Juan Francisco Viruega, el futuro del cine español
Por Rubén Romero Sánchez
Desde las primeras imágenes del cortometraje Postales desde la luna supe que Juan Francisco Viruega es el director con más futuro del cine español. Porque su cine cuenta historias, y sobre todo porque sabe cómo contarlas, llenando la pantalla con insólitas imágenes de abrumadora belleza, dirigiendo a inmensos actores para que den lo mejor de sí, midiendo el tempo de la narración como si la película estuviera viva.
Así que le pedí una entrevista y nos juntamos él, Héctor Tomás, actor protagonista del corto y al que podemos ver en Amar en tiempos revueltos, y yo. El sitio, una cafetería con solera de la plaza de Santa Ana en Madrid. La excusa, el pre-estreno de Postales desde la luna («aún no es el corto definitivo», me aclaró) en el Festival de Cortometrajes de Medina del Campo (finalmente se hizo con el premio a la mejor fotografía para Álvaro Martín Blanco). El resultado, una de las charlas más interesantes que he tenido con gentes del cine.
– Juanfran, ¿qué esperas de la recepción por parte de los espectadores de Postales desde la luna?
– Que el equipo vea recompensado su trabajo y guste a los espectadores. Un corto tiene una vida de dos años, y queremos meterlo en Francia, Inglatera, Holanda o Estados Unidos. Por el tono, la interpretación, el carácter plástico de las imágenes, el tipo de historia sensorial y atípica en el circuito de cortos español, es más propio del público extranjero.
– Esta obra es la segunda de un tríptico sobre la infancia. ¿Por qué escogiste ese tema?
– Primero vino la idea de hacer algo sobre la infancia, lo de tríptico vino después. En el primero, Estocolmo, a los guinistas y a mí nos interesaba explorar más que la infancia en sí las secuelas que te puede dejar una experiencia vivida en el pasado, y cómo eso repercute en el presente, en tu experiencia vital. Eso estaba en Estocolmo. Cuando surgió la posibilidad de hacer otro corto tuvimos la idea de hacer el tríptico. Elegí contar la historia de Postales desde la luna para expresar lo que siento cuando vuelvo a mi pueblo de Almería, las personas que veo, lo que ha cambiado, y cómo eso repercute en mí como persona.
– El personaje Louis, ¿tiene algo de persona poco cuerda?
– Héctor: Louis está muy unido a su hermano. Su comportamiento es a la vez de independencia del mundo, porque vive fuera de él, y de dependencia de su hermano; una dependencia que casi se convierte en chantaje emocional, pero de manera positiva, porque lo que realmente hay entre los dos es un entendimiento que no necesita palabras. Sólo con mirarse sabe cada uno lo que quiere el otro, incluso lo que está pensando. Así, Louis es sólo un chico que vive muy apegado a su hermano.
– Juanfran: Foucault dijo que la locura era el nombre que le dábamos al comportamiento que se salía de lo comúnmente aceptado, de los cauces sociales establecidos. Louis no está loco, sino que es un niño atrapado en un cuerpo adulto, que no asume las responsabilidades que desdeña. Su hermano también es un niño, pero tiene una mujer, podemos imaginar que tiene un trabajo, y se encarga de cuidar a Louis. Desde este punto de vista, Louis, al vivir dentro de su propia realidad externo a todo lo que le rodea, podrá entrar en la definición que dio Foucault de la locura, que no deja de ser una construcción social para etiquetar al diferente.
– Tu película tiene una fuerte carga simbólica, lo que unido a la plasticidad de las imágenes y las frases «lapidarias» totalmente literarias nos hace situarnos ante una obra de arte total.
– Conscientemente no he tratado de hacer una obra de arte total al estilo de lo que decía Wagner de la ópera. Yo prefería que en mi corto se vieran más influencias de otras artes que del propio cine, que no hubiera sólo guiños de metacine, sino homenajes técnicos a películas o directores que me gustan. Que hubiera, eso sí, homenajes a creadores de otras artes, por ejemplo la pintura, de la que hemos tomado referencias plásticas, de iluminación… Sí considero que es muy importante la pintura, pero también la música o la literatura, conesas frases que dices, que además quería que destacaran porque son la manera como se xomunica la madre con sus hijos, es un lenguaje que han creado entre ellos, y ella dice ese tipo de frases para que ellos las recuerden siempre.
– ¿Hay influencia de tu formación como arquitecto en tu cine?
– Influye mucho. Me encanta jugar en los planos con la perspectiva. Leonardo fue el primero en descubrir la perspectiva cinematográfica, pintando borrosos los fondos, como vemos en muchos de sus retratos. En mis imágenes doy mucha importancia a lo espacial, a la colocación de la cámara en el lugar idóneo para crear la perspectiva adecuada. En la escuela de cine, un ejercicio consistió en planificar una partida de cartas. Yo veía de manera natural la colocación de la cámara en cada plano para que el espectador no se perdiera cuando cada jugador girara la cabeza hacia otro.
-Héctor, ¿cómo compusiste un personaje tan complejo?
– Hablé antes del rodaje mucho con Juanfran. Me explicava cosas del personaje, yo en mi casa pensaba en cómo habría sido antes, escuché la música que creo que Louis escucharía, pero sobre todo seguí las indicaciones de Juanfran, un director muy minucioso, con las ideas muy claras, pero que a la vez deja mucha libertad al actor para componer el personaje. No te pide todo en el ensayo, te pide que busques para que cuando grabes sepas dónde tienes que ir. Da muchaconfianza. También me ayudó llegar al rodaje y encontrarme un equipo humano tan fantástico, empezando por mi compañero Xavier Lafitte, con quien conecté enseguida, y eso creo que se ve en el corto. Congeniamos a la primera, y eso en esta película era imortante, pues los hermanos a los que interpretamos se entienden sin necesidad de palabras, y la química que surgió entre nosotros creo que se ve en la película. Así que mi trabajo en realidad fue muy dirigido por Juanfran y a la vez me ayudó mucho Xavier.
– Juanfran, ¿cuáles son tus próximos proyectos?
– Está el tercer corto del tríptico en reproducción. Y además tengo un largo que me gustaría realizar, aunque por superstición prefiero no adelantar muchos datos hasta que esté todo cerrado.
Mañana miércoles 23 de mayo se proyectará en el Círculo de Bellas Artes Postales desde la luna, en dos pases a las 17.30 y a las 20.45; y el sábado 26 a las 22.30 será el turno de su otro cortometraje, Estocolmo, que fue preseleccionado a los Premios Goya y elegido para representar a la ECAM en los OSCAR Student Awards de la Academia de Hollywood. La entrada a todos los pases es gratuita.
No deberíais perdéroslos. Algún día quizá podáis decir: «yo estuve allí».