"¿Qué pasa? que aún no tenemos casa"
Ha salido ¿Qué pasa? Que aún no tenemos casa (Fundación aurora intermitente, 2011), un libro que da cuenta del movimiento VdeVivienda. Sus autores son Roberto Blanco Tomás, que se ocupa del texto, y Álvaro Minguito, que aporta las fotos.
Desde la sección de Pensamiento de Culturamas queremos apoyar la iniciativa y creemos que la mejor manera es que sus autores, Roberto contestando a nuestras preguntas y Álvaro ofreciendo pequeñas ventanas a lo que pasó, nos cuenten que podemos encontrar en este libro y por qué es importante prestar atención a movimientos sociales como VdeVivienda.
Bueno, eso más bien tendría que contestarlo un militante de VdeVivienda… Yo sólo soy un periodista que ha escrito un libro sobre el movimiento. Vamos, que soy el “tipo que mira”, je, je… Pero, desde lo que sé del movimiento, intentaré contestar lo mejor posible.
Podemos observar que muchas veces los acontecimientos, evidentemente enmarcados en un contexto, se desencadenan por “chispas” concretas que a lo mejor no son lo más importante, pero que constituyen “la gota que colma el vaso”. Así, para el Movimiento por una Vivienda Digna, tenemos de fondo el creciente descontento de la población del Estado español ante las dificultades que encuentra para acceder a una vivienda (que es un asunto de primera necesidad), mientras que ve cómo hay quien se enriquece especulando a costa de esta dificultad, hinchándose cada vez más la llamada “burbuja inmobiliaria”. Contemplar cómo los poderes públicos no hacen nada para solucionar esta injusticia, por supuesto, acrecienta la indignación… Y la cada vez mayor precariedad laboral en nuestro país también ayuda a que la sensación de “ya-está-bien-de-que-nos-tomen-el-pelo” aumente. Y en esa época (principios de 2006) ocurre algo en Francia que va a servir de referente: Dominique de Villepin, jefe de gobierno francés, anuncia la creación de la Ley de Contrato de Primer Empleo, claramente perjudicial para los trabajadores (especialmente los jóvenes, a quienes va dirigida). Dos meses de movilizaciones multitudinarias de estudiantes y trabajadores consiguen que el gobierno francés tenga que “envainársela” y retirar la Ley. Muchos españolitos toman nota…
Y aquí viene la “chispa”: ante las movilizaciones en el país vecino, se crea un debate de tinte sensacionalista en bastantes medios de comunicación comparando a las juventudes de los dos países. En Francia los jóvenes salen a la calle para luchar por sus derechos laborales y aquí –sostienen algunos “voceras”- los chavales sólo se mueven por el “botellón”. En este marco, aparece un mensaje anónimo (vía internet y sms) llamando a la movilización y a “callar la boca” a quienes dicen tal cosa. Se convoca a una sentada en las principales plazas de las ciudades para el domingo 14 de mayo de 2006 y, con la respuesta masiva a esta convocatoria, comienza el Movimiento por una Vivienda Digna.
¿Quién lo conforma?
Lo conforman personas, mayoritariamente jóvenes, pues son los más afectados por la precariedad laboral y la dificultad de acceder a una vivienda, pero no sólo. Este movimiento va a reunir a hombres y mujeres, jóvenes y no tan jóvenes, militantes ideologizados y neófitos en el activismo, trabajadores, estudiantes, parados… Creo que éste es uno de los aspectos sobresalientes de VdeVivienda: que es capaz de reunir a gente de toda condición, ya que lucha contra una injusticia que afecta a todos y su reivindicación es perfectamente comprensible para cualquiera.
¿Qué afecto lo mueve –ira, esperanza, rabia, deseo de justicia…-?
Pues, como se desprende de lo que ya he comentado, un poco de todo: indignación por la situación del momento, ilusión por cambiar la realidad, deseo de conseguir una sociedad más justa y solidaria… Anhelos que acompañan a nuestra especie desde el principio de los tiempos, y que a mi juicio constituyen el motor de cambio de la humanidad. Probablemente la principal característica del género humano es su voluntad de rebelarse contra toda ley, sea ésta natural, social o impuesta por el poder. Y esta voluntad es la que hace avanzar a las sociedades humanas.
¿Qué relación tiene con el 15M?
Mucha, a mi juicio. En primer lugar, pienso que hay un “acervo militante colectivo”. VdeVivienda, las movilizaciones contra la guerra de Irak o el Movimiento de Objeción de Conciencia, por poner algunos ejemplos, más allá de lo que consigan o no en su momento y en su ámbito, se constituyen en “ejemplos” de lucha que están en el inconsciente colectivo y que nos recuerdan que hay formas de oponerse a las injusticias del Poder.
Pero más directamente, VdeVivienda es el último ejemplo reciente de movilización más o menos espontánea que reúne a miles de personas de todo tipo y que, al ver que hay una respuesta masiva, comienza a autoorganizarse mediante asambleas, comisiones, multiplicación en los barrios… Para consolidarse y para afrontar las dificultades que van surgiendo (muy especialmente la represión sufrida). En este sentido, creo que el paralelismo es evidente, y también creo que es lógico que VdeVivienda sea un referente de primer orden para el 15M.
Y por último, recordemos que las personas inquietas se mueven mucho. Cuando alguien milita en los movimientos sociales, es natural que participe en muchos ámbitos distintos, pues todos ellos son variantes de una misma lucha: la lucha por un mundo más justo, participativo y solidario. Buena parte de las personas que en su momento participaron en VdeVivienda ahora participan en el 15M, y siguen luchando por el derecho a una vivienda digna, pues todavía no se ha conseguido. Por ello, el 15M ha recogido muchas de las reivindicaciones de VdeVivienda, como por ejemplo dar un uso social al parque de viviendas vacías.
Evidentemente, no consiguió lo que pretendía: no ha acabado la especulación inmobiliaria, ni los chanchullos del Poder con el Capital, ni es más fácil ahora acceder a una vivienda… Pero yo no haría un balance negativo, sino todo lo contrario, pues a mi juicio logró muchas cosas importantes.
En primer lugar, su valor simbólico. Consiguió convertirse en un ejemplo que se puede reproducir: miles de personas que salen a la calle para protestar, muchas de ellas por primera vez, descubriendo que es posible quejarse alto y claro, que la calle es de todos y que además uno se siente mucho mejor quejándose que callándose… Rompiendo con la idea impuesta desde arriba de que tu única participación política ha de ser cada cuatro años mediante una papeleta, y que luego, cuanto más callado estés, mucho mejor. Después, la experiencia de la autoorganización cuando las sentadas devienen en movimiento, también un ejemplo para reproducir… Pues bien, todos estos ejemplos constituyen una semilla que ha brotado y florecido en el 15M y que seguirá haciéndolo en movimientos futuros. Porque gracias a estos ejemplos, a la gente cada vez le parece menos raro y más natural salir a la calle a quejarse. Porque ya se ha hecho, y ha estado bien…
Pero además, en cuestiones más concretas, el Movimiento por una Vivienda Digna predijo el estallido de la burbuja inmobiliaria y consiguió situar el problema de la vivienda en primera línea de la agenda política y mediática. Logró que todo el mundo hablase de este tema y que el acceso a la vivienda fuera identificado por la ciudadanía como uno de los problemas más graves de este país. Y una buena prueba de ello son las “contramedidas” del Poder en aquel momento para intentar lavar su imagen, como la creación de un Ministerio de la Vivienda o las ayudas a los menores de 30 años con la Renta Básica de Emancipación, que lo único que consiguió fue que subieran los alquileres…
Y hay que destacar que todo esto no fue gratis ni fácil. Costó un esfuerzo militante enorme y tuvo que sufrir una represión muy dura. Aquí hay que recordar que el movimiento tuvo 21 detenciones en total, y que nueve personas han sido juzgadas hace semanas, tras cinco años de incertidumbre, de tener que fichar cada quince días en los juzgados y no saber qué va a ser de su vida, saldándose el asunto con cuatro condenas a año y pico de cárcel cada una, en una sentencia que me parece de corte claramente político y por supuesto injusta.
Por eso, desde aquí quiero aprovechar para enviar un abrazo fuerte a los detenidos por una vivienda digna. A esas nueve personas generosas y solidarias que han sido castigadas –los nueve con la incertidumbre y el miedo de estos cinco años, cuatro de ellos además con un año y varios meses de prisión, que no cumplirán por no tener antecedentes, pero que ahora ya los tienen- únicamente por protestar.
Bueno, cuando escribí el libro, el movimiento estaba en “stand by”, sin visos de renacer. Luego, cuando hacía las últimas correcciones para su publicación, surgió el 15M. Considero que el ciclo de VdeVivienda ya terminó, y ahora estamos en el ciclo del 15M, que, por supuesto, también terminará algún día. Pero estoy seguro de que después vendrá otro movimiento, y otro, y otro, cada vez integrando a más gente, más reivindicaciones, más causas… Así que no creo que haya que hablar del futuro de un movimiento u otro (los movimientos son medios, no fines), sino del futuro de todos y todas. La lucha por una sociedad mejor no terminará nunca, pues siempre podremos mejorarla aún más. Y para hacerlo, es necesario que participe todo el mundo. Vamos pues…