“La partida”: comedia negra con amigos desde el cole, enemigos para siempre
Por Horacio Otheguy Riveira
David el tímido, Ricardo el bruto, Julio el señorito: tres arquetipos que se despliegan como las alas de un ave sin fuerza para echarse a volar. Con la excusa de jugar una partida de cartas que no llega a producirse, estos tres van exhibiendo —a pesar suyo casi siempre— sus frustraciones, miserias y anhelos… siempre a espaldas de los otros.
“La partida”, escrita y dirigida por Óscar Sanz Cabrera, es una comedia negra con amigos desde el cole que en realidad no son más que enemigos para siempre. Y lo que más tienen en común es que los tres están locos por Sonia, un personaje que nunca está en escena pero es el eje de una divertida función que a medida que se desarrolla es más cómica y más amarga: el grotesco hispano como una de las armas más eficaces del teatro para hablar de la soledad del individuo en las grandes ciudades.
La partida transcurre en Barcelona y aunque apenas se mencionan datos al respecto, es significativo que los tres personajes resulten prisioneros de sus frustraciones en un pequeño apartamento donde se respira la incomodidad de hombres que no se soportan pero se necesitan. Atrapados en su penosa monotonía en medio de una de las ciudades más importantes del mundo, cargada de apasionantes posibilidades. Es una enfermedad de nuestro tiempo, más acentuada a medida que las fobias y otros miedos cotidianos van haciendo presa de numerosos ciudadanos que no se sienten parte de ningún ambiente.
Recientemente en esta misma sala se representó una obra finlandesa con muchos puntos en común, Pánico. No viene a cuento la comparación detallada, sólo mencionar que son también tres amigos con gran dificultad de comunicación y angustias tragicómicas que viven en soledad, de frustración en frustración. En La partida hay elementos muy españoles que marcan la diferencia esencial, junto con las carencias económicas y un elemento sumamente conmovedor alrededor de un personaje femenino que encarna a la perfección la idealización de la mujer, esa especie de “mujer de mi vida” que es la pareja en crisis de uno de ellos, y el objeto de deseo de los otros dos.
Un juego con buen desarrollo teatral, que se juega con muy buenos actores. Los tres funcionan como un reloj en las características estereotipadas de sus personajes, permitiéndose salir del convencional lugar común del punto de partida, para otorgar a sus personajes un atractivo caudal de matices. El humor está más en la puesta en escena y la agilidad de los diálogos, que en la comicidad directa de los intérpretes, con lo cual, el autor y director consigue una representación redonda en todos los aspectos.
La Partida se estrenó en 2009, y logró un éxito cada vez mayor en Barcelona y Madrid así como en gira. Siete años después regresa a la cartelera madrileña y lo hace con una versión revisada, nuevo reparto y en la Sala Principal del Teatro Lara, donde se representará hasta final del verano.
Texto y dirección: Óscar Sanz Cabrera
Intérpretes: Jorge Cabrera, Juan López Tagle, Alfonso Mendiguchía
Fotografías y diseño gráfico: Panci Calvo
Escenografía: Gloria Díaz Llorente y José Crespo
Música: Pablo Ballesta y Oscar Sanz Cabrera
Diseño de iluminación: Marc Duran
TEATRO FÍGARO. Desde el 9 de noviembre 2016, miércoles y jueves a las 22 horas.