La multiplicación de los cuerpos
Por Daniel Dimeco @DanielDimeco
Un año después de haber enviudado y de haberse casado con el metódico Teodoro Madureira, Doña Flor se ve en la disyuntiva de tener que convivir con el mencionado marido y con la aparición del ardoroso espíritu del primero, el insaciable Vadinho Santos Guimarães. En la novela del brasileño Jorge Amado, Doña Flor y sus dos maridos, la protagonista opta por quedarse con ambos hombres gozando de la estabilidad emocional y social que le proporciona uno y de la permanente marea orgásmica a la que la lleva el otro.
No suele fallar, pero en muchas parejas, antes o después, llega ese momento en sus vidas en el que las prácticas sexuales convenidas en el pasado y hechas tradición con la práctica tienen que ser sacudidas y reinventadas, algo así como un reajuste del contrato. Tal vez se deba a que, como muchos sostienen, la monogamia es una creación del hombre con la única finalidad de mantener un cierto orden en la estructura social.
Filosofía de barrio aparte, la nueva propuesta teatral que dirige e interpreta Miguel Ángel Quirós, Cuerpo dividido, nos invita a asomarnos a través de una ventana veneciana, cual voyeurs, y a observar dentro de un apartamento pequeño, modelo ministra Trujillo. En “el pisito”, una joven pareja a punto de casarse “se está conociendo” a pesar de que todo lo importante ya parece estar dicho, incluso cuando ambos “se saben” queridos por la otra parte. Pero, claro, si así de natural y sencillo fueran las cosas, no tendríamos obra dramática.
El texto de Cuerpo dividido, escrito por el dramaturgo español afincado en Londres, Raúl Quirós Molina, adquiere complejidad a medida que transcurre el tiempo y los espectadores quedan inmersos en un ping-pong dialéctico y gestual, de verdades y medias verdades, entre ambos personajes centrales: Cristina (interpretado por Naiara Murguialday, una actriz que ha sido un verdadero descubrimiento y cuyo papel se robustece minuto a minuto hasta el final) y Manuel (a cargo de Miguel Ángel Quirós, quien, con la calma y contención de su personaje, empuja a pensar qué es lo que esconde).
Los vahos de este calor agosteño en Madrid no tienen el mismo embrujo que en las cálidas noches bahianas durante los carnavales; pero, sin temor a errores, quien siembra la duda en Cuerpo dividido es un personaje que no vemos y que se parece mucho al ardiente Vadinho que conquistaba mujeres hasta el exceso de la muerte. El amigo del novio, futuro padrino de boda, hunde una cuña en medio de la pareja a escasos días que den el “sí quiero”, cuando el tema de las visitas a los burdeles se convierte en un asunto difícil de resolver.
La obra de Quirós va tomando forma, poco a poco, a través de un cínico bordado textual manchado de ciertas mentiras, algunas obsesiones y raptos de histeria que llevan a que los espectadores inclinen sus simpatías hacia uno u otro personaje para que, al poco tiempo, se vean compilados a cambiar de tercio. Hasta que la aparición de un tercer personaje a cargo de Rubén Labio produce un quiebre significativo que recarga la relación de la pareja de una tensión aún mayor y conduce la historia hacia un final muy bien resuelto desde la dirección.
Se agradece la posibilidad de ver una obra de teatro montada por una pequeña compañía, como lo es Los Sueños de Fausto S.L., y recibir a cambio un trabajo de calidad a través de una historia muy bien contada, con interpretaciones sinceras y profesionales, saliendo de la sala con la mente y el cuerpo divididos entre las múltiples vivencias de cada uno de los personajes.
Cuerpo dividido
Autor: Raúl Quirós Molina
Dirección: Miguel Ángel Quirós
Reparto: Naiara Murguialday, Miguel Ángel Quirós y Rubén Labio
Compañía: Los Sueños de Fausto S.L.
Lugar: Sala de Teatro Bululú2120 (Madrid)
Fechas: Todos los domingos de agosto a las 20.30h.
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