Cuentos de lo extraño, de Robert Aickman

Cuentos de lo extraño. Robert Aickman. Prólogo de Andrés Ibáñez. Atalanta. 350 págs. 23€
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Por Cristina Reglero
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En otro contexto, me parecería redundante decir que Cuentos de lo extraño, recopilación de seis relatos del autor inglés Robert Aickman, es un libro extraño. Lo es. Tanto como la mayoría de los sueños, como todas las pesadillas. Al igual que en ellos, avanzamos en plano subjetivo por un suelo que nos resulta familiar y hasta seguro, pero envueltos en una nebulosa que nos desorienta y tiñe el ambiente cotidiano de extrañeza. Cierta sensación de intemporalidad. Una banda sonora traicionera, que no tiene como base un acorde de violín chirriante o dos notas que nos avisan de la inminente llegada del monstruo asesino (¿acaso hay monstruo?). Es una música tranquila, casi relajante…, pero no nos relajamos. Desconfiamos de la calma, algo falla en la escena. Aickman consigue crear una atmósfera que, en aparente tranquilidad e incluso con cierto viraje hacia lo poético, nos hace sentirnos incómodos. Una radiofrecuencia invisible y molesta.
Los personajes de Aickman son en apariencia normales, a veces incluso genuinamente normales. Pero, al igual que ocurre con la atmósfera que los rodea, hay algo en ellos que no nos encaja.  El autor nos va dando pistas, nunca las suficientes: pinceladas, imágenes, alguna palabra fuera de lugar…, dejando que nosotros, lectores, saquemos nuestras propias conclusiones. Mención especial merece la construcción del protagonista en Nunca vayas a Venecia, extraño sueño que trata sobre la soledad, sobre el estar lejos.
Robert Aickman es un autor casi inédito en España a excepción de estos Cuentos de lo extraño y Páginas del diario de una joven, editado también por Atalanta. Para el diseño de cubierta se ha elegido una foto de Inka Martí, titulada Water Shadow. Esto es Cuentos de lo extraño: agua, en apariencia, cristalina, y una inquietante sombra en ella, tal vez una terrible amenaza, tal vez un producto de nuestra imaginación.