Manel Loureiro a propósito de “Fulgor”, su nuevo libro
«Son la encarnación de todo lo malo que está dentro del ser humano. Son personas que, dotadas de un don especial, han decidido usar esa capacidad para parasitar al resto de la raza humana y aprovecharse de ella, de la misma manera que una sanguijuela se alimenta de su presa. Son amorales, egoístas, ambiciosos y ven al resto del mundo como pedazos de carne a los que utilizar en su beneficio».
Manel Loureiro se dio a conocer en el mundo narrativo con Apocalipsis Z. El principio del fin, un thriller de terror que tras su paso por Internet se convirtió en todo un bestseller. Sus dos siguientes novelas, continuación de la primera, no tardaron en convertirse igualmente en éxito de ventas. La intriga, el terror y la acción se volvieron a conjugar en El último pasajero (2013), acertada combinación que Fulgor, su último trabajo, vuelve a convertir en hipnótica y trepidante historia.
Fulgor. Manel Loureiro. Planeta, 2015. 488 páginas. 19,90 €
Casandra es una joven y brillante psiquiatra que tras un terrible accidente entra en un estado de coma del que, contra todo pronóstico, consigue salir pero con una inquietante facultad: poder ver el aura (el fulgor) de todos aquellos que la rodean. Una facultad que se convertirá para ella en algo realmente peligroso: podrá también vislumbrar el aura oscura que se oculta tras el perfil humano de un asesino. Tiene un hijo con Daniel, el inspector de policía que investiga una serie de misteriosas muertes acaecidas justo tras su accidente… Casandra tendrá que evitar que su familia se vea arrastrada por el cruel torbellino en el que su vida parece adentrarse.
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P.- ¿Qué chip tiene que cambiar Manel Loureiro en su cabeza para, de hacer novelas sobre zombis, pasar a escribir una historia como la de Casandra?
Ninguno, porque se trata básicamente de lo mismo: contar historias que hagan estremecerse de emoción al lector y ponerse en la piel de los personajes. El resto, ya sean zombis, Oscuros o sabe dios qué, no es más que el ruido de fondo…
P.- ¿El éxito puede condicionar el resto de la cosecha literaria de un autor?
Claro que puede, pero tanto en el mal sentido como en el bueno. Puede suponer una losa demasiado pesada o por el contrario un acicate para tratar de hacerlo cada vez mejor y estar siempre a la altura. Depende de cada uno.
P.- El bien y el mal son los grandes personajes de una obra que tiene mucho de literatura norteamericana de intriga, ¿quizás de Stephen King? ¿de algún autor más que le atraiga?
Stephen King es una influencia innegable en mi obra, como otros muchos autores: Jennings, Douglas Preston, Child… la lista es muy larga. Me encanta la literatura de bestseller norteamericana; y como a mí a millones de lectores en todo el mundo, que disfrutan de esa prosa rápida, potente y llena de emociones, muy cercana al mundo audiovisual y que ataca a las emociones más profundas del lector. No concibo escribir de otra forma.
P.- Siguiendo con el bien y el mal… ¿Por qué se asocia siempre la oscuridad a lo malo y más desconocido?
Porque aunque nos veamos a nosotros mismos como los reyes de la creación, seres racionales e inteligentes que dominan el mundo, en el fondo de nuestro cerebro siguen perviviendo determinados reflejos innatos de cuando solo eramos unos monos recien bajados de los árboles, hace millones de años. Y uno de los más potentes reflejos es que en la oscuridad acechan los depredadores, el peligro, la muerte y que es mejor permanecer subidos en el arbol, en alerta, hasta que salga de nuevo el sol.
P.- Crímenes ligados por un símbolo que solo Casandra sabe ver. ¿El viaje del héroe? ¿Ese héroe que se enfrenta a la adversidad en una lucha que siempre es solitaria?
Casandra no se enfrenta al viaje del héroe –creo– , entre otras cosas porque en ningún momento acepta ese rol. En todo caso es una historia de búsqueda y supervivencia, en la que los únicos aliados que se puede encontrar en el camino no son precisamente de primera calidad. Casandra no es una heroína, es la mujer que aparece al fondo del cuadro, casi desdibujada, tratando de salvar su vida y la de los suyos. La historia de la mayoría de nosotros en sus mismas circustancias, dicho sea de paso.
P.- Luz y virtud frente a vicio y maldad… ¿Vivimos en un mundo de extremos?
Vivimos en un mundo de relativismo moral, donde se nos quiere convencer de que no hay cosas buenas o cosas malas y que todo depende del punto de vista y de la interpretación. Eso es mentira. Hay cosas inequivocamente buenas y cosas espantosamente malas, lo mires como lo mires, más allá de moral, educación o religión. Y entre esos extremos transitamos todos, tratando de equivocarnos lo menos posible.
P.- ¿El egoísta y egocéntrico hombre actual puede supeditar realmente el interés personal (y familiar) al general?
Depende de cada uno, supongo. Hay personas que son capaces de hacerlo y que sacrifican todo lo que tienen, incluso su vida, por los demás y otros que dejarán que el mundo arda a su alrededor con tal de salirse con la suya. Somos demasiado complejos y variados como para decidir en una frase.
P.- Personajes atractivos, tramas impactantes… ¿Qué tecla secreta ha tocado Manel Loureiro para haber alcanzado el éxito y llegar a tantos lectores?
Contar historias que tocan las emociones más profundas del lector y que le hacen sentirse protagonistas propios de cada historia, sospecho. O a lo mejor no es nada de todo eso y es algún factor que desconozco. No estoy seguro, pero en todo caso me levanto todas las mañanas agradecido de que, sea lo que sea, siga fluyendo en mi.
P.- ¿Teme que asocien su nombre y su literatura al fenómeno bestseller y a todo lo que ello implica a nivel crítico?
Para nada. Hace poco, en un periódico se referían a mi trabajo como “literatura bestseller de aeropuerto” tratando de ser –supongo– peyorativos. Hay muchos snobs que reniegan de la literatura bestseller porque piensan que lo que le gusta a millones de personas no puede estar bien para ellos, que son lectores mucho más refinados y expertos con mejor paladar literario que la masa. Pues bien, como escritor prefiero dirigirme a esos millones de personas y tener millones de mentes con las que compartir las historias antes que quedarme en un círculo pequeño, elitista y asfixiante. Aunque eso me suponga el trato condescendiente de algunos críticos estirados. Me da igual.
P.- También es abogado mercantil, ¿cómo ha influido la profesión en su escritura?
(Risas) Bueno, he colgado la toga hace casi tres años, así que podría decir que soy un exabogado, si es que algo así existe. Ha influido, y mucho, sobre todo porque el ejercicio de la profesión me ha enseñado a ser analítico y ordenado a la hora de ponerme a escribir y por otra parte me ha permitido ver de primera mano algunas de las miserias más profundas y oscuras del alma humana. Es una experiencia amarga pero impagable.
P.- ¿Tiene ya algún nuevo proyecto narrativo entre manos? ¿Una novela romántica quizás?
Estoy con un nuevo proyecto entre manos, que saldrá a finales de 2016. Y no, no es una novela romántica, pero bien podría ser algo igual de sorprendente (Y hasta aquí puedo leer)
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Por Benito Garrido (@benitogarridog).