Por Carmen Fernández Etreros (texto y fotografías).

Mañana fría e invernal en el centro de Madrid. En un despacho atestado de libros entrevistamos a Paul Viejo, editor de Diario de un escritor publicado recientemente por Páginas de Espuma. Una obra en la que ha pretendido en mil seiscientas páginas ofrecer  todo o nada del escritor Fiódor Dostoievski. Críticas literarias y sociales, artículos diversos, ensayos, cuentos… Dostoievski o nada. Todo o nada.

P. ¿Qué podemos encontrar  los lectores en Diario de un escritor?

R. Todo Dostoievski en el sentido de que no deja ningún tema sin tratar. No se pone límites de ningún tipo y cuenta lo que a él le va pasando y lo que está ocurriendo en Rusia. Aparecen artículos sobre la situación política de Europa, trabajos en los que está inmerso en ese momento. Para bien y para mal. No tiene un género definido.

P. Diario de un escritor era una publicación mensual que dirigía y coordinaba el escritor, ¿qué contaba en esas páginas el autor?

R. El periodismo en el siglo XIX era muy diferente al actual. Un príncipe fundó una revista mensual y contrató a Dostoievski como director y redactor. La publicación dura unos números, un año, pero tiene poca rentabilidad y tras numerosos desacuerdos deja de publicarse. Sin embargo el autor decide quedarse con el título y retoma la publicación como dueño director y redactor. Aunque la publicación sufrió pausas por motivos económicos, se convirtió en una cabecera donde iba el escritor “haciendo periodismo”.

P. ¿Qué has descubierto de Dostoievski en sus artículos, en sus opiniones?

R. Es curioso que he encontrado una parte interesante diferente de esos “mil demonios atormentados” que rodean la figura del escritor. Un Dostoievski burlón, satírico, irreverente… Una veta que ya habíamos descubierto en otras publicaciones como algunos cuentos humorísticos publicados por Newsky Prospects. Además descubro una gran autocrítica en su pensamiento, pasa por los temas y los reflexiona, los llena de matices… También aparece su relación con otros escritores de la época ya sea con detalles de la crónica social, dando detalles de su trato con otros escritores, quien le critica y quien no le dejó avanzar, o en su faceta de crítico literario de obras por ejemplo de Tolstoi. La crítica social como la excusa para la crítica cultural.

P. Hay lectores que sienten un cierto temor o quizás respeto a la figura de Dostoievski…

R. Parece que asusta enfrentarse al autor por las novelas, los temas… aunque ya he resaltado que tiene varias obras humorística. Evidentemente cuesta enfrentarse a un texto de no ficción, de un país que no es el tuyo pero va en cuestión de gustos y momentos. Dostoievski era un radical en el sentido de que emite juicios y puede ser radicalmente positivo por ejemplo para hablar de un libro. También hay que contar con que le interesaba la prosodia, transmitir mucha información y eso se traduce en un cierto descuido formal ya que por ejemplo no le preocupaba dónde caían las tildes…Su objetivo era dar prioridad a otras cosas. Me ha permitido además conocer otra faceta del autor porque en ciertos artículos se le escapan detalles referentes a la educación, la familia, los hijos…

P. ¿Ha resultado difícil recopilar tantos reportajes, ensayos, apuntes, artículos…?

R. Solo por el volumen ha resultado complicado. Ha sido difícil como cualquier trabajo filológico, intentar seguir las diferentes corrientes además en este caso siguen constantemente apareciendo papeles sueltos a lo largo del momento de recopilación, hay dudas sobre la autoría de ciertos documentos como nos pasó con un editorial. Además hemos contado con tres traductores y había que unificar en una única voz esa traducción.

P. Si Dostoievski hubiese vivido en estos tiempos, ¿le hubiese gustado escribir un blog?

R. Tal y como él funcionó en Diario de un escritor seguro que sí le hubiese gustado ya que su actitud es la misma, publicar lo que quisiera cuando quisiera sin limitación de tiempo ni de espacio. Dostoievski quería llegar a los lectores directamente y además le interesa mucho su opinión. De hecho hemos encontrado artículos completos a raíz de una carta recibida.