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Marco Chiarini: "Los únicos que te pueden ayudar a realizar un sueño, son los que lo comparten”

 
 

Por Luis Muñoz Díez.

Fotografías: Joaquín Fernández. 

 

 

Marco Chiarini es el creador de El hombre cerilla (2009) que define como “una fabula sobre el poder de la imaginación y el mundo de los sueños, donde la fantasía campa a sus anchas en una realidad mágica, en que cualquier cosa es posible”.

 

Para leer esta entrevista hay que estar sobre aviso del carácter del director italiano, una verdadera fuerza de la naturaleza. Inasequible al desaliento, como comprobarán si continúan leyendo, que se toma su trabajo con tesón, paciencia y altas dosis de humor.

 

Es un hombre afable con un carácter muy mediterráneo que te coge del brazo cuando quiere que le prestes más atención, te saluda con afecto y te abraza al despedirte.

 

Asisto a la proyección de El hombre cerilla (2009) en el Instituto Italiano de Madrid que está alojado en un palacio de la calle Mayor, junto a su hermano mayor el Palacio Real. En un encuentro en que todo es agradable, nos convoca Iván Barredo, que hace una labor entusiasta para la difusión del Cine, en nombre de Sherlock Films y de los responsables del Instituto Italiano que nos reciben en sus salones y nos agasajan.

 

Hablo con el director sentado en unos sillones tapizados en blancos y negros de diseño de los sesenta del pasado siglo, en el lateral de un escenario, instalado en lo que debió de ser un salón de baile del palacio, está la sala de proyección. Marco Chiarini brinda con una copa de vino tinto, después bebe a sorbos cortos, saboreando.

 

 

¿Es tu primera película?

-El director responde a mi afirmación con una pregunta, al verme con una grabadora en la mano- ¿Es una entrevista para radio?

 

No, es para una revista, Culturamas, la grabo para después transcribirla…  

…puedes cortar, inventar, fabular, lo que quieras, con que yo quede bien es suficiente.

 

Procuro ser amable con mis entrevistados, Marco, y procuro poner sólo lo que ellos dicen. Así,  permito que se luzcan,  respiren o naufraguen con sus propias palabras.

-Marco entiende la broma, se ríe-. Por favor, pon una nota para aclarar en que tono decimos cada cosa.

 

No te preocupes, he escrito muchos guiones y me cuesta escribir un diálogo sin una anotación al lado.

No era preciso romper ningún hielo y la entrevista no partía de cero, después de la proyección el director, sobre este mismo escenario, fue sacando de una especie de caja de Pandora una serie de artilugios para explicar como había hecho los efectos especiales. Lo que en otro hubiera sido una simple explicación, Marco Chiarini lo convirtió en un monólogo cómico, y ya me había reído con el director durante la sesión de fotos.

 

 

La película es mágica, Simone se pone alas de ángel, hay una caja donde guarda  luciérnagas y los cerdos vuelan y hablan,  pero eso oculta otras necesidades.

Sí, a Simone le falta el abrazo de su madre, y busca el de su padre.

 

¿El hombre cerilla es la complicidad con su madre?

Sí, y al final la encuentra en su padre, cuando éste acaba viendo al hombre cerilla.

 

El planteamiento de la fábula es la de un padre y un hijo que suman dos, por lo que no están solos, pero los presentas como dos seres desamparados. La madre ha muerto, esa soledad la achacas a la falta de la figura femenina.

El padre, después de la muerte de la madre, se siente incapaz e incapaz de educar a su hijo, intenta mostrarse duro, incluso lo ata con cuerdas para que no se escape, porque quiere que el niño se fortalezca y crezca.  Vemos cómo le enseña a luchar, a defenderse de los otros niños después de ver cómo el personaje de Rubín le pega, y él no se defiende, y yo sé lo que es eso.

 

¿Te pegaban los otros chicos de pequeño?

-Se ríe y reconoce que sí, más con el gesto que con el “sí” cantarín que pronuncia- Un día me enfadé tanto que se acabó -recuerda el hecho como algo zanjado de lo que se resarció en su momento y continúa hablando de la película-.  El  padre de Simone no es una persona dura, está vencido -hace un silencio antes de volver a hablar-. Cuando se entra en una casa en donde se han quedado dos hombres solos se nota enseguida la falta de la figura femenina, y esta ausencia es patente.

 

¿Crees que un hombre no dispone de la magia necesaria para crear un entorno confortable para educar a un hijo?

En cualquier ámbito, bien sea de seres humanos o el de los animales, el amor y el cuidado lo proporciona la madre y el padre entra después en la vida de sus hijos. En los seres humanos entra a los doce o trece años, y dentro de la existencia de un niño antes sólo está la figura femenina, que es la más importante. Un hombre puede llevar adelante la educación de un hijo él sólo, pero siempre falta la presencia femenina, pero tampoco   hay que verlo como una tragedia.

 

Chiarini está tan sensibilizado sobre la ausencia de la madre en una casa que le quiero preguntar si le faltó pronto su madre, pero yerro y le pregunto lo contrario: ¿Tienes padre?

– hace un silencio- No, mi padre murió cuando yo tenía once años.

 

Es curioso, el padre de Marco murió cuando el cifra la edad en que un padre empieza a adquirir importancia, o igual precisa esa edad porque es cuando el lo echó en falta.

 

¿Se notó en tu casa esa ausencia de padre o una madre puede cubrir más funciones que un padre solo?

-hemos tocado un tema delicado y se nota por la respuesta casi entrecortada, y yo mismo formulo la pregunta con cautela-  No, no puede hacerlo del todo y se vive con esa falta. Es como si se sobrevives comiendo sólo carne o pescado, no mueres, pero te falta algo, son complementarias las dos cosas. Te falta siempre algo.

 

Te confieso que mi pregunta tenía un componente muy personal y me interesaba por esa ausencia de la figura femenina que flota como una nube gris sobre la película. Y me interesa porque mi madre murió muy pronto.

¿Se hizo cargo tu padre? -ahora es Marco es el que me pregunta-

 

Sí, sí que se hizo cargo. 

¿Y notabas la falta de tu madre?

 

Sí y siempre, en las generaciones posteriores los papeles de padre y madre se han hecho más similares, pero en mi casa siempre se notaba. Íbamos peor vestidos, faltaban detalles, cierto confort. Pero los hombres hemos cambiado mucho.

 

Por un momento se ha establecido una complicidad, como si al intercambiar la confidencia sobre nuestra orfandad nos hubiera acercado en lo personal pero alejado de la película y le pregunto: ¿Por qué el hombre cerilla me recuerda a un personaje de la película animada Yellow submarine (2008), basada en la canción de The Beatles, y que fue dirigida por el animador canadiense George Dunning?

Sí, en la película, cuando Simone va a visitar a tío disco, un personaje que necesita poner un disco para que se oiga su voz, está la imagen de ese personaje de la película animada.

 

 

Incluso el colorido de la película me recuerda a esa estética pop-caranavi de los sesenta londinense.

Son colores saturados, con muchos contrastes, y en el doblaje he procurado que hubiera un sonido “Pinocho”, como a madera. La película está ambientada a principios de los ochenta, no tienen Internet ni tiene teléfono móvil. Elegí estos años porque un niño ahora, aunque viva en el campo, tiene un móvil.

 

La película no la vamos a destripar, es una fábula mágica, con moraleja, que se puede apreciar a cualquier edad. Donde hay enanos, hijos gigantes, niñas que se funden en las imágenes del televisor que ve el padre, los nombres indican su carácter fantástico: Armando Armario, Socram, Tío Disco, Manos Grandes, que hace la sal fina moliéndola con sus grandes manos, come sólo pipas de girasol y tiene el poder de que a quien tapa los ojos con sus grandes manos, teñidas de color mercurio de tanto moler sal,  revive un instante  del pasado, y claro, el hombre cerilla.

 

 

¿Algún personaje tiene algo más de ti que el resto?

No sé, quizá Socram, que va vestido como me vestía mi madre cuando era pequeño, con chalequitos como los que se ponen los pensionistas cuando van cobrar su pensión.

 

¿Cómo se vive con el hombre cerilla desde 2004 hasta hoy, 19 de diciembre de 2011?

-Ahora sí que se ríe- Ha sido un camino largo, largo. En 2004 una gran casa de producción italiana rechazó mi historia, pero escribiendo algo bastante feo, preguntando “¿y qué pasa con la mujer cerilla?”. El guionista me dijo que me fuera a Ámsterdam, que era donde vivía él, para trabajar, adaptar el proyecto, para rodarlo nosotros solos, porque ninguna productora se iba a interesar por un proyecto tan personal, y yo era un director desconocido. En 2005 escribimos la versión definitiva para poderla rodar con poco dinero, y en junio de 2005 se publica el libro, en agosto y septiembre rodamos la película, a finales de septiembre terminamos el rodaje, y no tenemos ya ni un euro, ni  siquiera un céntimo, nada -enfatiza el último nada y se ríe recordando la situación-. Cuatro meses y ni un céntimo, todo el proyecto parado. Entonces echo mano de los amigos y empiezo a trabajar cuando ellos pueden, es una historia que nos ocurre a todos, si no tienes un productor detrás es como si tienes que levantar una casa y no tienes dinero, la haces los sábados y los domingos y pidiendo ayuda a los amigos de verdad. Si tienes un sueño y lo quieres realizar las únicas personas que te pueden ayudar son los que comparten contigo ese sueño, y con ellos he trabajado tres años montando todo lo que íbamos grabando, y durante esos tres años fuimos poniendo la música, el sonido, pedacito a pedacito. -vuelve a su tono de humor para afirmar- Mi película está toda doblada como le gustaba a Fellini, principalmente, y porque cuando comenzamos a rodar el actor tenía once años y cuando acabamos la película, Marco Leonzi, ya no era un niño. En 2009 la película estaba acabada y con ella asisto al Festival Giffonni, un  festival de Cine para niños muy importante, y la película gusta, pero después no pasa nada de nada -el “nada de nada”, Marco, lo dice mientras con los ojos mira al cielo en un acto de de teatral impotencia-. La película, tres meses después, permanecía en las latas y en diciembre ofrezco a un cine de mi ciudad estrenarla gratis -hace un silencio para aclarar-, y no iba nadie, ni gratis… Para llenar la sala tenía que llamar por teléfono a los amigos para que fueran. Luego ya la exhibía cobrando, pero llegó Navidad con su avalancha de estrenos y se acabó. La única publicidad que hacíamos era que poníamos el cartel de la película en los cines, al lado de las películas de éxito, donde iban muchos espectadores. Así que todo el que iba a ver Avatar veía el cartel de la película de El hombre cerilla.

 

¿Y cómo consigues llamar la atención para tener dos nominaciones para unos premios tan importantes como los David de Donatello?

Cuando has estrenado ya tienes derecho a que te voten para la candidatura de los David de Donatello, y aquí vino el siguiente problema, ¿cómo hacía para que vieran mi película las mil seiscientas personas con derecho a voto? Pues me dediqué a perseguir a las personas que tenían que ver las películas y vota -pone cara de decisión-, y yo les escribí uno por uno y conseguí no sólo una nominación sino dos nominaciones a los David de Donatello, una como mejor director novel y otra para los mejores efectos especiales.

 

¿Y ha funcionado bien en taquilla?

Como todo en esta vida ha sido un proceso lento, y he asistido a todos los festivales pequeños, grandes y pequeñísimos, para que se pudiera ver la película.  En Internet ha estado muy presente. He empleado una dedicación total y durante mucho tiempo, y tengo idea de seguir, de hacer juegos para niños: el juego de la memoria, y lo bueno de esta película es que si la ve alguien que trabaje con niños verá que hay muchas posibilidades para a hacer cosas.

 

 

Con estas palabras cierro la entrevista y nos despedimos el director, Marco Chiarini y yo  con un cálido abrazo. Le deseo lo mejor, porque una persona con este tesón lo merece, y recuerdo de nuevo el consejo “Si tus sueños están en las nubes, no los olvides, sólo necesitas ponerles patas”.    

 

 
 

El hombre cerilla (2009) se estrena en España hoy 23 de diciembre de 2011.

 
 

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