Crónicas ligerasEscena

Sesiones de ‘Lutherapia’ en una butaca

Por Meritxell Álvarez Mongay

Estaba estresada, abrumada, preocupada y malhumorada, apesadumbrada, agobiada, enojada, apenada y muchísimas más -adas, porque tenía que escribir para Culturamas un artículo sobre Les Luthiers que no sabía por dónde coger. Me tembbbblaban las manos sobre el teccclado, tenía retortijones, cuarenta de fiebre, mucosidad y dolor muscular, y no había Ibuprofeno ni Eferalgán que lograran aplacar tanto malestar. Desconozco cuánto tiempo llevaba paralizada ante la pantalla sin teclear nada cuando noté que los ojos se me agarrotaban y el mero hecho de pestañear me suponía un esfuerzo brutal. ¡Era tan complicado relatar con prisas, gracia y originalidad los 45 años que el quinteto argentino lleva haciéndonos reír con sus espectáculos… que sólo de pensarlo agarraba de repente una gripe estomacal!

Al ver que no salía del baño, mi entorno más cercano se comenzó a preocupar, y antes de que derribaran la puerta y acabaran con lo poco que me quedaba de dignidad, acepté acudir a un profesional. Así fue como una noche acabé recostada en una butaca del Palacio de Congresos Municipal, asistiendo a una de las sesiones de Lutherapia que, hasta el 21 de octubre, Les Luthiers imparten en la capital. Y allí es donde pondría nombre a mi enfermedad.

Marcos Mundsock ejerce de psiquiatra –aunque para ello no cambie su esmoquin por la bata blanca–, y Daniel Rabinovich es el paciente deprimido que acude a su consulta en busca de ayuda. Está preocupado porque le han encargado una tesis sobre Johann Sebastian Mastropiero y él tampoco sabe por dónde empezar. Algo, por otra parte, de lo más normal, dada la larga trayectoria artística y personal de este reputado personaje de ficción que acompaña al grupo en todos sus shows desde que, en 1968, apareciera por primera vez en un programa bonaerense de televisión.

Los Luthiers en 'El cruzado, el arcángel y la harpía'
Los Luthiers en ‘El cruzado, el arcángel y la harpía’.

Es mucha, por tanto, la responsabilidad que sobre Rabinovich recae cuando trata de abordar la Influencia de la semiología estructuralista musicológica en la obra de Mastropiero. Ardua tarea que le lleva a transformar un problema psíquico en una dolencia corporal. Es lo que los colegas de Freud conocen como “somatizar”. No es nada grave, otro trastorno mental. A mí, los médicos me dijeron que podía hacer vida normal, si bien es cierto que recomiendan no viajar cuando, en los días venideros, tienes previsto hacer frente a alguna adversidad, ya que es muy probable que, durante un tiempo, sufras sin querer vómitos, diarreas, desmayos y ceguera. O, si la cosa está muy mal, incluso alguna que otra disfunción sexual. Sin embargo, es inútil que el aquejado recurra a la Viagra ni al Gelocatil. Tampoco en el arroz hervido encontrará ningún alivio, así que es baldío que se prive de los lácteos y de los chipirones fritos, pues el culpable de sus achaques no es un virus alojado en el intestino.

Lo mejor en estos casos es acomodarse en la butaca del teatro, dejarse psicoanalizar y seguir al pie de la letra las prescripciones médicas: a saber, 10 sketches humorísticos antes de irse a la cama, durante 26 días, seis veces por semana. Se empieza por una opereta medieval, para continuar con ‘Dolores de mi vida’, un vals geriátrico, ‘Paz en la campiña’, una marcha prenupcial, el handball blues interpretado al Bolarmonio por Jorge Maronna en ‘Rhapsody in balls’, la verdadera historia de ‘El flautista y las ratas’, la cumbia epistemológica ‘Dilema de amor’, los ingeniosos tarareos delAria agraria’, y ‘El día del final’, un exorcismo sinfónico-coral donde el grupo musical pretende hacer abortar a Satanás. Cuentan para ello con otro de sus originales instrumentos informales: la Exorcítara, una especie de arpa electrónica ideada por el lutier de Les Luthiers, Hugo Domínguez, cuyos tubos de neón tañen a la vez Jorge Maronna, Carlos López Puccio y Carlos Núñez Cortés.

Si, a pesar de todo, el tratamiento no funcionara, se podría valorar una terapia más personalizada: con la entrada VIP Mastropiero, se le asignarían localidades preferentes al enfermo, quien tendría acceso al backstage y a una mini-exposición de Les Luthiers, donde se le invitaría a un pequeño cóctel y se le regalaría un póster. Si ni con estas el paciente consigue mejorar, siempre cabe la posibilidad de aumentar la dosis de Lutherapia de forma moderada y seguirles en su gira por España: del 27 de febrero al 3 de marzo estarán en Valencia; del 7 al 10 de marzo, en Barcelona, y del 12 al 17 de marzo, en Zaragoza. Pero, si nuestro trastorno de somatización nos impide coger el tren o el avión, también podemos asistir a la sesión de psicoanálisis por Internet y visionar los números musicales en la cuenta Youtube de Les Luthiers.

A mí, la cura me ha sentado bien: lo del Parkinson lo he superado, mis ojos vuelven a estar lubricados, he reducido considerablemente las visitas al baño y… ¿Mi artículo? Más o menos, ya está terminado.

Les Luthiers y la Exorcítara en 'Lutherapia'
Les Luthiers tocando la Exorcitara.

 

Lutherapia

Lugar: Palacio de Congresos de Madrid

Fecha: Del 25 de septiembre al 21 de octubre

Horario: De martes a sábado, a las 21.00h; domingos, a las 20.00h

Precio: Desde 45 euros

 

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