“Mystery Girl”, de Roy Orbison. Brillante testamento del “rockero” melancólico
Por Kepa Arbizu.
Para toda una generación el primer contacto con Roy Orbison, y se podría decir que con el mundo del rock and roll, se produjo al ver en televisión a un hombre sobrio, casi hierático, con gafas oscuras que interpretaba una canción titulada “You Got it”. Sorprendía su voz, con ese tono casi operístico, además de esa mezcla de melancolía y épica dentro de un tipo de composición altamente instrumentada pero con esencia rockera. Dicho tema pertenecía a “Mystery Girl”, un disco del que ahora, al cumplir su XXV aniversario, se publica una reedición en la que además de las habituales tomas alternativas de los temas incluye un interesante documental, “Unraveled”, sobre el mismo.
Paradójicamente aquel trabajo sería lo último que grabaría el músico norteamericano antes de desaparecer en 1988 y que vería la luz de manera póstuma poco después , resultando así un testamento de una calidad sobresaliente. De esta manera se consolidaba la tarea, que ya se había iniciado de alguna manera con la actuación homenaje a su figura (“A Black & White Night”) en el que se reunieron grandes músicos de la época, de sacar definitivamente del ostracismo, debido al desierto creativo en el que estaba inmerso, en el que se encontraba un verdadero icono de la música popular.
En ese resurgimiento de Roy Orbison no sólo tuvo que ver su propio talento, sino toda una serie de colaboraciones de un altísimo nivel que pusieron su granito de arena a la hora de dar forma a un álbum que terminaría por marcar historia, en lo particular y en lo global. Entre los compañeros que van a aparecer en él tienen un papel especialmente relevante varios de los integrantes con los que comparte formación en el “supergrupo” The Travelling Wilburys como son Jeff Lynne y Tom Petty, y alguno de sus Heartbreakers (Mike Campbell y Benmont Tench). A ellos se añadirá una pléyade de artistas de contrastadísimo talento y relevancia, que incluye desde George Harrison a Steve Cropper pasando por T-Bone Burnett, por citar sólo algunos.
“Mystery Girl” es un disco que rezuma un sentimiento de melancolía, algo habitual en la música de Orbison, realmente evidente. Los momentos que trabajan con más intensidad esa idea, llegando a resultar sobrecogedores, llegan por medio de canciones como “In the Real World”, con ese maravilloso comienzo en el que escuchamos su voz en primer plano llena de sentimiento a la que pronto se suma la instrumentación, o “A Love so Beautiful”, una explosión de épica por la que pasea la guitarra de George Harrison.
En ese mismo sentido, pero sin llegar a la gravedad de las citadas, destaca “You Got It”, que ya se ha convertido, entre otras muchas razones por su emblemático estribillo, en uno de las canciones más significativas del músico, o la magistral She’s a Mistery to Me”, compuesta por Bono y The Edge de U2, que ya desde su comienzo, con la percusión y el arpegio de guitarra, enseña su virtuosismo y elegancia para maniobrar esa misteriosa emotividad. “California Blue” es una deliciosa composición repleta de nostalgia, algo aplicable también a The Comedians (otra con un inicio que sólo esa parte ya valdría la pena), canción realizada por Elvis Costello y que contiene un “in crescendo” romántico realmente emocionante, o al medio tiempo rockero que es “Careless Heart”.
Pero el disco también va a tener fogonazos de otros estilos, siempre bajo el peculiar manto de Roy Orbison, y que consigue dotarle de un cierto dinamismo y colorido. Una maravillosa sección de metales y la reconocible guitarra de Steve Cropper dan un aire soul a “The Only One”, mientras que las olas y la playa asoman por la surfera “Windsurfer”. El rock and roll marca de la casa, bailable y repleto de nervio, dirigido por la sección rítmica, hace su aparición dando forma al momento más animado del álbum con “(All I Can Do Is) Dream You”.
“Mystery Girl” es un disco fascinante. A pesar de ser un trabajo en el que la nostalgia es la tonalidad predominante, y por muy paradójico que pueda parecer por el papel que tuvo en su biografía, es un disco repleto de vitalidad, y lo es porque siempre que comienza a sonar, da igual las veces que lo haya hecho ya con anterioridad, es capaz de emocionar. Un trabajo que sirvió, al margen de su calidad mayúscula, para poner, a modo de genial despedida, en el lugar que se merecía, y merece, Roy Orbison. Algo de lo que nunca hay que olvidarse.
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creo que la musica rock es lo mejor aunque no entiendo el xq muchas pessonas lo detestan lo mismo del metal se que es algo diabolico pero es lo mque a una le gusta .. porque critycan algo que no han escuchado
Me encanta Roy Orbison, desde de niño,
Roy Orbison, si no me equivoco, vestía de negro porque su mujer y su hijo murieron en un incendio en su casa.