Aria apocalíptica con gominola
El mundo apocalíptico resulta atractivo. ¿Qué sucedería si todo se termina para los humanos? Pensar que estaríamos solos en un mundo desolado no deja de resultar sugerente. No habría más límites que los impuestos por la naturaleza. Los condicionantes sociales desaparecerían y dejaría de tener importancia la ropa, la intimidad, la cortesía, etc. Al fin y al cabo no habría nadie con quien ser cortés.
La película Soy leyenda trata está temática, junto con algunas de las películas sobre astronautas. ApocalyptiGirl (Norma editorial) se aproxima mucho a la conocida película futurista protagonizada por Will Smith. Tanto es así que, de hecho, las historias parece que convergen. Aria, la protagonista del cómic, es una chica que comparte aventuras con su gato Gominola.
La narración escrita se va moviendo entre un pasado naturalista y un futuro tecnológico. Una construcción habitual y recurrente en muchos trabajos de este tipo. El comienzo de la obra es interesante, te pega a las páginas creadas por Andrew MacLean. A medida que la historia avanza se le obliga al lector a realizar un acto de fe. Los cambios narrativos que vamos a ir encontrando dejan de ser verosímiles y nos obligan a una aceptación excesiva de lo que vemos. Además, la significación que se le da a la protagonista no queda clara.
La obra, al fin y al cabo, comparte ideas y recursos narrativos con multitud de trabajos previos. Esto, en sí mismo, no tiene que ser negativo. El problema es cuando se intenta que la historia progrese a base de ir introduciendo estos elementos sin más. No quiero desgranar el cómic para que cada uno pueda tener su propia impresión al respecto. Ahora bien, la obra dista mucho de ser innovadora y termina siendo una especie de espacio creativo de tópicos de la ciencia ficción.
El creador de la obra utiliza el silencio de una manera magistral. La obra, que tiene momentos crudos, resulta poco estridente e incluso serena. Es decir, al adentrarnos en la obra nos vamos a ir trasladando por momentos donde las luchas, la sangre no terminan de romper una sensación de tranquilidad y cierta frialdad en la obra. Este aspecto me ha resultado especialmente sugerente y rupturista, aunque es posible que algún lector sienta que no se acaba de adentrar emocionalmente en la obra.
La narración gráfica presenta elementos semejantes a la escrita. Al fin y al cabo estamos ante una especie de manga europeo que recuerda poderosamente a las creaciones de Mathieu Bablet, pero sin la elegancia del francés. El principal defecto de la narración visual de MacLean está en su falta de progresión. Nuevamente, el lector tiene que hacer esfuerzos para entender algunas viñetas y darles sentido. Por suerte, esto sucede en escasas ocasiones. Ahora bien, desluce un poco el trabajo.
Seguramente esté siendo excesivamente crítico con este trabajo. Al fin y al cabo, tal y como indica el propio MacLean en su web, ha sido nominado a los YALSA award. Por otro lado, ha trabajado para multitud de casas editoriales tales como Marvel, DC, Warner, Hasbro, etc. Todo eso da muestra de su calidad y buen hacer.
En definitiva, estamos ante un trabajo de ciencia ficción con elementos llamativos y tópicos recurrentes. Una obra con aire manga, pero sin el impacto visual de este tipo de cómic. Un cómic apocalíptico que nos recordará mucho a otras obras previas y que, posiblemente, nos desconcierte en ocasiones.
Por Juan R. Coca