Langui: “Hay que hacer adulto al rap”

Por: Marisa Nocea

“Hola” es tu primer disco en solitario. Sacas este nombre porque comentas que es la palabra que más escuchas a lo largo de un día pero, ¿tiene algún significado especial para ti?
Sí que tiene un significado especial, porque para mí “hola” es el comienzo de una comunicación. Un “hola” puede ser un saludo cordial, y es una palabra que me ha llevado a conocer un montón de historias a lo largo de estos años. Desde que salgo por la mañana y vuelvo por la noche es la palabra que más repito, y debido a mi trabajo lo digo mucho a lo largo del día. El “hola” es un comienzo a escuchar y a conocer. En cierto modo la gente que me sigue de la música se va a acercar a mi disco porque llevo mucho sin publicar uno de estudio, entonces esto es un “tú me has estado contando a mí a través de las redes sociales y por la calle. Hola, ahora déjame que te cuente yo a ti”.

El tema “Padre e hijo” lo has grabado junto a tu hijo Hugo. ¿Fue fácil de grabar o tuviste que echar paciencia?
Que va, ha sido muy espontáneo. Desde el 2008 tengo el estudio de producción en mi casa, entonces mis hijos vienen de la calle y lo primero que hacen es dejar las mochilas y venir a darme un beso al estudio, aunque esté grabando y tenga que cortar la toma. Hugo, el mayor, tenía entonces 3 años cuando llegó al estudio. Yo tenía una base y se puso en el micrófono a hacer el tonto y yo me puse con él, sin boli y sin papel con la pista abierta, a rapear sobre las cosas cotidianas nuestras. Dejamos la canción y al cabo del tiempo pues Hugo ha crecido y toca la batería, o se pone a grabar con algún amigo del colegio… Entonces con 6 años le dije de hacer la segunda parte de esa canción para ver el cambio de voz tanto suyo como mío. Fue otra tarde mágica, pasando del boli y del papel, y demás. Hugo ya rapeando con un nivel y el resultado es una canción muy entrañable que a la gente le está gustando mucho.

¿Te gustaría que también se dedicara a la música?
Hombre, la música es bonito, porque te lleva a un sentimiento al crearla y creas un sentimiento en quien la escucha. Pero lo que me gustaría es que el día de mañana sea un tío con inquietudes y tenga principios y valores, que si le gusta algo, sea una carrera o un hobbie, vaya por ello con decisión. Que sea líder de los buenos, que agarre el toro por los cuerpos, investigue y luche por ello.

La Excepción colabora en este trabajo. ¿Hay proyectos futuros juntos?
Sí, seguro. Ahora me tengo que centrar en este disco porque quiero hacer algo grande, pero estoy deseando de hacer algo con La Excepción. En rap se da mucho eso de que los cantantes de los grupos hagan discos en solitario, otra cosa es que el grupo se separe, que no es éste el caso. La Excepción sigue, aunque llevamos desde 2008 sin meternos en un estudio a grabar un disco y ya hay ganas.

También colabora en este disco Andrés Calamaro, con quien ya trabajaste en 2010. ¿Cómo surge esta unión?
Esto viene de conocernos en una noche madrileña cenando, y al terminar me dijo que al día siguiente me fuera al estudio, que estaba grabando. Fui al día siguiente y estaban en el que sería su próximo disco. Me dijo que tenía un tango, “te extraño”, y un rock, “cliente muerto”, y que dónde me apetecía meterme para hacer algo y ver la mezcla. Pensé que el rock y el rap son primos hermanos para reivindicar y decir las cosas por su nombre, pero yo tengo inquietudes musicales y todo lo que sea moverme fuera de lo mío me parece interesante. Rapear en un tango era algo que me inquietaba y empezamos a verlo él y yo en Madrid. Luego agarré “Cliente muerto”, el tema de rock, y empezamos a construir la canción que incluyo en el disco, que es reivindicar y decir las cosas por su nombre a la industria de la música, las multinacionales que siguen siendo una lacra en la música. También las de la luz, agua, gas… que nos tienen exprimidos: si matas al cliente que te paga, cliente muerto ya no paga.

Tienes muchos proyectos: música, televisión, libros… ¿Este disco era una prioridad ante lo demás o no había prisa?
Cuando podía hacía algo. Estaba activo a nivel estudio porque llevo casi cuatro años trabajando por las mañanas en EuropaFM, entonces parte de mi trabajo ahí es crear raps para los oyentes. Estoy en el estudio muy activo, pero luego tenía que ir a presentaciones, rodajes y demás y no tenía ese tiempo en el estudio para mí, porque el tiempo que quedaba era para estar haciendo las canciones con mi hijo, con Calamaro, “A caída y media por día”, “Heart”… Todas las que están tocadas con músicas y bandas son las que he ido haciendo poco a poco y me faltaba el 50% del disco por hacer y no encontraba el hueco. Llevaba 8 años sin publicar y ya lo necesitaba, así que aproveché en este año un parón que tuve de rodar la serie que me coincidió con el parón de radio, entonces antes de empezar los conciertos de verano tuve 20 días y me encerré en el estudio. Me quise poner a prueba y hacer el 50% del disco pasando del boli y del papel, a desarrollar lo que tengo dentro y sacarlo. Es como un salto al vacío, sin intermediario, lo que en ese momento sale es de tu corazón: tu agilidad, tus lloros, tus risas, tus bloqueos, tus reacciones… Creativamente ha sido espectacular.

¿Son sentimientos comparables los que tienes al actuar que los que tienes al dar un concierto?
Es adrenalina. Cuando dicen “¡acción!” te entra un poco el gusanillo, porque tienes que meterte dentro de la piel de un personaje que no eres tu, y sin miedos ni complejos. Te entra una adrenalina como cuando tienes a miles de personas en un festival o en un concierto, donde tienes que salir y soltar lo que tienes dentro. Lo que te da el cine no te lo da la música, lo que te da la música no te lo da la radio, y éste no te da lo que un programa de televisión… Cada cosa y cada disciplina tiene algo que la otra no tiene, así que la variedad complementa.

Tienes varios premios: MTV Grupo revelación en 2006, dos Goyas en 2008, Nicolás Salmerón por Derechos Humanos en 2013. ¿Cuál te ha hecho mayor ilusión recibir?
Recibir un premio siempre hace ilusión porque es un reconocimiento. Cuando son premios que dan tras una votación del público como el de MTV, o como los Goya que lo dan los académicos… eso llena mucho, el Salmerón también hace un reconocimiento a tu carrera y siempre es bonito. Pero un premio es una figurita, solo es un objeto. Lo miras y recuerdas todo el esfuerzo que había detrás, y tiene que servir para sacar más ganas para el siguiente proyecto.

Creciste en los 80. ¿Cómo ha evolucionado el rap en España?
Pues ha sido una evolución grande. A día de hoy es la música que más se demanda en la calle, en los directos y en las redes sociales. El único paso es que a los medios de comunicación aún les sigue costando hacerlo sonar en las radiofórmulas. Parece que prefieren tener a la población adormilada con otros tipos de música. Pasa un poco como con los cantautores de la época. En el rap no sólo hay reivindicación, también hay canciones de amor, como “Paseando por Manhattan” de este disco. Dentro de lo que es el rap sí que ha crecido mucho, algo ue también aporta Internet. Todo el mundo puede hacer rap con Internet, y no voy a ser yo quien diga lo contrario porque yo en su día también lo hacía como podía. Ahora tienes una gran gama a la que antes costaba mucho llegar, y ahora pues con un micro y una base puedes hacerlo. Los jóvenes tienen que hacer adulto al rap, y no lo digo por las letras, sino hacerlo en todos los sentidos como en la promoción, las entrevistas, dándole calidad a los videoclips… Dándole seriedad para que los demás lo tomen como tal.

¿Hay tiempo para gira?
Claro. Por el tiempo que ha tardado en salir y la buena respuesta que está teniendo la idea es hacer la promoción, intentar dar el mayor número de videoclips… La idea es llegar al 2016 fuerte para estar en los festivales nacionales y con un gran show como nunca has visto a El Langui. Cuando pase el verano, prepararnos para montar a principios una enorme en el Palacio de lo Deportes a principios de 2017. Esa es la idea, aunar a todo el público y los presupuestos en algo especial, en un escenario y un espectáculo como nunca has visto. Que cada canción te lleve a un mundo y una performance con un gran trabajo detrás.