Entrevista a Miguel Gonçalves Mendes, director de 'José y Pilar'
Por Julio Vallejo.
El documental José y Pilar (2010) va más allá del simple retrato de la relación de José Saramago y la periodista Pilar del Río durante los últimos años de vida del escritor. El largometraje del portugués Miguel Gonçalves Mendes es, sobre todo, una celebración de nuestro paso por este mundo a través del día a día del literato luso, fallecido el 18 de junio de 2010.
El cineasta muestra a un escritor octogenario que, acompañado de su inseparable esposa, intentó aprovechar hasta el último minuto de su existencia. La cinta nos muestra, entre otras cosas, su trabajo en su residencia de Lanzarote, sus numerosos viajes para promocionar su obra o apoyar alguna de las múltiples causas en las que el literato se implicó, y el gran amor que sentía por su esposa, una mujer de carácter inquieto y enérgico que contrastaba con la personalidad sosegada de Saramago.
Gonçalves Mendes logra un precioso documental en el que ha invertido nada menos que cuatro años. El propio director, a su paso por Madrid, nos cuenta cómo fue la experiencia de filmar a un escritor, militante comunista y ferviente ateo, que nunca dejó indiferente a nadie.
¿Cómo se te ocurre la idea de rodar un documental sobre José Saramago y Pilar del Río?
La locura no fue rodar un documental sobre ellos, sino hacerlo durante cuatro años (risas). Desde mi adolescencia, he sido un gran fan de José. Básicamente, de forma muy primaria, quería conocerle y pensé que hacer una película era la mejor manera de hacerlo.
Hace diez años, en mi primer documental, que abordaba temas como la relación Portugal- Galicia y la palabra Saudade, le pedí a José que me leyera un pequeño fragmento de “Memorial del convento” para poder usarlo como voz en off. Así empezó nuestra relación.
Años más tarde le envié un mail para decirle que quería hacer un documental que fuera un retrato intimista de su relación con Pilar. Él me contestó que no, alegando que no quería que hiciera un trabajo sobre su intimidad. Fue entonces cuando le expliqué que la idea no era hacer nada voyeurista ni un “Gran Hermano” de sus vidas. Yo lo que quería mostrar es lo que suponía ser un premio Nobel en nuestros días, y lo que era asumir casi una función de pop star con todo el circo mediático que eso conlleva. Todo ello teniendo en cuenta que era una persona con más de ochenta años de edad.
¿Cómo conseguiste que la pareja te permitiera acceder a su vida privada?
Creo que, de alguna manera, engañé a José y Pilar, porque pensaban que el documental iba a ser un asunto de una semana o dos, como otros que se han hecho sobre ellos. Sin embargo, yo pretendía lograr una relación de amistad y una gran confianza para llegar a un punto de verdad. Para eso necesitaba tiempo.
Empezamos grabando actos públicos y viajes. Fue entonces cuando hablamos, nos fuimos conociendo y terminamos convirtiéndonos en amigos. José percibió que lo que yo quería no era lo mismo que los periodistas normales, que se fijaban más en una frase sobre el comunismo o la Iglesia, mientras que a mí lo que realmente me interesaba era mostrar su cansancio o cómo se dormía en una conferencia junto a Gabriel García Márquez. Básicamente, quería huir del documental tradicional sobre el hombre y la obra. Puede que la película tenga una función pedagógica, pero a mí no me interesaba eso; lo que yo quería era mostrar a una persona que sabe que su tiempo se está acabando y lo que eso significa para él.
“José y Pilar” no es tu primer acercamiento a la vida y obra de José Saramago. Además del documental al que te referías anteriormente, has realizado también adaptaciones de “El viaje del elefante” y “Pequeñas memorias”. ¿Cómo es adaptar a Saramago?
El proceso de adaptación es algo muy complicado. Hitchcock decía que era imposible adaptar buenos libros y que la única manera es adaptar los malos para poder añadir cosas.
En relación a El viaje del elefante o Pequeñas memorias, lo que he hecho son pequeños vídeos que no son estrictamente adaptaciones; más bien son juegos de imágenes con las palabras de José. Sólo creía lograr cierta atmósfera con ellos.
Hablando de adaptaciones, ¿qué te pareció “A ciegas (2008)”, la versión cinematográfica que Fernando Meirelles realizó del libro “Ensayo sobre la ceguera”?
Cuando leí “Ensayo sobre la ceguera”, y lo hice varias veces en distintos idiomas, pensé que era un libro inadaptable. Fernando lo hizo y, por tanto, es posible. Yo creo que el problema de la película de Meirelles es su intento de contar muchas cosas en poco tiempo. Lo que te puedo decir es que aquellos de mis amigos que vieron la película y no leyeron la novela piensan que el libro es realmente increíble.
¿Piensas que otros libros de Saramago son susceptibles de ser adaptados?
El libro más cinematográfico quizá sea “El evangelio según Jesucristo”. A mí personalmente me encantaría adaptar “Manual de pintura y caligrafía”, un libro que es muy autobiográfico, y “Todos los nombres”, que pienso que es donde Saramago logró su mayor grado de depuración.
¿Pensabas que, como ha ocurrido, te iba salir una historia de amor más emocionante que las clásicas de Hollywood?
Pienso que es algo más que una historia de amor. Quería huir del típico documental tradicional y construir algo que fuera casi ficción.
Cuando enseñé a José el primer montaje de tres horas y media estaba temblando, porque en la película hacía que él se enfrentara a su propia degradación física. Sin embargo, él me dijo: “Algunas veces tenía dudas de lo que estabas filmando, porque no entendía el interés que podría tener, pero creo que has hecho algo más que una película sobre nosotros dos; has hecho una película sobre las relaciones y la vida”. En efecto, ése era mi objetivo.
José y Pilar (2010) se estrenó en España el pasado 28 de enero de 2011.
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