Las diez grandes decepciones de Charles Dickens
Las grandes decepciones de Charles Dickens fueron diez: Charley, Mamie, Katey, Walter, Frank, Alfred, Sydney, Henry, Dora y Plorn. Sus diez hijos. Eso es lo que nos hemos empeñado en creer, dice Robert Gottlieb, autor de Great Expectations: The Sons and Daughters of Charles Dickens. Aunque, en su opinión, todos hemos exagerado, incluido el escritor británico. Precisamente en el lado opuesto a la decepción están Selva Almada, Juan José Saer y Leopoldo Brizuela, cuyas novelas lideran la lista de los mejores libros argentinos de 2012. Empezamos.
REINO UNIDO
Un día el periodista y escritor Robert Gottlieb encontró una compilación de cartas de uno de sus escritores favoritos: Charles Dickens. Le sorprendió comprobar lo mucho que el autor británico se preocupaba por el futuro de sus diez hijos. Creía que, sobre todo sus hijos varones, eran unos irresponsables y carecían de objetivos en la vida. “¡Por qué habré sido padre!”, escribió en una carta a un amigo dos años antes de su muerte en 1870. Tanta frustración produjo curiosidad a Gottlieb, que se puso a investigar qué había sido de la prole Dickens y ha reunido sus investigaciones/conclusiones en el libro Great Expectations: The Sons and Daughters of Charles Dickens. “La gente, si es que repara en la existencia de los hijos de Dickens, es para decir ‘Oh, fueron unos fracasados. Pero no fue así. Cinco de sus hijos vivieron en distintos lugares del imperio británico y fallecieron fuera de Inglaterra. Una de sus hijas fue una conocida pintora y otro de sus hijos fue un distinguido jurista”, explica Gottlieb, quien asegura que su decepción tiene una sencilla explicación: Dickens esperaba que sus hijos fuesen como él, pero sólo fueron personas normales. (vía Salon)
El autor superventas Wilbur Smith anunció la pasada semana que publicaría sus próximas seis novelas con HarperCollins. Por supuesto, cobrará una suma millonaria -aproximadamente 18 millones de euros-, pero ese no es el origen del revuelo: en ese mismo anuncio Smith mencionaba que escribiría esos libros con la ayuda de “autores cuidadosamente seleccionados”. La razón: “En los últimos años mis fans han dejado claro que les gustaría leer mis novelas y revisitar mis personajes con una rapidez que no soy capaz de ofrecerles. Por ellos estoy dispuesto a cambiar mi método de trabajo para que las historias que tengo en la cabeza se plasmen en la página con más frecuencia”. Felicity Capon escribe en The Telegraph que quizás este fenóneno de las “novelas de marca” no haya hecho más que empezar: “[…] autores como James Patterson y Wilbur Smith escriben ‘novelas de marca’, ellos son la marca y por eso se pueden permitir trabajar con co-autores, algo quizás vetado para escritores más literarios. Sus libros son iniciativas comerciales: si el argumento es cautivador y los personajes creíbles, la autenticidad no importa”. (vía The Telegraph)