“Volver a Canfranc”, Rosario Raro novela la huida de judíos del régimen nazi por el mítico paso
«En el invierno de 1942 el ejército alemán tomó la estación internacional de Canfranc en Huesca como si se tratara de un territorio más de la Francia ocupada. A pesar de que en sus dependencias se instalaron una brigada de Alta Montaña de Baviera, varios agentes de las SS y algunos miembros de la Gestapo, los protagonistas aragoneses, aquitanos y bretones de este libro ayudaron a cruzar por aquí de forma clandestina a miles de judíos. (…) Para muchos perseguidos por el régimen nazi, la esperanza se llamó Canfranc».
Actualidad editorial:
La escritora castellonense Rosario Raro presenta estos días su último trabajo Volver a Canfranc (Editorial Planeta, 2015), una novela que, combinando ficción y realidad, recupera parte de nuestro pasado más reciente para contar la historia verídica de un grupo de personas que, en tiempo de guerra y cual héroes anónimos, arriesgaron sus vidas para ayudar a miles de judíos a huir del horror nazi a través de la estación internacional de Canfranc, tomada en aquellos años por soldados alemanes. Peligrosas operaciones coordinadas por una facción de la Resistencia integrada por un músico, una camarera de hotel, un contrabandista, un obrero ferroviario o un conde parisino, y cuyo máximo responsable era el mismo jefe aduanero de la estación. “Tras su figura neutral en la aduana, Laurent Juste oculta un luchador por la libertad que se vale de inteligentes estrategias para auxiliar a los judíos que buscan escapar de una muerte segura. Así, por ejemplo, simulaba apagones de luz que él mismo provocaba, para en la oscuridad, conseguir pasar a los fugitivos”, comenta la autora durante la presentación de su libro. “Este personaje está basado en el perfil de Albert Le Lay, que ostentó el mismo cargo durante aquellos años, y que reconocido como héroe de guerra por salvar miles de vidas, prefirió llevar una vida discreta llegando a rechazar cargos de alta relevancia”.
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Volver a Canfranc combina con gran acierto la intriga de las novelas de espionaje, con la recreación histórica de una época crucial, e igualmente con la emotividad que transmite una difícil historia de amor. La secreta operativa llevada a cabo por la Resistencia en la estación de Canfranc se verá dificultada por la llegada de Gröber, un guardia de campo alemán de mano dura y reconocido prestigio. Éste se sentirá atraído rápidamente por Jana, la joven camarera zaragozana tras la que se esconde una extraordinaria falsificadora de visados y salvoconductos, y que además vive enamorada apasionadamente de Durandarte, el contrabandista que no duda en desafiar los manejos del poder. Juste seguirá organizando el paso de muchos judíos por la frontera, entre ellos famosos personajes de la historia. Sin embargo, un día sus actividades son descubiertas por la Gestapo que no dudará en tomar cartas en el asunto.
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–Construyes en la ficción unos hechos históricos poco conocidos por el público no tan especializado en el tema. Supongo un enorme trabajo de documentación.
–La mayoría de los personajes son reales y fieles a su biografía, aunque sus nombres hayan sido modificados en la novela. El marco histórico recoge hechos que muchos lectores seguro desconocen como: la ruta del expolio nazi por la que camiones cargados de oro robado cruzaban la frontera con el consentimiento de las autoridades españolas, el transporte de wolframio hacia Alemania, la red de espionaje organizada desde Canfranc para la evacuación de refugiados, la existencia de pasos clandestinos donde los judíos se escondían bajo condiciones realmente penosas… Aunque parezca mentira estamos hablando de algo que pasó hace poco más de setenta años. No estamos hablando de la Edad Media, aunque la barbarie que practicaron los nazis sí que parecía medieval. La documentación ha sido muy exhaustiva, aunque en aras de la espectacularidad y de la novela, sí que me he tomado ciertas licencias. Como escritor, te interesa contar una historia verdadera pero de la forma más emotiva posible. Valerse de la realidad para contar una historia es clave en una ficción literaria e histórica como esta.
–Fueron también muchos los intelectuales que se salvaron cruzando el paso de Canfranc.
Fueron más de quince mil judíos los que salvaron su vida cruzando esta frontera pirenaica. Entre ellos importantes figuras como Alma Mahler y su marido el escritor Franz Werfel, Heinrich Mann, Lion Feuchtwanger, el artista Max Ernst, Josephine Baker o Marc Chagall. Las montañas estaban tomadas por búnkeres de vigilancia o por patrullas alemanas. Desplazarse trescientos metros era casi imposible sin estar controlado. La labor de Durandarte era llamar la atención de los soldados para así acudir al auxilio de los judíos que huían y encaminarlos de forma correcta.
–Alguno de tus personajes existieron realmente y fueron reconocidos como verdaderos héroes en nombre de la libertad.
A Laurent Juste (Albert Le Lay en la realidad) por ejemplo le llamaban el rey de Canfranc, un benefactor que con el dinero alemán o francés que dejaban los judíos ante la imposibilidad de utilizarlo en sus destinos sudamericanos, abrió hasta un colegio. Este hombre fue una verdadera bendición para Canfranc, lugar con el que se sentía comprometido y al que tenía claro que quería volver. De hecho renunció incluso a ser ministro con De Gaulle. Hay quien enfoca toda su vida y toda su carrera a conseguir un alto cargo, y a alguien a quien se lo ofrecen, no duda en rechazarlo.
–En tiempos de guerra el miedo es capaz de cohibir a unos y de dar alas a otros.
–Eso es clave en la historia, por qué en las mismas circunstancias algunas personas se crecen y otras se achantan. El problema surge cuando la falta de escrúpulos lleva a actos como los acometidos por el gobernador civil, capaz incluso de cobrar por pasar a fugitivos a través de la montaña. Las condiciones extremas a que conduce la guerra permiten conocer de verdad a las personas y su firme comportamiento: si alguien es capaz de arriesgarse por otros amenazados o simplemente van a lo suyo intentando sobrevivir. Juste por ejemplo, estaba obsesionado las veinticuatro horas del día por salvar personas, le preocupaba que llegase un tren y él no pudiese estar allí para lo que fuese necesario. En tiempos de miseria siempre destacan las perlas.
–¿Cómo surgió la idea de escribir sobre la estación de Canfranc y sus circunstancias?
–El primer contacto surgió con una investigación sobre mi apellido: yo estaba convencida de que todos los Raro (como mi apellido) eran de Segorbe, pero la primera vez que se documentó el apellido fue en un acta notarial del siglo XV en un pueblo muy cercano a Canfranc. Después me enteré que también había Raros en Jaca… Después me volví a encontrar Canfranc en un libro sobre lugares emblemáticos hoy abandonados, y en documentales sobre el valor que tuvo ese lugar en la contienda mundial. Cuando empecé a escribir sobre el tema central de la novela, era como si el destino hubiese jugado sus cartas y me llevara a una conexión directa con la localidad oscense.
–En tu novela, literatura y entretenimiento van siempre de la mano.
–Santiago Posteguillo dice que lo principal en una novela es el entretenimiento, y si además esto va ligado a un punto de aprendizaje y de diversión, pues mucho mejor. Yo tengo muy claro que el principal mandamiento de un escritor es no aburrir, conmover, entretener y aportar informaciones de interés para el lector. Una novela que aporte estas cosas suele resultar lo más cercano a mi ideal literario.
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Volver a Canfranc. Rosario Raro. Editorial Planeta, 2015. 510 páginas. 20,90 €
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Por Benito Garrido (@benitogarridog).
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Hola,
Estuve en Jaca de vacaciones, y al visitart Canfranc me sorprendió descubrir toda su historia. cuando vi el libro Volver a Canfranc, no lo dudé ni un segundo, lo compré.
Lo leí de un tiron a la vuelta de mis vacaciones.
Una obra magistral. Descubrí que las guerras como siempre sacan lo peor y lo mejor de las personas.No sabia la importancia que tuvo Canfranc con la ayuda a los judios.
Es un libro con el que he aprendido mucha cultura y con el que he llorado.
Muchas gracias por ayudfarnos a descubrir lo que pasaba tan cerca de casa cuando tanta gente estaba sufriendo.
Un cordial saludo.
Maria Carmen