Entrevista a Alejandro Palomas por «Agua cerrada»
Por Benito Garrido.
A propósito de su última novela titulada Agua cerrada (Editorial Siruela, 2012), hemos entrevistado al escritor catalán Alejandro Palomas.
Alejandro Palomas (Barcelona, 1967) es licenciado en Filología Inglesa y Master in Poetics por el New College de San Francisco. Ha compaginado sus incursiones en el mundo del periodismo con la traducción de importantes autores. Entre otras, ha publicado las novelas El tiempo del corazón (publicada en Siruela y por la que fue nombrado Nuevo Talento Fnac), Tanta vida, El secreto de los Hoffman (finalista del Premio de Novela Ciudad de Torrevieja 2008 y adaptada al teatro en 2009), El alma del mundo (finalista del Premio Primavera 2011) y El tiempo que nos une. Su obra ha sido traducida a ocho lenguas.
Agua cerrada. Alejandro Palomas. Editorial Siruela, 2012. 176 páginas. 15,95 €
Una desgarradora historia que nos desvela la complejidad y profundidad de los lazos del amor y la sangre.
Tras décadas de silencio, Elsa invita a su hijo Isaac a un fin de semana en Venecia para confesarle una terrible verdad que lleva años callando. Pero un trágico suceso lo cambiará todo y Serena, la mujer de Isaac, tendrá que volar de improviso desde Barcelona al rescate de madre e hijo. Las dos mujeres se enfrentan entonces a un torbellino de confesiones que cambiarán para siempre la vida de los tres. Agua cerrada no es sólo la historia de un presente que circula entre Barcelona, Venecia, Serena, Isaac y Elsa. Es también el retrato de un amor tranquilo en el que la vida irrumpe por sorpresa, desencallando a su paso secretos, mentiras, temores, perdones y anhelos, y dando forma a un nuevo escenario en el que sus protagonistas deberán aprender a caminar de nuevo más libres, más ligeros, más maduros
Entrevista:
P.- ¿Cuál fue la idea principal que rondaba por tu cabeza y que sirvió de detonante a la novela?
Cuando me pongo a escribir no me ronda nada. Ronda lo que sale, no hay una previa. Mi labor de planificación es muy inconsciente. Me pongo delante del ordenador y sale lo que en esos momentos se me pasa por la cabeza. No hay un proyecto ni una pizarra donde planifico la historia. Solo tengo necesidad de escribir y a partir de ahí empiezan a salir cosas y más cosas.
P.- ¿Qué va a encontrar en Agua cerrada el lector novel de Alejandro Palomas?
En primer lugar muy buenos diálogos, originalidad (crear una voz es algo muy importante)… no sé como explicar mis novelas. A veces, sin querer, digo ‘he compuesto una novela’ en lugar de ‘he escrito una novela’. Me gusta que suene bien, que la escritura fuera muy fluida, casi musical, sin estridencias.
P.- Todo empieza con una leyenda que nos va abriendo el camino a la historia. Triste, pero en el fondo muy feliz… Como casi todos tus libros. ¿Puede ser?
Sí, siempre. No me gusta entrar en un universo dramático o trágico que se cierre con más sufrimiento. Como escritor no puedo hacer algo que no dé esperanza a algo mejor. De hecho yo escribo para mí, para convencerme de que esto vale la pena. Puedo decirte que siento la muerte muy cerca pero sin ningún tipo de miedo, pues creo que en muchas ocasiones es más un alivio. Y aún así, mis libros son muy vitales, en mi imaginario particular el mundo es muy vital.
P.- Me da la impresión de que en este libro te has alejado bastante del realismo que hasta ahora caracterizaba en mayor o menor medida tu obra.
La realidad que veo no me gusta, y quizás esto es más como a mí me gustaría que fuese. De hecho, escribo porque la realidad no me gusta. Necesito entonces idear mundos a mi medida. Vivo dentro de mis libros.
P.- ¿Por qué Venecia? ¿En otro lugar tu novela seguiría siendo igualmente melodiosa?
Cuando escribí el libro yo no había ido a Venecia. Pensé que era el mejor momento para imaginarla (sin haberla conocido y sin haber investigado nada). Esta ciudad imaginada siempre sería mía, por eso la prefiero.
P.- Historia de amor profunda y desgarrada, de las que llegan al tuétano antes que al corazón. ¿Resulta difícil excavar en los sentimientos humanos?
No. Me paso la vida haciéndolo. Eso es lo que tiene la gente muy vulnerable, que te defiendes continuamente de todos, y para poder hacerlo bien tienes que conocer perfectamente todo lo que se mueve a tu alrededor, los modelos de personalidad que puedes enfrentar. Yo conozco muy bien el género humano porque desde pequeñito me he dedicado a defenderme, y por tanto, a conocer.
P.- Historia de pasados que no se quieren recordar pero que condicionan el presente. ¿Qué es más terrible: la enfermedad o el olvido?
Se lo preguntas a un hipocondríaco. En el caso de la protagonista, de Elsa, es mucho más terrible la memoria que la enfermedad, porque el secreto que ella arrastra es como una pesada losa que no la deja avanzar. De la enfermedad de un hijo nadie tiene culpa; puedes tener mucha pena y angustia, pero no hay culpa.
P.- Personajes vitales, bien definidos y profundamente implicados en esta emotiva historia. ¿Con cual de ellos se identifica más el autor?
Con quien menos, con Isaac. Y con quien en muchos momentos de mi vida me identificaría, es con Elsa. Con Serena me identifico cuando pienso (como ella) que vivo dentro de una pecera, tras un cristal.
P.- Escritura muy lírica, yo diría incluso muy musical, más que paladearse parece sonar como una partitura. ¿La historia te ha llevado a este tipo escritura tan poética?
Soy yo. A veces he tenido miedo que se me hubiese ido la mano con el tono poético pues lo mío precisamente es la poesía. Tiendo a que no se note, pero se me va la mano, es marca de fábrica. Esta es una novela especial en la que me veo muy reflejado, y que me daba miedo que no gustara pues es muy delicada, tremendamente delicada.
P.- En cada capítulo das voz (a modo de diario) a uno de los personajes. Intercalas diferente perspectiva y también otro tono. ¿Buscas así una comunión más íntima con el lector?
Sí. Eso es algo que hago siempre, ya en mis anteriores trabajos lo hacía. Intento que hable cada personaje, darle espacio, primera voz. Creo que el lector así empatiza más con los protagonistas buscando sus propias conexiones.
P.- Ya me lo has comentado antes un poco, pero entonces ¿prefieres la espontaneidad absoluta a la hora de escribir?
Totalmente. Yo nunca sé lo que viene después. Ante la página en blanco, no tenga nunca ni idea de lo que finalmente voy a escribir. ¿Y sabes por qué? Porque si no lo hago así, me aburro. Me gusta sorprenderme a mí mismo, y al mismo tiempo escucharme para ver que es lo que quiero contar. Soy muy Woody Allen, que tengo muchas voces a las que atender.
No suelo trabajar una estructura previa a la hora de escribir.
P.- ¿Cuándo y cómo surgió el planteamiento de lanzarte al mundo literario?
Ya desde pequeño tenía muy claro que quería ser escritor. Pero en el fondo, era algo triste: yo quería ser escritor como una forma de escapar, de salir de una vida que no me gustaba nada. Buscaba otro mundo que nadie me ofrecía, y que los libros sí me daban (leía compulsivamente). Así que decidí crear mis propios mundos donde yo viviría, y que mejor forma que escribiendo. En realidad la escritura ha sido para mí una forma de supervivencia. Sin ella no sé si hubiera llegado hasta aquí.
P.- Después de varias novelas y premios, ¿qué han aportado los años a Alejandro Palomas y a su escritura?
Partiendo que nunca creí que llegaría hasta aquí. Con lo cual, todo lo que llevo ahora es como un regalo. Y los regalos siempre son buenos.
A mi escritura: creo que escribo mejor que antes. Conozco mejor el mundo en que me muevo y eso me permite escribir mejor. También conozco mejor el mundo editorial, y eso a veces te coarta mucho, pues sabes lo que esperan de ti.
P.- ¿Cuáles han sido las influencias literarias más importantes que has tenido?
Sobre todo hay libros que me producen mucha envidia: Nieve de Maxine Fermin, La pasión de Jeanette Winterson, o Un hogar en el fin del mundo de Michael Cunningham.
P.- ¿Podrías hablarnos de tus nuevos proyectos a corto plazo? ¿Vas a hacer teatro?
Voy a hacer teatro, sobre el libreto de La isla del aire. La idea es estrenar en marzo del año que viene en Barcelona. También estoy con cine, intentando sacar adelante el proyecto sobre la novela Ojos de invierno. Y luego también he sacado un libro de poemas que ha quedado realmente bonito.
Alejandro, suerte con tu libro, con tus proyectos y muchas gracias por tu tiempo.