Crebinsky, surrealismo a la gallega
Por Alejandro Contreras
Los cuatro premios Mestre Mateo que otorga la Academia de Audiovisual Gallego, incluyendo un galardón a la interpretación masculina de Miguel Lira, sumados a los dos premios conseguidos en su paso por el último Festival de Málaga están consiguiendo que muchos cinéfilos se interesen por esta historia surrealista gallega estrenada recientemente.
Crebinsky (2011) arranca una noche de fuertes lluvias, en la que la subida del río termina destruyendo el pueblo donde viven los hermanos Crebinsky. Milagrosamente su casa es arrastrada por la corriente hasta terminar posándose en un punto perdido de la costa gallega. Junto a ellos se ha salvado su vaca Muchka, con la que compartirán una nueva vida aislados de todos y donde tendrán que aprender a sobrevivir por su cuenta aún siendo dos adolescentes.
Una década después, corre ya el año 1944 y los dos adolescentes ya se han convertido en dos hombretones. Feodor (Miguel de Lira) sigue llevando una especie de casco en su cabeza, tal vez por el trauma que le supuso ver como sus padres morían al caerse un árbol encima. Su hermano Mijail (Sergio Zearreta) aprovecha sus ratos libres para seguir esculpiendo en madera una reproducción de su vaca Muchka.
Su rutina diaria se rompe el día que su vaca Muchka desaparece y comprenden una búsqueda que les llevará de la costa la interior. Ellos que desconocen que el mundo está metido de lleno en la segunda guerra mundial, ni siquiera pueden imaginar que haya un comandante americano (Luis Tosar) estudiando si su playa es la mejor para hacer el desembarco norteamericano. Ni mucho menos que hay una división del ejército nazi liderada por un alemán (Oliver Schultz) y que cuenta con un falangista (Farruco Castromán) que van detrás de un tubo de wolframio que los hermanos Crebinsky cogieron de un soldado que murió en su playa.
Tras el éxito que tuvo Enrique Otero con el cortometraje Os Crebinsky (2002), ha retomado esa historia para crear junto a Miguel de Lira el texto de su primer largometraje. Largometraje rodado principalmente en gallego aunque también con partes en inglés (a Luis Tosar hay que recomendarle alguna academia para que su inglés quede más creible), alemán y español. Compartiendo productora con Doentes (2011), consigue ser la segunda película gallega en entrar en la sección oficial del Festival de Málaga 2011.
La película arranca con unos excelentes créditos animados que nos llevan al comienzo de un cuento que mezcla lo absurdo del mundo que se han creado los hermanos Crebinsky con la dura realidad que está ocurriendo a su alrededor. Para dar vida a esta historia el director ha contado con muchas colaboraciones de grandes actores como los gallegos Luis Tosar y Celso Bugallo, además de la participación de la estrella alemana Oliver Schultz que participó en películas tan importantes como La Ola (2008). En cambio, los dos protagonistas no están demasiado finos en sus papeles, que si ya de por sí son personajes pocos creíbles, sus interpretaciones poco ayudan a que empaticemos con ellos
Es de agradecer el poder disfrutar de una película que huye de las propuestas más convencionales, aunque a ratos le cueste mantener el ritmo para no aburrir al espectador. Es inevitable recordar a El milagro de P. Tinto (1998) al visionar esta película, aunque sin conseguir un resultado final tan redondo como el de Javier Fesser..
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