Jorge Usón y Carmen Barrantes en un dichoso cabaré de Boris Vian
Por Horacio Otheguy Riveira
Carmen Barrantes y Jorge Usón vuelven a Madrid con una gran función que cumple 10 años sobre las tablas, cosechando risas, aplausos y premios como, por ejemplo, el MAX al mejor espectáculo de Teatro Musical 2010. Imaginación y mucho talento en un pequeño formato en el que vibra la ironía y la emoción del gran Boris Vian, al que se le rinde homenaje en su vertiente más dislocada y antisocial: Cabaré de caricia y puntapié.
Todo está en marcha, acaba de empezar un show «eterno como el sol», al viejo son del tradicional cabaré con la energía y desparpajo de hoy, y un gran amor por las nobles bufonadas de ayer: ese misterioso lugar donde la poesía y la música se pueden permitir lo sublime y lo disparatado, la rabia y la ternura, los placeres sublimes de los bajos instintos y lo que les dé la gana.
De entrada, un hallazgo admirable que el director Castrillo-Ferrer se haya ocupado de la traducción de las canciones de Vian desde el propio título del espectáculo, con la versión española del francés cabaret, logrando emparejar nuestro humor al humor aquel, de manera que ya en el programa de mano empecemos a jugar todos juntos, gozando a lo grande de esta celebración de la alegría con su poco de tristeza.
En la calle:
— Hombre, cuánto tiempo. ¿Cómo estás?
— Vian, muy vian.
En la cama:
— ¿Qué, qué tal?
— Me he quedado revian.
En el refranero:
Haz el vian y no mires a quién.
Lo que vian empieza, vian acaba.
En todo el ambiente de juerga, ironías y sarcasmos hay sitio para la emoción que retiene las risas y provoca escalofríos. Jorge Usón frena su brillante histrionismo y con una voz espléndida nos transporta a una época de gran sufrimiento: 1940, ya desencadenada la Segunda Guerra Mundial, poco antes de que París sea ocupado por las tropas alemanas, cuando Boris Vian escribe una canción que se canta entre amigos de los libros, la música y las artes; noche a noche, desdibujadas las miradas tristes por el humo del tabaco: Le deserteur.
Monsieur le président
Je vous fais une lettre
Que vous lirez peut-être
Si vous avez le temps
Je viens de recevoir
Mes papiers militaires…
Señor presidente
Le escribo esta carta
Que quizá lea usted
Si tiene tiempo
Acabo de recibir
La orden militar
Para ir a la guerra
El próximo miércoles.
Señor presidente
No voy a hacerlo.
No vine a este mundo
Para matar pobre gente.
No quiero que se enfade
Pero he de decirle
Que mi decisión es firme:
Voy a desertar.
Desde el día en que nací
He visto morir a mi padre …
Cabaré de caricia y puntapié
Espectáculo basado en las canciones de Boris Vian. Textos a partir de un trabajo de improvisaciones del equipo artístico.
Actores: Carmen Barrantes y Jorge Usón
Traducción de las canciones y dirección: Alberto Castrillo-Ferrer
Música y arreglos: Miguel Ángel Remiro
Escenografía: Manolo Pellicer
Vestuario: Marie-Laure Bénard
Diseño de luces: Carlos Samaniego «Sama»
Coreografías: Blanca Carvajal
Arreglos «El desertor»: José Mora
Pingback: Castrillo-Ferrer: Cyrano es una comedia de espadachines y una gran tragedia romántica | Culturamas, la revista de información cultural