Entrevista con Hervé Palito, director artístico de la CND
“¿Quién conoce a los bailarines de la compañía?”
Por Ana Martos Carmona
Mientras todo el mundo se pregunta quién será el futuro director artístico de la Compañía Nacional de Danza, Hervé Palito, su actual director en funciones, desarrolla un programa en el que pretende dar todo el protagonismo a sus bailarines. Tras la salida de Duato espera que sean ellos la imagen de una compañía que cuenta con un estilo definido y que pretende evolucionar, pasando por un acercamiento al público y propuestas que incluyen la colaboración de nuevos creadores.
Innovación, creación e identidad son los pilares que conforman el proyecto del nuevo director, unas líneas de actuación que desarrolla en esta entrevista, en la que también nos habla de sus intereses, sus inicios en el mundo de la danza, su trayectoria, sus expectativas y la apuesta por la pieza ‘Noodles’ que se estrenará el próximo día 11 en el marco del Festival Madrid en Danza. Es el actual motor de la compañía, y desde su sede, mientras ultiman los ensayos nos enseña su trabajo y a su gente.
P- Hervé Palito ha sido coordinador artístico durante ocho años y conoce como nadie la compañía, supongo que no te ha sido díficil ponerte a la cabeza como director…
R- Es otra manera de asumir la responsabilidad, hasta ahora estuve asumiendo las decisiones de Nacho Duato y ahora yo tomo las decisiones, es otro planteamiento. Es un lujo y una suerte para mí como primera dirección estar en un sitio que conozco perfectamente, desde la oficina, los técnicos, los bailarines… conozco los problemas y las cosas a cuidar y a este nivel ha sido bastante lógico y simple, aunque ahora me implico más en todo.
P- ¿Cuál es tu mayor reto como director artístico en este momento?
R- Mi mayor reto… la diferencia de mi trabajo hasta ahora -como bailarín y coordinador artístico- era si a mí me gustaba el trabajo; si me gustaba el coreógrafo con el que trabajaba, su estilo. Ahora me planteo también que tiene que gustar al público, tengo esa consciencia de una propuesta que espero que tenga éxito, es otra manera de pensar.
P- ¿Qué ideas tienes para esta temporada?
R- Una de mis condiciones para aceptar este cargo era poder traer cosas nuevas. Yo tenía previsto dejar la compañía en enero. Le dije a Nacho que quería irme porque necesitaba cerrar un ciclo, seguir aprendiendo y tomar una dirección. Entonces, Félix Palomero (director del INAEM) me contactó y le expuse esta condición, sabiendo que a los bailarines también les apetecía experimentar nuevas formas de trabajo. Con Philippe Blanchard estábamos ya en contacto, él tenía esas fechas libres y yo tenía previsto hace años invitarlo a la compañía. Decidimos trabajar juntos y estrenamos ahora ‘Noodles’. Además, vamos a presentar dos piezas nuevas este año; una creación con Ángels Margarit en junio, y otra del coreógrafo sueco Alexander Ekman. La verdad es que estoy muy contento.
P- El programa que lleváis a Madrid en Danza incluye tres coreografías; dos emblemáticas de Nacho Duato; ‘Jardí Tancat’ ‘White Darkness’,y el estreno absoluto de ‘Noodles’ de P. Blanchard; ¿puedes hablarnos un poco de ella? Sé que llevais también un grupo al escenario que toca en directo…
R- Sí sí, es un grupo de música que no está en el foso, es un elemento teatral también. El trabajo de Philippe me interesó porque es una pieza que depende mucho de los intérpretes. Aunque el concepto es el mismo, hay partes que ha cortado y ha readaptado y el bailarín mismo hace parte de la creación. Se centra en cuatro temas; la violencia, el baile popular, la gravedad y las pinturas de Bacon. Durante el proceso de creación con Philippe el concepto ya existía, pero tuvimos que trabajar improvisando hasta encontrar la esencia de las cosas. Es muy interesante porque los intérpretes tienen una implicación diferente; no sólo ejecutan bien una coreografía; artísticamente están implicados también, y ahí es donde llega el momento mágico de la emoción… es un tipo de trabajo que a mí me gusta mucho.
P- O sea, que ellos además de interpretar toman parte en el proceso…
R- Sí, hay momentos de improvisación, una improvisación guiada que estamos trabajando todos los días. Es todo un trabajo que la compañía no está muy acostumbrada a hacer. Siento que ellos están atravesando de todo, hay momentos muy duros psicológicamente, porque no se trata de ejecutar únicamente lo que te dicen; tienes que decidirlo tú…y eso tiene tu propia visión, hay un trabajo personal psicoanalítico que es muy interesante.
P- ¿Te gustaría ir también por este camino de probar cosas nuevas?
R- Sí totalmente, pienso que es una evolución personal también. Yo trabajé con mucha gente diferente y como no soy coreógrafo me enriquezco de esas maneras de trabajar, de ayudar y de plantearme cosas. Este año el público y los bailarines tienen la oportunidad de ver tres coreógrafos diferentes y estamos muy satisfechos.
P- ¿Por qué no eres coreógrafo?
R- Pienso que es algo que no se decide, en la música por ejemplo, tocar el violín en la orquesta no quiere decir que vayas a ser compositor. No necesariamente hay que venir de la danza para ser un buen coreógrafo; yo trabajé con Édouard Lock de La La La Human Steps de Montreal que no es bailarín y es un profesional fantástico, y Frédéric Flamand, director la Ópera de Marsella es un arquitecto… Hay que tener una visión, algo que decir, pienso que es importante saber dónde está tu talento y no pretender ser lo que no eres.
P- Y tu talento es…
R- Yo empecé a bailar y tuve lesiones bastante graves en la rodilla que no me han permitido desarrollarme mucho como bailarín. Bailé diez años pero me sentí limitado y Béjart me propuso ser su asistente, entonces empecé a trabajar.
Algo que me interesa mucho es la comunicación del ser humano; yo aprendo mucho trabajando con los demás. El día que empecé a dejar de trabajar en mi cuerpo, -sólamente en mí- y empecé a trabajar en los demás aprendí muchísimo. Buscas otras maneras; haces un ensayo con una persona y con el mismo material el ensayo es diferente, se trata de encontrar y sentir cómo adaptar el material a esa persona guardando la identidad, sin cambiar nada pero tratando de ver dónde está el foco… yo lo disfruto mucho.
P- Como docente que eres ¿qué valoras en un alumno?
R- Primero como artista tienes que tener algo que contar, y hay que tener pasión por la danza.
La gente que no la tiene generalmente no aguanta porque es demasiado difícil físicamente, hay que ser un poquito especial para ser bailarín porque son muchos dolores, muchos sacrificios. Es muy exigente y no es un plan de vida para siempre. Es un mundo bastante interesante porque hay una pasión que está ahí, y tienes que pasar por encima de muchas cosas que compartes con tus compañeros. Es bastante intenso, bastante rico a la vez.
P- Me has hablado de Béjart y me gustaría saber qué te ha quedado de él.
R- Yo trabajé 10 años con él y ha sido mi maestro, me dio oportunidades increíbles. Era una persona muy culta, cuando empezaba sus creaciones te dejaba libros para investigar. Hacía obras sobre Jung o André Malraux, y te enriquecía todo aquello. Después he conocido mucha gente con quien he evolucionado, pero la base que tengo viene de Maurice. He tenido suerte de tener un maestro, de recibir ese impacto artístico que te toca en la vida.
P- Tú venías de la música y de la gimnasia artística ¿cómo te iniciaste en la danza?
R- Yo quería ser pianista con siete años y hacía gimnasia porque me gustaba la acrobacia, pero era bastante intenso y me llevaba demasiado tiempo. Una amiga bailarina me llevó a una clase y después de tres meses una profesora del conservatorio me dijo que tenía condiciones y podía ser bailarín. Me di cuenta de que con mi formación de gimnasta y con mi educación de piano era bastante lógico llegar a la danza.
Hice solamente 2 años de escuela y conocí a Béjart cuando no tenía ningún contrato libre. Pasados 5 días en la compañía, se interesó en mí, me preguntó qué leía… Me dijo “mira yo tengo dinero de mis derechos de autor y mis cosas pero no tengo Rolls Royce, prefiero gastarme mi dinero con gente como tú” y me firmó un cheque de 2 meses de salario para darme la posibilidad de quedarme en la compañía. Con 19 años, entré en el primer espectáculo. Este hombre me dio una oportunidad increíble y poco a poco ha ido creciendo.
P- Me toca pregunta obligada sobre el cambio de director de la CND; el pasado mes de octubre se cerró el plazo de candidaturas y tú has presentado la tuya también, ¿qué crees que podrías aportar y cuáles serían los pilares fundamentales de tu dirección artística?
R- Mi idea es la de una evolución. Personalmente lo que me interesa es trabajar en una compañía contemporánea. La CND tiene una identidad que funciona, y sería una pena destruir lo que se ha conseguido poco a poco durante estos años para empezar de cero algo nuevo. A nivel financiero hay recortes y una compañía clásica cuesta muchísimo dinero.
No se puede hacer todo tipo de estilos, las compañías que hacen clásico y contemporáneo realizan algo más neoclásico, no es un contemporáneo en sí. Tienen en general 70 bailarines; 50 clásicos que tienen las condiciones y la técnica y 20 para las programaciones contemporáneas. Si tuviéramos todo este presupuesto sería posible, pero no hay esas subvenciones. Ahora tenemos 28 bailarines, habría que crear 30 contratos nuevos, no me parece que sea un buen momento para eso.
Pienso que es importante tener una identidad, hacer un poquito de todo de una manera superficial no te permite crecer. Si finalmente se fuera al clásico, la mayoría de bailarines que han elegido este estilo de compañía se acabarían marchando… no puedo afirmarlo pero me parece lógico; si has trabajado descalzo durante tantos años ponerte las puntas es difícil.
P- Es lo que te iba a preguntar, sobre el repertorio clásico que promueven los estatutos, ¿de qué manera se programaría un repertorio que abarque estilos tan diferentes?
R- Me encantaría que el abanico de creadores fuera el más amplio posible pero con una identidad. Yo entiendo el deseo del clásico, pero sería una pena destruir lo que se ha conseguido para hacer algo donde hay que empezar de cero. Pienso que lo mejor sería conservar el funcionamiento de esta compañía y además crear una compañía clásica si fuera posible. Cuanta más danza mejor, ¡yo encantado de que haya más danza en España!
P- En Holanda está el Nederlands con un estilo bien definido y también la Compañía Nacional Holandesa (Het Nationale Ballet) que abarca un repertorio clásico y contemporáneo…
R- Y está el Scapino también que es hasta más contemporánea que el Nederlands.
Pienso que nosotros tenemos un grupo de bailarines que se adapta más al tipo de trabajo contemporáneo. Si haces todos los estilos y te quedas en una superficialidad pierdes mucho, pierdes coherencia. Yo encantado de que haya clásico en España, pero hay que dar medios. Hacer una producción clásica sería comerse todo el presupuesto de un año.
P- La compañía joven CND2 ¿qué línea seguiría?
R- Los bailarines que salen de las escuelas no tienen experiencia profesional y la CND2 permite a los jóvenes adquirir tablas en el escenario. Lo que a mí me gustaría es que sirviese también para desarrollar colaboraciones con jóvenes creadores. En la compañía grande se trabaja con gente ya reconocida y la CND2 puede servir para los nuevos coreógrafos; para darles tiempo y medios para evolucionar.
P- ¿En qué proyectos anda el anterior director adjunto de la CND2 Tony Fabre?
R- Trabaja como freelance ahora y tiene propuestas para hacer una creación en Alemania y me parece que otra en EE.UU. Él quería gestionar su tiempo, tener espacio para él y seguir evolucionando.
P- Frases tuyas son “hay que hacer hablar de danza”; “es muy importante el papel de la educación para acercar al público”, ¿De qué manera piensas que se conseguirían estos objetivos?
R- Cuando estaba en la escuela nos llevaban a ver espectáculos de teatro, de danza y eso te pone pequeñas semillas en la cabeza. Me parece muy difícil sentir curiosidad por algo o desear algo si nunca has sentido nada, hay que empezar con los niños, con la educación. Ahí la CND2 podría tener un papel; programar en teatros matinés e invitar escuelas. Yo voy a dar una conferencia en la universidad por ejemplo, y con el Real, Fabrice Edelmann (director de la CND2), va a trabajar un dúo delante de alumnos con pregunta-respuesta, eso forma al público.
P- También la responsabilidad para acercar al público es de los profesionales de la danza; ¿qué estrategias estudiáis?
R- Pues hay eventos como La Noche en Blanco que quizás no sea lo más interesante, pero la gente está encantada. Si yo me quedo me gustaría hacer un evento un poquito más trabajado con esa idea de puertas abiertas; sería genial poder utilizar espacios como el Matadero por ejemplo. Nosotros tenemos un calendario bastante cargado y no podemos permitirnos tantas cosas así pero dentro de lo posible yo estoy abierto a todas las ideas.
También me parece fundamental que se conozca a la gente de la compañía. Hasta ahora el nombre de Nacho ha estado muy presente, pero ¿quién conoce a los bailarines de la compañía? No los conoce nadie y ellos tienen una responsabilidad muy grande en el éxito de la CND. Como cada año hemos hecho un calendario y hasta ahora sólo aparecían cuerpos, no veías a la persona. Este año quería dar protagonismo a los bailarines y hemos hecho fotos con primeros planos de sus caras, de manera que si pasas un mes con la cara de Clyde o de Luisa vas a conocerlos poco a poco. A mí me gustaría que la gente dijera “vamos a ver cómo baila Luisa en esa pieza”, que no fuera solamente el nombre del director o del coreógrafo -que es muy importante-; sino dar un poquito de protagonismo a los bailarines. Yo no quiero ser famoso, no me interesa, para mí lo importante son ellos.
P- ¿Cómo te imaginas el futuro de la compañía?
R- No sé, si yo me quedo quiero que sea un sitio de creación, de innovación, de identidad. Tengo una imagen de España bastante joven, bastante dinámica. En la arquitectura, la moda, la cocina hay bastante innovación y me parece que la CND puede tener este tipo de imagen de vanguardia, de creación. No tenemos que reproducir lo que se hace en el mundo.
P- ¿Algo que decir a los jóvenes creadores que quizás no cuentan con la visibilidad suficiente o los medios para poder exponer su trabajo?
R- Pues… ¡contactad conmigo!. Si yo me quedo, encantado de conocer, de mirar DVDs, de buscar. Es una decisión bastante delicada porque es una opinión personal, pero yo encantado de invitar a jóvenes a crear para la CND2. Hay que dar medios, si no se apoya la danza es difícil que se desarrolle.
Toda la información sobre la CND, en su página oficial
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