ArteExposiciones

Elly Strik: Fantasmas, novias y otros compañeros

Por Mariela Bargueño.

 

Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía

C/ Santa Isabel, 52

Del 21 de enero al 26 de mayo de 2014

 

Los amenazadores fantasmas de la humanidad inundan desde el 21 de enero las salas del Museo Reina Sofía, donde la artista holandesa Elly Strik ( La Haya, 1961), ofrece la muestra Fantasmas, novias y otros compañeros, especialmente concebida para las salas del Museo madrileño, y comisariada por el director Manuel Borja- Villel y Teresa Velázquez.

 

A través de las casi cien piezas en óleo y grafito sobre papel que componen la exposición, construida a partir de obra nueva y trabajos anteriores, la artista enfrenta violentamente al espectador con imágenes que entran a jugar con lo macabro, lo onírico y con altas dosis de imaginación. Artistas como James Ensor, Redon o Duchamp, vienen de manera inevitable a la mente durante todo el recorrido, un recorrido que parece iniciarse con una sala dedicada a Francisco de Goya, y que fue concebida tras varias visitas por parte de la artista al Museo del Prado y a la Ermita de San Antonio de la Florida, donde se encuentra gran parte de la producción del pintor español.

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En realidad, lo que el espectador va a encontrarse es una muestra de “recorrido” ( y contenido) extremadamente difuminado y etéreo. La holandesa presenta incluso a un Goya con vestido de novia, en lo que parece un casamiento junto a otro Goya, esta vez vestido de traje, evidenciando las metamorfosis de la identidad sexual en su collage Goya y Goya (2004), donde ambos “Goyas” vuelven la mirada muy misteriosamente.

 

Strik no sólo atraviesa el pasado para traernos al presente, sino que realiza un eterno juego de identidades ya no sólo femeninas/masculinas, sino también animales/humanas. A través de piezas como Fay Wray (2004) o Darwin (2007), la artista reflexiona acerca de la condición y la diversidad entre lo humano y lo animal, diseccionando y entremezclando valores supuestamente propios de una especie con los de la otra. Evidenciando así una convivencia de ciertas nociones ya establecidas que parecen dar sentido al concepto de cultura, pero que a su vez esconden aspectos ocultos y desconocidos de la civilización “humana”.

 

En este sentido, la intimidad cobrará un sentido público y lo público se tornará privado: piezas como Kollektives Gedächtnis (2006), donde una mujer desnuda aparece en compañía de un ser oscuro y amenazante, cual muchacha acechada por la inquietante sombra presente en el lienzo del noruego Edvard Munch, La Pubertad (1894); o el intrigante y provocador grupo The Bride Fertilized By Herself (2007-2008).

 

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 Elly Strik se adentra en lo más interno del espectador, enfrentándolo con imágenes masivas que recorren el ser, el misticismo, la brujería y la sexualidad. La multitud de rostros humanos que desaparecen y reaparecen en lo que, a primera vista, se asemeja a un manojo de líneas serpenteantes que se extienden, vibrantes, por el papel, y que van  desvelando ojos y bocas, volviendo a ocultarlos a continuación. Cadáveres macabros de colores intensos y contrapuestos, que hipnotizan y encantan tremendamente la mirada del espectador, y que lo emboban y hechizan frente a los mismos, al mismo tiempo que lo aterran y persiguen por toda la sala.

 

Son compañeros del inconsciente, extraídos del mundo de las pesadillas, del de los sueños, del mundo de lo real, y que juegan con la naturaleza del individuo perturbándolo y calmándolo a su vez con cercanías que son reconocidas, y extremadamente violentas al mismo tiempo.

 

¿ Quién o qué descansa en el Sofá de Freud (2007- 2012), ubicado en una de las últimas y más enigmáticas salas de la muestra, y que parece emular la famosa exposición 0.10  de Kazimir Malévich? Un fantasma, una novia y algún que otro compañero.

 

 

 

 

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