La divertida libertad de los niños entre hombres solitarios
Por Horacio Otheguy Riveira
‘Continuidad de los parques’ encara con alegría e imaginación una nueva propuesta del director Peris-Mencheta con un autor a su medida y actores con una contagiosa complicidad.
He visto espectadores muy serios en los primeros 15/20 minutos que acabaron rendidos ante el ritmo, las diabluras, las torpezas y las emociones de todos los personajes que encaran cuatro actores que se la juegan con disciplina espartana y maravilloso sentido de la comedia.
También he visto una sala llena que no se cansaba de aplaudir…, y una compañera de butaca desconocida con la que terminamos mirándonos en una conjunción rara de carcajadas, algo que se propone la estupenda Marta Solaz cuando se mezcla entre las acomodadoras para presentar a los desconocidos espectadores y empezar a jugar con el público, ella y su preciosa sonrisa, ella y su talento cuando después intervendrá musicalmente y componiendo fugaces personajes para que estos hombres dislocados… no estén tan solos, tan sobrecargados de testosteronas que no saben si existen o están por ser.
Y a la salida he seguido a algunas parejas cual torpe inspector a lo Peter Sellers, y todos se dejaban escuchar mientras comentaban escenas sonriendo, manteniendo y enriqueciendo algunas de las múltiples sonrisas que esta Continuidad de los parques genera a lo largo de hora y media entre risas nerviosas, risas espontáneas, reflexiones a golpe de bien urdidas tensiones entre hombres que se intoxican y defienden la sexualidad de animales que nunca han tenido; hombres enteros que caen víctimas de una borrachera llena de brío y “divinidad” surrealista; ladrones al borde de la esquizofrenia paranoica, agobiados por insólitas bandas; ensayos de seducción que parecen otra cosa cuando las cosas no son lo que parecen ni siquiera al borde de una noche de lluvia tremebunda que se logra con la imaginería propia del teatro.
Las situaciones se encadenan de manera muy fluida, con un cierto aire de improvisación que en realidad ha exigido un notable rigor. Nada más difícil en el teatro que dar esa sensación de “naturalidad” tan propia de las mejores comedias. Sería imperdonable que este cronista entrara en detalles porque la sorpresa es fundamental en todos los cuadros, capaces de llevar al espectador a muchas de las sensaciones que ha querido transmitir el autor Jaime Pujol:
El banco como casilla de salida y la obra como un tablero donde se juegan diferentes realidades y perspectivas para que el público se mueva entre sorpresas, equívocos y desconcierto; con personajes que son o parecen ser, que se comunican o creen hacerlo; seres que discurren en ese territorio tan divertido de las apariencias
Muchas situaciones bien combinadas con una coda final que no hay que perderse por nada del mundo. Llega después de los aplausos, justo cuando la gente empieza a levantarse. Es un cuadro muy breve, en exteriores, con la espléndida colaboración de Michelle Jenner.
Desde luego también me he visto a mí mismo enganchándome cada vez más con este espectáculo muy recomendable, en la misma sala donde presencié otras funciones de este director embarcado en una emocionante evolución. Aquí mismo me interesó muy poco su aplaudida versión de La tempestad, disfruté mucho con el furibundo mundo femenino de Incrementum y me emocioné con la arriesgada apuesta de Juan Diego Botto, autor y protagonista en Un trozo invisible de este mundo.
Larga vida a este mosaico de vivencias imaginarias y realistas que se establecen en escena a la medida del criterio del director que asumió todas las facetas posibles y consiguió una producción muy brillante para que todo el espectáculo adquiriera la dimensión necesaria:
En un parque cambian las reglas del juego. Uno para. Y puede que se encuentre a sí mismo un instante. Y a lo mejor, gracias a eso, se encuentre también con “el otro”. ¿O es al revés? ¿Es el encuentro con “el otro” el que propicia que uno se encuentre consigo mismo?
Se trata de una obra que disecciona, a través de 8 cuadros, el dilema entre “tu” verdad, “mi” verdad, y “la” verdad. Y es el espectador el que finalmente elige su propia aventura.
Continuidad de los parques
Autor: Jaime Pujol
Dirección, adaptación y espacio escénico: Sergio Peris-Mencheta
Intérpretes (por orden de aparición): Gorka Otxoa, Fele Martínez, Luis Zahera, Roberto Álvarez. Con Marta Solaz y Xabier Murúa.
Diseño de iluminación y dirección técnica: Braulio Blanca
Dirección de arte y atrezzo: Eva Ramón
Audiovisuales y espacio sonoro: Joe Alonso
Diseño de vestuario: Elda Noriega
Composición musical: Marta Solaz
Fotografía: Jerónimo Álvarez y Antonio Vicente
Diseño banco: Braulio Blanca y Sergio Peris-Mencheta
Asesor de magia: Nacho Diago
Taller de clown: Néstor Muzo
Maestro de Loop Station: Marcos Martínez – Grison Beatbox
Lugar: Naves del Español. Matadero. Sala 2
Fechas: Del 20 de marzo al 27 de abril
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