La danza de Asia llega a Londres: TAO y la abstracción del movimiento
Por Eloy V. Palazón
Fue en 2011 cuando el Sadler’s Wells, la casa de la danza en Londres, acogió una serie de obras que traían lo que en aquel momento estaba despuntando en Asia. Cinco años después, vuelve una segunda temporada en la que pasarán por el escenario lo más destacado de la escena asiática. Lo primero ha sido la joven, pero con un lenguaje depurado y muy trabajado, compañía TAO Dance Theatre.
Esta compañía se fundó en 2008 por Tao Ye y desde entonces ha recorrido los teatros más importantes del mundo, entre ellos El mercat de les flors, en Barcelona, el mes pasado. Mientras que en el escenario catalán presentó 4 y 5, en Londres ha presentado 6 y 8, la última de la serie, que se escenifica en Reino Unido por primera vez. Como es fácilmente inferible, Tao Ye no nombra a sus coreografías sino que las numera ya que no cree que la danza pueda resumirse en pocas palabras. Además, un título crea una expectación que dificulta la imaginación y una mirada imparcial por parte del espectador. Un símbolo, como un número, deja al público libre de ver la obra con la mente abierta.
Para Tao Ye,
la creación es una de las habilidades humanas más básicas. Ante el aburrimiento, la creación nos agita; cuando perdemos el rumbo, la creación nos señala el nuevo camino. En el proceso creador superamos de alguna manera las barreras que nos retienen en la vida cotidiana y nos superamos a nosotros mismos.
A través del concepto de ritual y repetición Tao Ye explora elementos básicos pero que en su proceso de profundización despliega gran complejidad. El cuerpo es la base de su trabajo coreográfico.
He llegado al entendimiento que el ‘cuerpo’ es la interpretación más significativa del concepto ‘moderno’. A medida que el cuerpo, el portador y la matriz de origen de la vida, se mueve, crea respuestas y simultáneamente resuelve problemas de una manera natural como la reproducción y la consumición, con limitación y sin límites.
El cuerpo como una forma puramente visual.
Los números también hacen referencia a la cantidad de bailarines en el escenario. En 6 la iluminación es uno de los grandes personajes del escenario, se mueve sinuosamente, al igual que el tren superior del cuerpo de los bailarines. Gran parte de la obra consigue una increíble tensión anclando los pies al suelo. Sin poderlos mover, es el tren superior y la parte superior de las piernas las que ejecutan todos los movimientos. Gran complejidad que va incrementando la tensión hasta que, acompañados de la música, los pies consiguen desplegarse y estallar la tensión. La contención da paso al derroche de energía. Tao Ye muestra, una vez más, que el minimalismo y la repetición son elementos con los que se puede llegar a crear una gran narrativa abstracta.
8 sigue la línea de abstracción de las coreografías. Esta vez los cuerpos yacen en el suelo y realizan toda la ristra de movimientos sin separar en ningún momento alguna parte de la espalda de éste. Parece un juego de movimientos en el plano: rotación, traslación, simetría… La espina dorsal es la que manda en esta coreografía y la visión de los bailarines se desplaza a la horizontal, algo fuera de lo habitual. También, por esta característica de la pieza, el espectador tiene una visión un tanto particular (que no restringida, no confundir), sobre todo si se sitúa en el patio de butacas, donde la visión frontal hace que no veamos las cabezas y otras partes del cuerpo (o los pies cuando se giran).
Un excelente comienzo del programa asiático en el Sadler’s Wells, que traerá más sorpresas. TAO demuestra de qué manera un lenguaje meditado en el que la tradición y lo contemporáneo convergen, venga de donde venga, siempre aporta interesantes elementos de discusión y una aproximación diferente al mundo de la danza contemporánea.
6 y 8, TAO Dance Theatre, Sadler’s Wells (Londres), días 3 y 4 de noviembre
Coreógrafo: Tao Ye
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