Caperucita Roja
Caperucita Roja. Macmillan. Cuento original de los hermanos Grimm, ilustrado por Marta Antelo con coordinación editorial de Paz Barroso. Con álbum ilustrado, pistas y diálogos para escenificar el cuento; y teatrito con 3 decorados y 4 personajes.
Érase una vez una niña que vivía
en un pueblo junto a un bosque.
Su abuela le había hecho una capa roja
que usaba tan a menudo que todo
el mundo la llamaba Caperucita Roja.
Un día, su madre le pidió:
-Caperucita, por favor, lleva estos pasteles a casa
de la abuelita, que está enferma. Vete con cuidado
y no te entretengas por el camino. Ya sabes
que el bosque es muy peligroso.
-No te preocupes, mamá.
Tendré cuidado y no me alejaré
del sendero -dijo Caperucita Roja.
-¡Y no hables con extraños!
-añadió su madre.
La niña cogió la cesta de los pasteles
y se puso alegremente en camino.
Caperucita entró en el bosque
sin ningún temor.
Allí estaban sus amigos los pájaros, las ardillas…
Como iba contenta, se puso a cantar:
-Tralará, tralará…
De repente, apareció delante de ella un lobo enorme.
Pero como Caperucita no sabía que era malo,
no sintió miedo.
-Buenos días, Caperucita. ¿Adónde vas
tan temprano? -preguntó el lobo
con voz ronca.
-A casa de mi abuelita, que está enferma
-contestó Caperucita.
-¿Y qué llevas allí?
-preguntó el lobo señalando la cesta.
-Unos pasteles muy ricos
-respondió la niña.
-¿Está muy lejos la casa de tu abuelita?
-preguntó el lobo.
-A media hora de camino; al final
del sendero, junto a tres
grandes encinas.
«Mmmm, si lo hago bien,
me podré comer a las dos»,
pensó el lobo; y con su voz
más amable comentó:
-¿Has visto qué flores tan
bonitas crecen en este bosque?
-Sí, son preciosas -respondió
Caperucita-. Podría llevarle
un ramo a la abuelita…
Aún es temprano y no
me entretendré mucho.
-Pues adiós, Caperucita.
Que tengas un buen día
-se despidió el lobo.
Pero, buscando flores,
Caperucita se fue adentrando
cada vez más en el oscuro bosque.
Mientras tanto, el lobo corrió
velozmente hacia la casita
que estaba junto a las tres encinas.
Cuando el lobo llegó a la casa,
llamó suavemente a la puerta:
-Toc, toc.
-¿Quién es? -preguntó la anciana.
-Soy Caperucita. Te traigo pasteles. Ábreme
-dijo el lobo con su voz más dulce.
(…)
hola me gusto mucho tu cuento