«La puta enamorada»: tres desclasados en la corte de Felipe IV
Por Horacio Otheguy Riveira
Sobre datos históricos reales, una comedia festiva que navega en las trágicas aguas de un Madrid lleno de orines y mierdas que vuelan por las ventanas, «al grito de agua va y también sin aviso».
Sin embargo, en el Estudio de Diego Velázquez, una mujer y un criado impuesto habrán de vivir una aventura diferente, como si de verdad fueran otra cosa que figurines de un rey despótico que puede hacer con ellos lo que le venga en gana. Mientras tanto, el Santo Oficio quema supuestas brujas y admite traiciones a mansalva a cambio de dinero, y por dinero una actriz es a la vez puta y un pintor genial hace lo que le manda su majestad.
El criado ramplón y divertido es en el fondo un tipo peligroso, superviviente nato, capaz de cualquier cosa, obligado a permanecer junto a Calderona, la amante del rey, obligado a no separarse de ella ni un minuto, porque ha de pintarla Diego Velázquez, y ha de tenerla desnuda para plasmar en el lienzo el delicioso cuerpo que su majestad no quiere compartir. No esta vez.
Entre pintor y modelo el amor es previsible, pero la función avanza a buen ritmo por los informes bien templados que se van dando en torno a la reina, al Madrid de suciedad desesperante bajo las intrigas palaciegas y sus personajes claves, algunos nombrándose, otros sugiriéndose, y en medio el amor y el deseo que juegan a una vida que no tiene posibilidad alguna: prisioneros de una sociedad cerrada que en el Estudio del pintor parece no llegar, ni en el fuego de sus hogueras ni en el rigor de sus expulsiones.
Los tres son pordioseros de lujo en una Corte de la que pueden caer en cualquier momento, tras el mínimo hartazgo o la menor vacilación, dando siempre manotazos de ahogados entre los caprichos del poder.
Transitando por zonas escatológicas (comienza con la bella muchacha que viene de la calle salpicada de orines que acaban de arrojar por una ventana) y por la ardiente cotidianidad de placeres sexuales comprados, esta Puta enamorada de Chema Cerdeña tiene la virtud de mantener siempre una elegancia de teatro moderno que bebe de los clásicos y bebe bien, y se divierte y se emociona al recordar, de pronto, que ya destaca Calderón de La Barca con un auto sacramental, mientras el gran Lope de Vega le ve crecer, impotente y furioso.
La puta enamorada es un canto a la libertad de creación, al amor y a la lucha por la supervivencia. Es un texto que pretende echar una mirada atrás, para descubrir qué poco hemos cambiado en cinco siglos de nuestra historia.
Un texto hecho de vísceras. Y, con toda la humildad posible, de las mismas entrañas de donde surge el arte.
Así se expresa el autor, y tras él, un gran actor como Jesús Castejón (Jugadores) asume la dirección, imprimiendo a cada «jornada» una atmósfera bufonesca, lírica, desgarrada o tierna, según convenga. Para ello cuenta con Javier Collado que defiende con holgura a su criado tan gracioso como siniestro, después de ofrecernos en este mismo escenario un magistral Calígula en la pasada temporada.
Federico Aguado (sobresaliente en El hijoputa del sombrero) conmueve con muy poco, porque escaso es el desarrollo de su personaje: tiene una voz imponente con la que transmite la sensualidad y la amargura precisas alrededor de una estupenda seductora como Eva Marciel (Calderona) que es tan osada y basta como tierna y cautivante, de pronto pudorosa, de pronto impúdica… Una actriz fogueada en cine y televisión con un notable trabajo teatral en La dama duende, dirigida por el maestro Miguel Narros.
La puta enamorada
Obra en tres jornadas y epílogo
Premio “Max Aub” al mejor texto en los Premis de les Arts Esceniques de la Generalitat Valenciana, 1999.
Autor: Chema Cardeña
Dirección: Jesús Castejón
Intérpretes: Eva Marciel, Javier Collado, Federico Aguado
Espacio escénico: Curt Allen Wilmer
Vestuario: El Matrimonio Secreto
Música original: Luis Delgado
Iluminación: Juanjo Llorens
Fotografías: Gerardo Sanz
Una producción de Compañía Salvador Collado (Euroscena) en coproducción con Teatro Calderón de Valladolid
Lugar: Teatro Fernán Gómez
Fechas: Del 8 de enero al 1 de febrero de 2015
Encuentro con el público: 29 de enero, entrada libre hasta completar aforo,