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Tres actores ofrecen un divertido`Verano Chéjov´ en Guindalera

Por Horacio Otheguy Riveira

Una encantadora función por pocos días que merece estar toda la temporada a sala llena. Tres formidables actores brindan un homenaje al gran autor ruso lleno de brío y buen humor, jugando a un brillante ejercicio de teatro en el teatro con ayuda de los espectadores. ¡No se la pierdan!

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Felipe Andrés, María Pastor y José Bustos: actores habitualmente volcados en dramas intensos, divierten y emocionan con frescura y brillante vena humorística.

 

Dos actos sin interrupción. En el primero,un joven director arrogante y antipático se ocupa de un casting en el que necesita de una espectadora como asistente; primero recibe a una actriz con poca experiencia, dulce y encantadora, llamada Nina, como la joven y ambiciosa muchacha de La gaviota… Y después a un nervioso chico que no se sabe la obra prevista, pero se lanza con un monólogo clásico… Jaleo, improvisación, música en directo y dos canciones muy distintas entre sí para colmar de encanto una función que se agradece.

Un Chéjov divertido que aparece en plan de farsa con dos piezas magistrales: Sobre el daño que hace el tabaco, estrenada en 1886, y ya ocupando toda la segunda parte, La petición de mano, de 1880. Ambas funciones divierten, pero no escapan a la melancolía característica del autor, quien entre sonrisas propone juegos sociales en los que sus personajes carecen de libertad, víctimas de prejuicios y frustraciones.

La farsa, la crítica social y el mundo teatral se citan acompañados por la música del piano en directo, para desenmascarar los prejuicios, las frustraciones y las alegrías de la vida contemporánea.

Los personajes son chejovianos, pero se permiten golpes de efecto, a base de improvisaciones ejecutadas por tres profesionales formidables, entregados a un juego muy logrado en el que cada noche los textos originales se permiten recreaciones sin abandonar a aquellos conmovedores seres que ya forman parte de la historia del teatro. En primer lugar: Iván Ivanovich, el desgraciado que teme a su mujer y por ello acepta dar una conferencia sobre el daño que hace el tabaco, para aprovechar su ausencia y confesar lo inconfesable:

… Mi mujer no quiere dar reuniones ni invita nunca a nadie a comer… Es una dama sumamente roñosa, gruñona e irascible, por lo que jamás viene nadie a visitarnos; pero, sin embargo, puedo comunicarles, en calidad de secreto (Se acerca a las candilejas.), que a las hijas de mi mujer puede vérselas en los días de las grandes festividades en casa de su tía Natalia Semionovna…, esa que padece de reuma y gasta un vestido amarillo con pintitas negras que parece va todo salpicado de cucarachas…

… Hubo un tiempo en el que fui joven, inteligente…, en el que estudié en la Universidad…, en el que soñé y me consideré un hombre!… ¡Ahora, nada necesito!… ¡Nada, salvo la paz!… (Mira hacia un lado y se pone precipitadamente el frac.) Pero ¡si está mi mujer entre bastidores!… ¡Ha venido y me está esperando!

 

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Luego se convertirá en Iván Vassiliyitch  para pedir en matrimonio a Natalia, la hija de 25 años de su vecino, el anciano Stepan Stepanovich, aunque se verá enredado en tremendas discusiones mientras tiene una y otra dolencia, aprensivo y temeroso como es. Pero con la chica que quiere ser conquistada no es posible dejar de discutir, ya que la discusión se presenta como raíz y corolario de toda relación conyugal. 

Un espectáculo especialmente gratificante porque entre varios hallazgos, ofrece la ocasión de descubrir la vena humorística de Felipe Andrés y María Pastor, generalmente volcados en dramas complejos, como aquel prodigio que hicieron juntos en esta misma sala —junto a Bruno Lastra—, El fantástico Francis Hardy, curandero, de Brian Friel.

También se permiten una libertad más, que se repite dos veces, aunque la segunda de un modo diferente. Al piano José Bustos con la voz de María Pastor, y luego con voz y pasos de baile de María junto a Felipe Andrés para cantar un hermoso tema de Cole Porter, maestro de maestros del musical americano, Lets do it (Hagámoslo), con una excelente adaptación al castellano; tributo y pleitesía a la alegría de vivir y la plena conciencia de que junto a las travesuras habituales de los animales… y otras especies, también nosotros podemos detener los problemas y disfrutar del amor.

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Sobre diversos textos de Anton Chejov, una iniciativa de los actores María Pastor, Felipe Andrés y José Bustos, con la colaboración del Teatro Guindalera, y la supervisión del director Juan Pastor.

 

Fotografías: Manuel Benito

Diseño Gráfico: laplaya.org

Funciones: del 10 al 26 de julio de 2014 a las 21 horas.

 

 

 

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