Mis lecturas obligatorias favoritas
Tengo que reconocer que, sin llegar a ser una ‘‘estudiante modelo’’ ni de lejos, había algo en mi periodo académico en lo que era de lo más aplicada: la lectura. Solía pedir a los profesores que me dieran a conocer la lista entera de lecturas obligatorias de todo el curso nada más empezar este. Los trabajos que debía realizar sobre estos tendían a retrasarse más, incluso algunos no llegaban nunca, pero antes de terminar el primer trimestre ya los tenía todos leídos.
Pero es sabido que la cantidad no siempre gusta de ir acompañada de la calidad. Y, como pasa en la actualidad, muchas de estas lecturas obligatorias ni si quiera eran apropiadas para la edad de los alumnos a los que se les exigía que los leyeran. Aun así, muchos de aquellos libros se convirtieron en mis favoritos para el resto de mis días, a pesar de que no siempre entendía la trama oculta, el mensaje implícito…
El ejemplo perfecto en mi caso es El guardián entre el centeno de J. D. Salinger. Cuando me lo mandaron en mi primer año de instituto ni tan solo sabía de la controversia y los mitos que le rodeaban, como que varios asesinos se habían escudado en su lectura para alegar una especie de locura inducida por sus
páginas (John Hinckley Jr., que intentó asesinar a Ronald Reagan, y Mark David Chapman al matar a John Lennon). En aquel momento la información no estaba a un clic de ratón y, si lo estaba, lo que no solías tener a mano era un ratón y una pantalla. El libro en sí me encantó por lo directo que era desde su narrador en primera persona. Un adolescente que se metía en líos y que ni el mismo entendía muchos de sus comportamientos erráticos. Un tipo rebelde, valiente y en fondo lleno de valores.
Pocos años después, al mencionar que era uno de mis libros favoritos, alguien me contó todas las leyendas en las que estaba envuelto. Mencionándome que muchos estudios habían estudiado al personaje principal concluyendo que estaba mentalmente enfermo: depresión, bipolaridad… La verdad es que de alguna manera todos estos datos me dejaron un poco desencantada y no volví a leerlo para comprobar si, en ese momento, con algo más de perspectiva que años atrás, lograba entrever y entender el libro de esa manera tan analítica. Prefería quedarme con la visión directa y noble de una adolescente que lee a otro adolescente sin la mirada prejuiciosa del adulto. Aunque quizá sea hora de intentar volver a disfrutar de aquella lectura obligatoria.
Otro que se convirtió en libro de cabecera para mí desde el primer minuto que cayó en mis manos es Un mundo feliz de Aldous Huxley. Este, creo recordar que me lo mandaron en el último año de la E.S.O., contaría con unos dieciséis o diecisiete años. Fue mi primera lectura de género futurista y, me dejó tan fascinada que recuerdo hasta el más mínimo detalle de aquella supuesta idílica sociedad donde nadie envejecía, ni sufría.
A diferencia del anterior, de este siempre tuve claro que había pillado el concepto a la primera. Incluso me provocó el miedo que creo el autor esperaba en su día causar, más que a sus contemporáneos, a los lectores de futuras generaciones. El libro fue publicado en 1934 y es espeluznante lo acertado que era en el 2000 y cuanto más real y probable se vuelve con el paso del tiempo. El control de la población mediante fármacos, la clasificación desde la cuna de las personas, la alienación de las pasiones o el hecho de educar a los niños para que no disfruten con juegos simples y siempre estén deseosos de juegos complicados y costosos.
Fue todo un impacto ver como alguien sesenta y seis años atrás había imaginado algo que, sin haber pasado aun,estaba comenzando a ocurrir. A día de hoy es todavía más impresionante ver cómo nos dirigimos a ese ‘‘mundo feliz’’ sin desviarnos a penas del camino. Y es que quizá, el verdadero profeta no es Nostra Damus, sino el señor Aldous Huxley ya que, de continuar así, es muy probable que nuestros bisnietos no lean esta novela como futurista, sino más bien como contemporánea. Lo que es seguro es que jamás debería desaparecer de las listas de lecturas obligatorias en los centros educativos.
Información de los libros:
El guardián entre el centeno. Autor: J.D. Salinger. Editorial: Alianza Editorial. Precio: 9,80 €
Un mundo feliz. Autor: Aldous Huxley. Editorial: Alianza Editorial. Precio: 9,95 €