extracción humilde, sin estudios académicos ni conexiones con el mundo artístico o cultural, se solaparía a partir de entonces con la de obsesivo defensor de su particular joya. Porque para él, y en eso pondría todo su empeño, el cuadro no era de Van Dyck, como se dijo en su momento, era de un tal Velázquez cuyo prestigio entonces crecía por enteros en Europa.
«El folleto, en realidad, era un pequeño catálogo de una exposición monográfica organizada en Londres con gran éxito en la primavera de 1847. Pero ¿cómo llegó Snare a ser su comisario y cómo había descubierto el cuadro perdido? Al comienzo no fue difícil hallar las respuestas a estas preguntas obvias, pero después el caso fue cobrando tintes misteriosos».
Por qué nadie pujó más por ese cuadro es uno de los misterios de este adictivo relato sobre el poder del arte. No se trataba de cualquier cuadro sino quien lo contemplaba caía rendido ante su hechizo. ¿Cómo es que nadie más que Snare lo vio en el momento de la subasta? El restaurador que lo valoró dijo de él que era «la pintura más importante del hombre». No fueron los únicos elogios de este singular cuadro, cuya autoría española siempre defendió su celoso propietario. Quienes lo admiraron experimentaron una suerte de síndrome de Stendhal, que podríamos llamar el síndrome Snare, pues fue tal su arrobamiento que nunca quiso desprenderse del cuadro. Harto de los problemas y litigios cosechados en Inglaterra, John Snare abandonó mujer y cuatro hijos para mostrar su Velázquez en Nueva York. Lograría asombrar a los espectadores, como demuestra el comentario del director literario de The New York Times, cuando lo vio en 1859: «Es uno de los mejores retratos del mundo».
Además de un brillante relato de misterio sobre arte, confusión de identidades, política, esnobismo y delincuencia, es también un magnífico acercamiento a la figura de Velázquez y un homenaje elocuente y apasionado al maestro español que cambiará para siempre nuestra apreciación de su obra. ¿Qué fue del cuadro? ¿Existe hoy en día? ¿Algún afortunado coleccionista lo guarda en silencio? ¿Cómo acabó sus días John Snare? ¿Qué poder escondía esa prodigiosa pintura? ¿Volveremos a verla tras más de un siglo de desaparición? Velázquez desaparecido se apoya en esas incógnitas. Investigación exhaustiva y rigurosa al servicio de una apasionante trama que Laura Cumming trenza con ritmo ágil y gran destreza narrativa.
«La sensibilidad de Snare con Velázquez me conmovió. El cuadro no era para él algo aislado, apartado de su propia existencia; ocupaba su mente como si fuera algo vivo. Escribió otro folleto, y después otro, con la esperanza de que los demás sintieran lo mismo. Su obsesión por descubrir un pasado para el retrato acabó por convertirle en un detective y me impulsó a iniciar mi propia búsqueda».
Laura Cumming es crítica de arte de The Observer desde 1999. Fue redactora de la sección de Arte de The New Statesman, editora literaria del programa de radio The Listener y directora adjunta de la Literary Review. Ha sido columnista del Herald Tribune y ha colaborado con el London Evening Standard, The Guardian, L’Express y Vogue. Su libro A Face to the World: On Self-Portraits tuvo un gran éxito de crítica. Consciente de que la historia del retrato perdido de Velázquez podría ofrecer nuevos capítulos en el futuro, Laura Cumming vuelca su pasión sobre la Historia del Arte con el relato de esta aventura que es todo un prodigio de investigación y narrativa divulgativa.
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Velázquez desaparecido. Laura Cumming. Editorial Taurus, 2016. 336 páginas. 23,90 €
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