Neimhaim. Los hijos de la nieve y la tormenta
«Hubo un tiempo en el que los hombres creían que su vida era un hilo en manos de las Hilanderas, tres mujeres que urdían y tejían el lienzo del destino entre las raíces de un gigantesco fresno. Nadie escapaba a sus designios, ni siquiera los dioses».
Actualidad editorial:
¿Qué ocurriría si un pueblo pacífico que no tolera la violencia tuviera que unirse a otro que ama con pasión las armas y el arte de la guerra? Este es el punto de partida de Neimhaim, Los hijos de la nieve y la tormenta, de la escritora madrileña Aranzazu Serrano Lorenzo, una novela en la que dos clanes antagónicos, obligados ante una situación extrema, establecen una alianza y depositan en dos jóvenes la responsabilidad de guiarles en un nuevo reino. Toda la fuerza de los mitos vikingos y el misticismo celta se unen en esta novela de fantasía épica que despliega, después de dos décadas de trabajo, un mundo propio dotado de un extenso background y una particularidad que le diferencia de otras obras del género: invierte los roles femenino y masculino.
Dos pueblos, dos grandes clanes, habitaban una tierra apartada del resto del mundo. Se creían tan diferentes como la noche lo es del día. Amante del coraje y de las armas era el clan Kranyal; guerreros de bravo corazón y maestría en el arte de la lucha. Protectores de la vida y la serenidad eran los Djendel, pacíficos sacerdotes bendecidos con habilidades que iban más allá de lo natural, cuyo uso restringían con estrictos códigos. Sus historias discurrían por separado, pero un día la frágil armonía quedó alterada y el entramado del destino cambió para siempre. Ambos pueblos salvaron sus recelos y unieron sus caminos por la fuerza de la necesidad. Juntos fundaron un joven reino llamado Neimhaim. Largo y quebradizo sería el camino de su unión; para allanarlo, sus líderes pactaron ceder el mando a sus hijos primogénitos, quienes regirían Neimhaim como esposa y esposo… Ailsa, una impulsiva guerrera, y Saghan, un sereno sacerdote, son los Hijos de la Nieve y La Tormenta, llamados a convertirse en reyes de Neimhaim y a ser emblema de la Alianza que sellaron sus padres. No podían imaginar que, lejos de allí, un dios desterrado urdía pacientemente un plan para hacer de esos niños un instrumento de venganza contra sus iguales.
“Aquí la chica es la que lleva los pantalones y el chico, falda, literalmente”, explica su autora, la periodista Aranzazu Serrano. “Siempre he echado de menos en el género fantástico una protagonista con fuerza real, no una que tenga poder político o eche mano de sus ‘armas de mujer’, sino que sea físicamente fuerte e independiente, capaz de empuñar un arma, defenderse a sí misma y a los que le rodean y que no tenga que renunciar a su feminidad por ello”, puntualiza. En la actualidad, este tipo de personaje femenino está en pleno auge en novelas distópicas como Los Juegos del Hambre o Divergente. Pero en el terreno de la fantasía no es algo habitual. “En la época que comencé a escribir Neimhaim no había nada de eso, los dos únicos referentes a los que podía aferrarme eran Sonja la Roja, en el cómic, y Eowyn de Rohan, que era un personaje secundario”, indica la autora. Por eso decidió “desahogar” su frustración literaria creando su propia historia, en la que Ailsa, la protagonista, no es solo una guerrera físicamente fuerte, ágil, y diestra en las armas, sino que es la mejor de todo su pueblo. “Quizá esto también ha sido una forma de catarsis personal, porque toda mi adolescencia me sentí acomplejada por ser una chica fuerte, a la que le gustaba medirse con los chicos de igual a igual, en vez de aceptar mi papel de ‘damisela en apuros’”, confiesa Aranzazu.
Su marco de acción, maduro y congruente, hacen creíble el mundo y los ingredientes épicos y fantásticos. Y es que, según su autora, la fantasía está muy arraigada en la realidad. “La fantasía épica nos enseña que hasta el más pequeño e insignificante puede enfrentarse y derrotar a los grandes poderes. Esto está sucediendo en nuestros días”, asegura la autora. “La fantasía es un espejo de la realidad”. Al mismo tiempo, indica la escritora, la fantasía heroica cumple una doble función: aporta escapismo en los momentos difíciles –tan frecuentes en estos tiempos– y “nos da la fuerza para enfrentarnos a la más cruda de las realidades”. Para ella, el periodismo, que es su día a día laboral, ejerce la función contraria: “Desde pequeña he vivido en mi propio mundo, y creo que si no fuera por el periodismo viviría en una realidad paralela”, confiesa. “Los tremendos sucesos que veo día a día en mi profesión es lo que me ancla a la realidad, el periodismo es el contrapunto a mis ansias de escapismo”.
Aranzazu Serrano Lorenzo (Madrid, 1975) es licenciada en Periodismo y trabaja desde 2007 en el diario 20 Minutos, donde ha escrito cientos de noticias, entrevistas y reportajes sobre libros, cómics, cine, televisión, arte y divulgación científica. También ha realizado trabajos esporádicos de diseño gráfico e ilustración. A los 15 años ganó el premio Pluma de Oro con el relato Natus Pacis, ambientado en el Imperio Romano. Después de tres años escribiendo una primera novela, de ciencia ficción y viajes en el tiempo, a los 18 años, y fascinada por la mitología nórdica, se lanzó a crear un mundo propio: Neimhaim, una obra vital que ha alimentado hasta la actualidad, en un largo proceso creativo de 22 años.
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Neimhaim. Aranzazu Serrano Lorenzo. Fantascy Ediciones, 2015. 856 páginas. 21,90 €
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