¿Qué hacer con un alce que cruza la calle imprudente? ¿O con un oso sorprendido allanando una casa? Hace tres siglos, a los animales que infringían la ley se les asignaba un abogado y eran juzgados. Hoy, las respuestas ya no están en la jurisprudencia, sino en la ciencia: la curiosa disciplina que estudia los conflictos entre humanos y vida salvaje.

Acompañando a expertos en conflictos con elefantes, gestores de osos, investigadores forenses de ataques de animales y hasta especialistas en «árboles peligrosos», la autora estadounidense recorre el mundo documentando casos insólitos.

En la primera mitad del libro, Mary Roach aborda los delitos graves: asesinato, homicidio, robo o allanamiento de morada. Osos y grandes felinos figuran entre los sospechosos habituales. En la segunda parte, la autora se entra en infracciones menores, pero más extendidas, como ungulados que cruzan la calle sin mirar o roedores intrusos.

Por supuesto, no se trata de crímenes literales. Los animales no se rigen por nuestras leyes, sino por su instinto. Casi sin excepción, solo hacen lo que suelen hacer: comer, cagar, formar un hogar, defenderse o defender a sus crías. El problema surge cuando lo hacen en territorio humano.

Con su característico humor y rigor científico, Roach no solo relata estos conflictos de manera entretenida, sino que también examina las estrategias humanas para «hacer cumplir la ley» a los animales, muchas veces con resultados irónicos o contraproducentes.

Un libro divertido que invita a reflexionar sobre nuestra relación con la naturaleza y hasta qué punto es razonable imponer nuestras normas a otras especies. Cuando se trata de fauna «problemática», la autora descubre que los humanos son a menudo el problema y la solución