Flavia Company a propósito de «Haru», su último libro
«Nuca tires contra nadie; nunca tires para seducir a nadie; nunca tires para ser más que nadie; nunca tires para demostrarte nada a ti misma; el tiro con arco es un estado que se puede compartir».
Flavia Company (Buenos Aires, 1963) es autora de más de una decena de novelas, entre las que destacan Saurios en el asfalto, Luz de hielo, Dame placer (finalista del Premio Rómulo Gallegos), Ni tú ni yo ni nadie (Premio Documenta), Melalcor, La mitad sombría, La isla de la última verdad y Que nadie te salve la vida. También ha escrito libros de cuentos y de microrrelatos. Su poesía ha sido recogida en diversas revistas y ha publicado el poema narrativo Volver antes que ir. Su obra ha sido traducida en Francia, Holanda, Brasil, Polonia, Alemania, Portugal, Italia y Estados Unidos. Es licenciada en Filología Hispánica, música, traductora, periodista, profesora de microrrelato en l’Escola d’Escriptura de l’Ateneu Barcelonès y de cuento en el Máster de Creación Literaria de la Universidad Pompeu Fabra. Haru, su última novela, es el sueño de su autora, una historia que, a través del viaje interior de una joven, trata de transmitir una filosofía de vida. Es una novela sobre la aceptación y el desapego, sobre el amor, la vida, la muerte, un relato de aprendizaje lleno de frases para reflexionar, que habla de las relaciones humanas, la soberbia, las inseguridades, la paciencia, la constancia, la lucha por la supervivencia, la avaricia, el respeto…
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Haru. Flavia Company. Ediciones Catedral, 2016. 382 páginas. 19,95 €
Haru es una joven oriental que, tras la muerte de su madre, es enviada a aprender a un dojo, una pequeña escuela en la que son admitidos sólo un puñado de alumnos y donde vivirán durante cinco años. A través de la práctica del shodo (la escritura clásica), el tiro con arco, el tai-chi y la meditación, Haru irá aprendiendo una filosofía de vida contra la que su propia edad la empuja a rebelarse. Pasados cinco años llega el momento de abandonar el dojo y Haru se encontrará con la realidad. Después de negarse a regresar a casa con su padre, pasa hambre, frío, situaciones límite y llega a caer en los bajos fondos. Las cosas no son evidentes, buenas o malas, blancas o negras, y es difícil distinguirlas cuando uno se encuentra en situaciones críticas. Haru tendrá que aprender a distinguir entre el bien y el mal, la riqueza interior y la exterior, la amistad y la conveniencia. Sin embargo, todo lo que consciente o inconscientemente aprendió en el dojo se hace muy presente, y será la base para tratar de remontar. “Vivir aquí y ahora será la gran lección de Haru”.
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P.- ¿Cómo surgió la idea para Haru y qué te impulsó a emprenderla?
Siempre he tenido ganas de escribir una novela acerca de una vida entera. Una vida que recorra la existencia completa de un personaje, en este caso de Haru, la protagonista, que inicia su andadura cuando el padre, que ha enviudado recientemente, la envía con quince años a estudiar a una escuela de tiro con arco. A partir de ahí, el reto de vivir, de ser, de encontrarse consigo misma y relacionarse con los demás. Había de fondo, también, el deseo de proponer un modo de entender el mundo, que supusiera la integración en vez de la exclusión, la suma en vez de la resta. Esa idea queda reflejada en la localización oriental de la historia, en el respeto por una cultura distinta a la que me enseñaron, en el aprendizaje de lo que otros, distintos, pueden ofrecernos, en la curiosidad como herramienta frente al miedo o al rechazo. Haru soy yo. Haru somos todos y todas.
P.- La vida como aventura que hay que descubrir a cada paso… ¿Cuánto de tu propia vida hay en esta novela? ¿Cuánto de ti tiene Haru?
Al terminar de escribir la novela, cuando la releí antes de enviarla a la editorial, me di cuenta de que yo era Haru. Pero me di cuenta también de que en Haru cabemos todos. No hay quien escape a la narración de una vida entera porque, sea como fuere, absolutamente todos los seres humanos pasamos por las mismas vicisitudes, aunque sea en distinto orden. Miedo, soberbia, impaciencia, euforia, tristeza, violencia, avaricia, celos, alegría, amor… Cada lector que llega a Haru y se pone en contacto conmigo me dice: esta historia me ha llegado justo en el momento en que la necesitaba. Y eso tiene que ver con el hecho de que es el recorrido por la existencia. Haru es una novela de vida. Es la vida.
P.- ¿La influencia del pensamiento y filosofía orientales han sido decisivos a la hora de escribir este libro?
Sin duda alguna han marcado el estilo, las visualizaciones, el ritmo, la simbología y su contenido. Sin embargo, se demuestra justamente que nada humano nos es ajeno, pues el hecho de que se refiera tan claramente a otra cultura no distancia a los lectores sino que les permite adentrarse con la sensación de estar en un mundo distinto al propio para acabar comprendiendo, sintiendo, que forma parte también de ellos.
P.- ¿Con cuantos aspectos vitales de Haru puede empatizar el lector a la hora de buscar caminos que también le sirvan a él de aprendizaje?
Con todos y cada uno de los aspectos vitales que se proponen: nada de lo que vive otro puede resultarnos íntimamente extraño. Somos todos humanos por igual. Es el misterio. Comprender que nuestra esencia es lo que nos iguala y no lo que nos diferencia.
P.- Comentas que has escrito el libro de tu vida, con el que siempre soñabas. ¿Por qué?
Los escritores, las escritoras, escribimos siempre los libros que soñamos. Habitualmente, cuando los terminamos de escribir, vemos en el resultado algo parecido a lo que habíamos soñado. En este caso Haru no se parece a lo que soñé: ES LO QUE SOÑÉ.
P.- En tu libro hay mucho amor y enseñanza de vida. ¿Ideal para reflexionar y escapar al ritmo frenético que hoy nos inunda? ¿Era algo que buscabas?
Si algún cambio puede haber en el mundo en que vivimos, que según no nos cansamos de insistir, a nadie gusta ni convence, ese cambio solo puede provenir del compromiso. Y el compromiso es el amor: por lo que hacemos, por alguien, por lo que nos rodea, por nosotros mismos. Todo lo que contiene Haru era algo que buscaba. Y todo lo que contiene Haru será también lo que busquen sus lectores. Haru es un libro que quiere a quien lo lee: le da un lugar para comprenderse, para perdonarse, para alegrarse de ser.
P.- Haru practica tiro con arco, meditación, escritura clásica… Disciplinas que solo parecen ejercitarse en soledad. ¿Qué representa para ti la soledad?
Aprender de la soledad y en soledad es tan importante como aprender en las relaciones y de las relaciones. Son estados complementarios y no llega a entenderse uno si no se ha entendido al otro. Son las dos caras de la misma moneda. Es necesario saber estar solo para estar acompañado y es necesario saber estar acompañado para saber estar solo.
P.- Libro muy cuidado y bellamente encuadernado. Perfecto acompañamiento a tu historia.
Estoy profundamente agradecida a la editorial, a mi editora Iolanda Batallé, por haber hecho posible este libro, este objeto, cuya historia sin duda comienza, gracias al tipo de edición, antes incluso de abrir el libro. Porque hay que tocarlo, palparlo, olerlo, mirarlo. Es un libro de esos que ya no se hacen: casi artesanal, que responde por completo a la filosofía que contiene su historia: amor por lo que hacemos, tiempo para hacerlo, goce al entregarlo.
P.- ¿Tienes ya algún nuevo proyecto narrativo entre manos?
Disfrutar de las lecturas que me están llegando de Haru. De las que van a llegar. Disfrutar de las Haru que me vayan devolviendo quienes se sientan acompañados por ella.
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Por Benito Garrido (@benitogarridog).
El libro HARU siento que fue muy inspirado,porque ha marcado mucho mi vida al leerlo.gracais Flavia y espero que sigas escribiendo