Gonzalo de Castro se sumerge en la sordidez de un hombre de suerte “Idiota”
Por Horacio Otheguy Riveira
Los contrastes están servidos desde el comienzo, cuando un tipo histriónico, con un gran estado de ansiedad, entra en una oficina que más se parece al interior de una enorme caja fuerte. Y lo hace con la certeza de que todo lo que allí ocurrirá será producto del golpe de suerte que al fin le ha llegado. De las primeras carcajadas al impactante final, la estupidez de un hombre corriente pasa por tantas situaciones suficientemente endiabladas como para identificarse con él, pase lo que pase.
Por primera vez juntos, Gonzalo de Castro y Elisabet Gelabert en un duelo de electrizante intensidad y profunda belleza escénica dirigidos por Israel Elejalde.
El Pavón Kamikaze es un viejo teatro venido a nuevo en manos de cuatro admirados directores que, fieles a su nombre, nunca paran de arriesgarse. Esta es ahora su casa, y la quieren compartir con muchas otras funciones. En su debut, Idiota, de Jordi Casanovas, un texto que simultanea la comedia con el género de intriga policiaca para centrarse más adelante en el noir característico del cine y la novela, donde el misterio del qué pasará se torna más inquietante al introducir situaciones de graves conflictos morales y sociales: ¿De verdad le deseé la muerte a fulano de tal aquel día? ¿Estoy dispuesto a todo con tal de resolver mi situación financiera?
Con la excusa de un test psicológico a muy buen precio, Carlos Varela entra decidido a triunfar. Y lo hace a toda voz, con una energía que parece irresistible, al tomar contacto con la encargada de recibirlo:
CARLOS
“Se busca persona sana para participar en una prueba de eficiencia mental. Se
debe superar una preselección. Buena remuneración. Contactar con la
Fundación para la investigación neuropsicológica.”
(le muestra el recorte.)
Ya lo ve, aún tengo guardado aquí el recorte de periódico… en el bolsillo. Quién
me lo iba a decir… Parece que, por una vez, he tenido suerte, ¿no?
DOCTORA
Señor Varela. ¿Es así?
CARLOS
Sí, soy yo. Carlos Varela. Yo mismo.
DOCTORA
Mucho gusto.
CARLOS
Y usted, es…
DOCTORA
La psicóloga que dirigirá la prueba.
Unos minutos antes, una breve introducción nos introduce en un mundo fantástico como podría ser el de un cómic futurista. Es un cortometraje de animación, creación de la pintora e ilustradora Lisa Cuomo, con un estilo minimalista muy logrado, que además permite una presentación muy cinematográfica: un hombrecillo camina por una ciudad en busca del lugar donde transcurrirá la acción. Como un juego, como si nos asomáramos a un tinglado de ciencia ficción. Este inicio y la escenografía de Eduardo Moreno nos sitúan en un frío y elegante ambiente donde, sin embargo, se desarrollará una historia a ras de suelo, invadida de pequeñas pesadillas y grandes desesperaciones de cotidianos reflejos.
Tras la entrada del protagonista, rápidamente se imprime un ritmo muy intenso en el que los dos únicos personajes logran introducirse en la piel de los actores, tal y como quiso el director Israel Elejalde (Sótano) desde el primer momento en que se puso a trabajar el texto. Por otra parte, se trata de un texto desnudo, desprovisto de observaciones ambientales que permite una gran creatividad al equipo de producción, todos a una para encajar lo obvio y lo sutil, el impacto inesperado, la cadencia casi musical de determinadas situaciones límite y el drama de un hombre ridículo como si se encaminara hacia un acantilado.
«Es una obra de dos personajes y yo siento fascinación por ellas. Hay algo esencial en las piezas de dos. El juego básico del teatro. Uno habla y el otro dice “no estoy de acuerdo”. Hay algo de baile entre los actores, o de boxeo; la esencia del conflicto y de la unión a un tiempo. La actuación en estado puro. Los actores y actrices deben conocerse y entenderse; debe haber química entre ellos, si no, todo se derrumba. Son una pareja de baile de salón, deben respirar juntos, escucharse, estar en el otro. Nadie va a entrar a salvarlos. Están en riesgo».
Gonzalo de Castro y Elisabet Gelabert consiguen sacar adelante esta danza poblada de palabras, imágenes y emociones en un recorrido maravillosamente dirigido. No hay instante fuera de foco, todo se impulsa en un sortilegio magistral de encuentros y desencuentros entre el visitante, que va desentrañando poco a poco todo lo idiota que puede llegar a ser, y la psicóloga entregada a un abanico de expresiones que pasan de la sensualidad carismática a un escalofriante coqueteo con el terror.
Les acompaña la implacable y a ratos divertida iluminación de Juanjo Llorens (perfectamente integrada en la escenografía con clara influencia expresionista —como también alguna secuencia en vídeo— ) y la música de Arnau Vilà, leve, casi imperceptible, susurrando una soterrada angustia.
Idiota es una indagación en una conciencia universal del sometimiento a la autoridad: esta ambición se consigue exprimiendo con mucho talento todas las partes, desde el mínimo texto a los detalles más sinuosos de la experiencia de los personajes, y enfocando un modelo de teatro contemporáneo en el que se yuxtaponen los estilos y se huye de una exclusiva definición. De hecho, es tan atractivo todo el montaje que exige el mayor silencio posible sobre el desenvolvimiento de la trama. Un drama que no debe contarse pues el final resulta clave. No sólo porque durante todo el trayecto se van encadenando sorpresas, sino fundamentalmente porque la más importante radica en el impulso final, donde las emociones más fuertes tienen un doble precio… y ser un Idiota resulta mucho más grave de lo habitual, incluso espeluznante aquí y ahora.
DOCTORA EDEL
Un momento, un momento, un momento.
(pausa breve.)
¿Usted me está diciendo que no se leyó todo el contrato antes de firmarlo?
CARLOS
¿Qué más ponía en el contrato?
DOCTORA EDEL
Algunas cláusulas de vital importancia.
CARLOS
¿Qué cláusulas?
DOCTORA EDEL
Usted podía haber firmado un contrato que nos permitiera perforarle el cráneo.
CARLOS
¿Eso firmé yo?
DOCTORA EDEL
No, pero podría haber sido el caso.
CARLOS
Ah, bueno… Vamos a ver. Aquella chica me aseguró que podía confiar en ella.
Me dio el contrato y se quedó allí mirándome… con esos ojos… y yo pensé: ahora no te pondrás a leer todo el contrato mientras esta chica te está mirando de esta manera.
DOCTORA EDEL
¿Fue culpa de Sara?
CARLOS
Me puso nervioso.
DOCTORA EDEL
¿Sara le provocó atracción sexual?
CARLOS
¿Qué?
DOCTORA EDEL
¿Se sintió atraído por Sara?
CARLOS
¿Eh?
(pausa breve.)
No.
DOCTORA EDEL
Pues, ¿por qué se puso nervioso?
CARLOS
No lo sé. No lo puedo saber.
DOCTORA EDEL
¿Si no se hubiera puesto nervioso hubiera leído todo el contrato en busca de
alguna cláusula nociva para usted?
CARLOS
Sí, sí. Claro.
DOCTORA EDEL
¿Lee siempre detenidamente todos los contratos que firma?CARLOS
Sí. No.
(pausa breve.)
¿Todos?
DOCTORA EDEL
Todos.
CARLOS
¿Eh?
La urgencia del superviviente nato, las dudas, los acosos morales… y la presencia imperturbable de una mujer que también tendrá que jugarse el tipo. Un carrusel de sorpresas en el que la suma de talentos conforma un merecido éxito.
Idiota, de Jordi Casanovas
Dirección: Israel Elejalde
Ayudante de dirección: Pablo Ramos
Intérpretes: Gonzalo de Castro y Elisabet Gelabert
Escenografía: Eduardo Moreno
Iluminación: Juanjo Llorens
Sonido: Sandra Vicente (Studio 340)
Vestuario: Ana López
Vídeo: Joan Rodón
Ilustraciones: Lisa Cuomo
Fotografías: Vanessa Rabade
Dirección de producción: Aitor Tejada y Jordi Buxó
Una producción de: Gonzalo de Castro, Israel Elejalde, Buxman Producciones, Kamikaze Producciones y Hause & Richman Stage Producers
El Pavón Teatro Kamikaze. Del 27 de agosto al 30 de octubre de 2016. PRORROGADO AL 27 de noviembre 2016.
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