Por César Bakken Tristán

 

En 1996 se estrenó la ópera prima de Amenábar, gracias a la mano (y otras partes del cuerpo) de José Luis Cuerda. Es un intento de película de intriga en la cual lo único intrigante es como fue posible rodarla sin desarrollar una trama. El argumento de la película es simple: una estudiante descubre que en su universidad alguien está asesinando a chicas para realizar películas snuff. Junto a un compañero descubren a los culpables. El guión no aporta nada más, sólo redunda en este simple argumento, es un cúmulo de diálogos banales que sustentan el argumento, sin desarrollarlo un ápice.

Las tramas de ficción realistas no han de ser obligatoriamente creíbles, pero siempre han de ser verosímiles. Tesis no tiene verosimilitud en ningún momento. Las situaciones se producen sin lógica alguna. Los personajes aparecen en escenarios sin explicar cómo y llegan a conclusiones sin explicación alguna, salvo lo que el espectador presupone. Ejemplos de esto son el uso delirante que hacen de las cámaras de seguridad, pues todos tienen acceso a ellas… menos la policía que ya debería haber aparecido desde que graban al profesor muerto, alertados por los seguratas. La forma en la que el profesor muerto obtiene la cinta, superada aún por como la obtiene Torrent. La relación de Noriega con la familia de Torrent, etc. Y que el centro de operaciones de los asesinos esté en la Facultad clama al Cielo.

Tesis (1996)

Tesis (1996) de Alejandro Amenábar

Los personajes aparecen de manera forzada y estereotipada: Torrent  la investigadora “intrépida”. Fele el friki cinéfilo de gore y porno que puede ser asesino e investigador al mismo tiempo. Noriega el niño pijo psicópata que puede ser el asesino o un chivo expiatorio. Elorriaga el profesor sospechoso de todo. Todos son planos y sólo Fele y Noriega tienen una tímida evolución al intentar confundir al espectador sobre cual es el asesino, o si lo son los 2.

Los créditos de inicio ya son motivo sobrado para dejar de ver la película: un malísimo actor, con voz de baturro, diciendo: “Desalojen el tren, hemos partido por la mitad a un hombre. No miren a la vía”. Música de misterio de fondo y una secuencia con menos tensión que un cargador de móvil, con Torrent mostrando su ineptitud interpretativa.  Es la niña que eligió Erice, pero veinte años después… y sin haber aprendido a interpretar. El resto de actores son igual de inexpresivos, planos como “el pecho de un varón” (que decía Azorín describiendo a Castilla), sin cambiar nunca de registro, salvo Elorriaga; el único actor de verdad del reparto.

Tesis se obceca en la búsqueda continua de la intriga… pero sin crear situaciones de intriga, por lo cual resulta grotesca. Buscan intriga en un paseo por una videoteca (ambientada cual mazmorra de Segismundo), sacando una cinta de un vídeo, encendiendo la TV., viendo folletos de cámaras, caminando por los pasillos atestados de gente de la Facultad,  entrando en una casa, cenando, etc. Y, sobre todo, con una ridícula e insistente banda sonora siempre presente y muchos minutos de gritos de las víctimas, escuchados por Torrent hasta en su walkman.

Los personajes (protagonistas y secundarios) están cortados por el mismo rasero: están tensos, asqueados y tienen pinta de sospechosos y de víctimas al mismo tiempo. Esto crea un ambiente de intriga estúpida, pues no hay trama que lo justifique.

Lo mejor de la película es el minuto 20: “Tú estás tonta, niña” le dice Fele a Torrent. Creo que esto está fuera de guión…  y delirantes los planos de Torrent diciendo : “Me llamo Ángela, me van a matar”  seguido por el de Noriega diciendo: “Te voy a matar”. Los 2 tienen la misma entonación y expresividad que yo leyendo un texto en bielorruso.

La técnica de rodaje es propia de un director con nulo dominio del lenguaje audiovisual. Utiliza constantemente el plano contraplano clásico y los travellings.

Las secuencias finales del falseo del programa sensacionalista de TV ,y la de los espectadores del hospital, son un perfecto epílogo para necios.