CríticaMúsica

Lo que nos deja 2012…

 festival-sonorama

 

Por Cristina Consuegra, Kepa Arbizu, Eduardo Moraleda Mazo, Alejandra García Guerrero, Gorka Ellakuría, Alberto Quintanilla,Elisenda Hernández Janés y Diego Puicercús.

Es inevitable, llegadas estas fechas, encontar en todo tipo de medios los listados de los mejores discos, libros o películas del año que está a punto de finalizar. En esta ocasión desde la sección de música de Culturamas hemos decidido no poner nota y nos hemos limitado a recomendar los discos que en estos doce meses más han gustado a nuetros redactores y que creemos que cualquier aficionado a la música debería escuchar. El orden de los discos no indica por lo tanto un favoritismo especial y es el que es simplemente por el momento en el que han llegado a nuestras manos. Para escuchar cada disco en Spotify hay que pulsar sobre el título.

 

There’s no leaving now - The Tallest Man on Earth

There’s no leaving now (The Tallest Man on Earth): El tercer álbum de estudio del sueco Kristian Mattson, conocido por su nombre artístico, The Tallest Man on Earth, There’s no leaving now (Dead oceans, 2012), reúne buena parte de lo que espero de la música, buena parte de su significado e identidad: altas dosis de emoción y cierto toque de artesanía. En There’s no leaving now, el de Dalarna no cesa en su empeño por describir una trayectoria tan certera como evolutiva, es decir, un trabajo reconocible -primordialmente, por el ejercicio de la voz y por un uso de los instrumentos basado en la crudeza-, pero al mismo tiempo un sonido que parece estar en permanente cuestionamiento, en continua investigación.

No tengo duda sobre los motivos que me han llevado a seleccionar este trabajo como el mejor álbum de 2012: la textura a madera y tierra que recuerda al Zimmerman primerizo, un empleo de la voz descarnado y áspero, siempre al límite, y una atmósfera basada en una calidez grandilocuente y elegante articulada a través de canciones como “To Just grow away”, “1904” o “There’s no leaving now”, sin olvidarme de “On every page”. There’s no leaving now es un trabajo de inteligencia musical y belleza, mucha belleza. De reposo. Del que sabe que el tiempo dará la razón. Sólo hay que estar y perseverar. (Cristina Cosuegra)

 

disco-el-hijo-movimientos-2012-L-qJESmHLos movimientos (El Hijo): El tercer álbum de estudio de Abel Hernández, El Hijo, Los movimientos, financiado íntegramente por la vía del mecenazgo popular, supone un paso adelante en la trayectoria del artista y en la manera con la que transmite su concepción de la música. De la digestión de Madrileña (2010), y de darle muchas vueltas a la forma con la que un artista debe afrontar el acontecer, surgen las diez canciones que soportan el repertorio de Los movimientos. Con una de las mejores producciones de la escena nacional, con texturas que imprimen al álbum una belleza poco habitual en nuestra geografía sonora y con letras de pelaje caleidoscópico y subversivo, El Hijo ha logrado facturar uno de los mejores álbumes de los últimos tiempos. (Cristina Consuegra)

 

Hiatt

Mystic pinball (John Hiatt): A estas alturas a nadie debería extrañar que el músico norteamericano John Hiatt ocupe puestos de honor en cualquier lista que mida la calidad musical. Empieza a ser una rutina (agradable) que cada novedad suya suponga la constatación de su formidable momento artístico y su posicionamiento como uno de los representantes más genuinos del sonido americano.

“Mystic Pinball” es el segundo capítulo de su colaboración con el productor Kevin Shirley, y que si ya en su predecesor “Dirty Jeans and Mudslide Hymns” sacaba el lado más aguerrido, en su continuación  ahonda en ese camino. Por eso en este nuevo álbum nos podemos encontrar desde composiciones realmente duras, con aires de hard rock, como “Bite Marks”, acercamientos a sonidos oscuros (“Wood Chipper”) o las deliciosas y delicadas melodías de “No Wicked Grin”. Todo puesto al servicio de construir el legado, también narrativo, de uno de los genios del rock americano. (Kepa Arbizu)

 

PájaroSanta Leone (Pájaro): Andrés Herrera era más conocido hasta la fecha por su papel de secundario de lujo como guitarrista acompañante de artistas/grupos como Kiko Veneno, Pata Negra o Silvio Melgarejo. Este año, bajo el “pseudónimo” de Pájaro se ha postulado con su disco debut “Santa Leone”, un sorprendente y mágico compendio de estilos y formas, como un versátil y sobresaliente intérprete en solitario.

Sus canciones beben tanto del surf (“Ione”), de las ambientaciones western (“Santa Leone”), el rock and roll (“Perché”) o situarse tan pronto como un singular crooner (“Las criaturas II”) como narrador de las historias más pendenciera (“Luces Rojas”). Todo ello impregnado por su carácter sureño y saetero, ahí queda por ejemplo “Palo Santo”, para dar forma a una mirada caleidoscópica del rock con capital en Sevilla.  (Kepa Arbizu)

 

LA-HAB~1Fue eléctrico (La Habitación Roja): Ha sido el octavo trabajo de los valencianos y se puede considerar un punto y aparte en su trayectoria. Puede sonar a tópico, pero es un disco redondo y definitivo. Desde que se publicó en febrero no han parado de hacerlo sonar en los escenarios españoles y, además, se han atrevido a dar el saldo al mercado norteamericano cosechando un gran éxito de público y critica. En este trabajo destaca por encima de todo la guitarra eléctrica sobre la acústica y, como dicen ellos, “…queríamos hacer un disco en el que cualquiera de las canciones sirviera para empezar un concierto…”. ¡Conseguido!.Seguramente con este álbum no se desencadene lahabitaciónrojamanía, pero ten por seguro que podrás disfrutar de la esencia de este gran grupo patrio, siendo más un disco de fondo, que a medida que pasan los años y sus audiciones se enriquece. En definitiva, un disco para tiempos de crisis, lleno decortes enérgicos, guitarreros, de ácidas letras. ¿Que más quieres para estos tiempos que corren? ¡Lahabitaciónrojamanía y su Fue eléctrico!. (Eduardo Moraleda Mazo)

 

jack white blunderbuss

 Blunderbuss (Jack White): Se trata de la nueva aventura del prolífico músico, esta vez en solitario, que tras fundar The White Stripes, The Racounters o The Dead Weather y tener su propio sello, Third Man Records, lanzó en abril este gran trabajo. Trece son los cortes que componen este debut de una de las mentes mas inquietas del Indie. Para muchos, hace llorar a su guitarra, para otros tiene la suerte de cara, pero más bien todo lo que toca o roza lo convierte en oro. Su sonido es muy particular, lleno de intensidad y de emoción, saturado de guitarra y batería, reminiscencias de los White Stripes. Sus cortes son el portafolio del rock, tiene rasgos del rhythm’n blues, aromas de Led Zeppelin y de los Who, de pronto oyes sonidos garajeros y macarras del blues-rock que los Black Keys también dominan, combinados con brillantes riffs punzantes, un dueto genial, un piano que le da el toque preciosista, acordes de Vals, etc. En resumen, estamos ante un prodigio musical, con su garganta afilada y su diversidad de registros es un artista total, vale su peso en oro, blanco, Jack White y su Blunderbuss. (Eduardo Moraleda Mazo)

 

Alabama ShakesBoys & girls (Alabama Shakes): Los cuatro chicos que conforman esta banda llevaban desde su adolescencia tocando juntos en su pueblo natal (Athens, Alabama), y eso se nota en las canciones de este LP, todas y cada una de ellas perfectas, con un sonido impecable que te pone la piel de gallina y que hacía tiempo que no se escuchaba. Con canciones cuyos sonidos nos llevan del blues, el soul o el rockabilly hasta el southern rock, Alabama Shakes recuerda al ritmo de la mejor Motown, con guitarras que pasan de lentas notas de blues a distorsiones de garaje o punteos propios de un banjo pero, sobre todo, con una voz, la de una Brittany Howard que es capaz de mantener una nota más de diez segundos y cuyos tonos nos hipnotizan y nos retrotraen al gran Sur de Aretha. Resulta raro, por todo esto, que Boys and girls sea su primer disco, así que crucemos los dedos para que no sea el último. (Alejandra García Guerrero)

 

Shearwater - Animal JoyAnimal joy (Shearwater): Con siete discos anteriores, en este último Shearwater muestra su cara más animal. Esta vez de la mano de la nunca defraudadora discográfica Sub Pop, Shearwater consigue el sonido más puro y apoteósico de toda su carrera. Comenzando por la conmovedora y dulce Animal Life y terminando con la grandiosa Star of the Age (en un tono que recuerda mucho a The Smiths), este LP alcanza las cumbres más épicas acompañado siempre por una música que llega a unos límites absolutos de lirismo, y por una voz, la de Jonathan Meiburg, plañidera e íntima, pero ante todo brutalmente potente. Y es que, con este disco, los de Texas logran lo que proclaman en su portada: una felicidad animal que hace que el que lo escuche se calce las garras y se sienta en unión con el universo a través de cada una de sus canciones. (Alejandra García Guerrero)

 

07.BeachHouseBloom (Beach House): Sin hacer nada nuevo, pero haciéndolo aún mejor, el dúo de Baltimore se sacó de la manga uno de esos discazosque le dan sentido a la palabra “indie rock”. Un viaje onírico y entrañable creado por una guitarra que no deja de lanzar punteos y que acompaña a una batería suave y dulce, casi tanto como la angelical voz de Victoria Legrand. Con eso tienen suficiente para hacer mucho más que la mayoría. Ya lo demostraron en sus tres anteriores trabajos, y lo vuelven a hacer patente con “Bloom”, que no es más que otro titulo de una saga de felicidad sonora que parece no tener fin.A destacar OtherPeople y la sublime TheHours, dos temas para toda una vida, que le ponen la guinda a este álbum de diez. Imprescindible. (Gorka Ellakuría)

 

espanto1Rock and roll (Espanto): Otra pareja, esta vez de Logroño, son los responsables de Espanto. Su último álbum, “Rock and Roll”  es un compendio de canciones inolvidables, fáciles de tararear, divertidas, y en ocasiones también críticas. Son los herederos de ese sonido indie español, el de los Fresones Rebeldes, el de Le Mans y el de tantas otras bandas que tan buenos momentos  nos fueron regalando. Voz femenina, sonido claro y letras que bailan entre lo cotidiano y lo surrealista. Por momentos parecen inspirados en Costa Brava, pero eso son palabras mayores. Por lo pronto, me quedo con varios momentos antológicos del tercer disco de este dúo, como el de Amigo Rock and Roll: “Rock and Roll, Rock and Roll, él era distinto, él nunca me dejó”. (Gorka Ellakuría)

 

PrintEl camino (The Black Keys): Más allá de desavenencias (para muchos solo un hype) El Camino es una joya que no pasará de moda. Aunque salió a la venta a finales de 2011,  ha sido en 2012 donde ha logrado su consolidación internacional. Dan Auerbach (voz y guitarra) y Patrick Carney (batería) han conseguido fusionar con inteligencia y ritmo adecuado sus bases de blues y rock que ya se atisbaban en Brothers, su disco anterior. El Camino pone muy alto el listón para el grupo, que ha dado con la tecla perfecta y ha logrado la explosión en todo el mundo, España incluida (llenaron el Palacio de los Deportes de Madrid). Ello ha sido posible gracias al mediático primer single Lonely Boy pero también a que éste vaya bien acompañado por temas tan sólidos como Dead and Gone, Gold on the ceiling o la genial Little Black Submarines, tema que va in crescendo y ha llegado a salir como single, con acierto. A pesar de la corta duración del álbum (11 temas), el conjunto se complementa con hits como Nova Baby, Money Maker o Hell of a Season, además de la pegadiza Run Right Back (cara B del single Lonely Boy), finalizando el disco la loable Mind Eraser. No hay que olvidar Sister y Stop Stop, quizá lo menos acertado de un trabajo que suena a rock preciosista y pegadizo sin estar exento de calidad. (Alberto Quintanilla)

 

la-nave-de-los-locos-2012-loquillo-300x300La nave de los locos (Loquillo): Loquillo y Sabino Méndez vuelven a reencontrarse para brindar al rock un paso de gigante. La Nave de los locos, que toma como referencia un título de un cuadro de El Bosco, es un disco con diez cortes donde Loquillo canta mejor que nunca y el rock puro brilla a lo grande. Las letras de Sabino siempre tuvieron esa carga de poesía oscura y melancólica, mezclada con sensibilidad pero que no olvida la realidad. Canciones como Luna de Montjuic evidencian la magia que puede llegar a tener una canción sobre un amor perdido. La producción corre a cargo de Jaime Stinus, todo un elemento clave para el sonido desde hace unos años en los álbumes de El loco. Junto a Stinus, participan músicos de lujo como Igor Paskual, Laurent Castagnet, Santi Comet, Josu García o Alfonso Alcalá. La Nave de los locos llega a la altura del celebradísimo Balmoral (2008) y puede que hasta lo supere. Atención a los cortes Planeta Rock, De vez en cuando y para siempre, Paseo solo o El mundo necesita hombres objeto. Mikel Erentxun colabora en el bonus track: Canción de despedida. (Alberto Quintanilla)

 

Two GallansThe bloom and the bligt (Two Gallants): Tras cinco años de silencio el dúo de San Francisco ha vuelto a la carga más brutal y escandaloso que nunca. Recrudeciendo su sonido y distanciándose del folk de raíces con el que nos cautivaron en el pasado, Adam Stephens y Tyson Vogel se han vestido con sus galas más rockeras y han querido capturar en este cuarto disco la intensidad sobrecogedora de sus directos. La fiereza siempre estuvo allí, pero si antes se asomaba sin aderezos, apoyada únicamente en el lirismo punzante, los arreglos desnudos y la voz rasgada, ahora lo hace escudada en la estridencia y la distorsión. El efecto es tal vez menos sutil, pero también más inmediato e igualmente formidable. (Elisenda Hernández Janés)

 

Tempest - Bob DylanTempest (Bob Dylan): De entrada cualquier trabajo nuevo de Dylan debería ser motivo de fiesta. Por el volumen y calidad de su obra, por su larguísima trayectoria y sobre todo por cómo se enfrenta al día a día de su profesión (vive por y para ella en una gira interminable que le lleva a pasar la mayor parte del año subido sobre un escenario) es el artista más grande que ha dado la música popular y el espejo en el que deberían mirarse todos aquellos que de una u otra manera quieran dedicarse a esto. Han pasado más de dos décadas desde su último patinazo serio, por lo que no se podía esperar otra cosa que Tempest fuese un disco de una calidad por encima de la media. Lo que tal vez se nos escapase a todos es que a sus 71 años Dylan aun era capaz de facturar una obra maestra (si, uno o dos peldaños por debajo de trabajos como Highway 61 revisited, Blonde on blonde, Bringing it all back home o Blood on the tracks, pero obra maestra al fin y al cabo) recorriendo alguno de los caminos que lo han llevado la gloria como el blues, el folk o el rock. Y lo mejor de todo, no da la sensación que su genio creativo de muestras de agotamiento por lo que el futuro, como ya lo son el pasado y el presente, es suyo. (Diego Puicercús) 

 

NY

Psychedelic pill (Neil Young & Crazy Horse): Cuando a finales de enero se anuncio que tras 16 años Neil Young había vuelto a reunir en un estudio de grabación a los Crazy Horse al completo (en Greendale de 2003 no aparece Sampedro), nadie tuvo la menor duda que los resultados iban a ser espectaculares. El primer plato fue Americana, un disco de versiones de temas tradicionales que, aunque supo a poco, dejó buen sabor de boca e hizo que el interés por el material inédito de esas sesiones se disparara hasta el infinito entre los seguidores del canadiense. El miedo de algunos a que los nuevos temas no estuviesen a la altura de la historia del cuarteto desapareció con la primera escucha de Psychedelic pill. Su arranque pausado se transforma enseguida en un torrente eléctrico de cerca de media hora y de ahí hasta el final, una hora y ocho temas  después, la pasión y las emociones  se apoderan de cada una de las notas que interpretan. No existe mejor conexión dentro del rock y con ningún otro grupo la grandeza de Young alcanza mayores cotas. Caballo Loco cabalga de nuevo y por el bien de todos esperemos que sea por mucho tiempo. (Diego Puicercús)

 

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