"El contenido del silencio" de Lucía Etxebarría: entrevista y reseña.
Por Benito Garrido
“La felicidad es estática, no se mueve. Son las historias tristes las que jalonan el camino de la vida y las que hacen avanzar.”
A propósito de su última novela El contenido del silencio (Editorial Planeta, 2011), hemos entrevistado a la escritora Lucía Etxebarría.
Lucía Etxebarría (Valencia, 1966) es una de las novelistas y ensayistas más controvertidas del panorama actual. Séptima de siete hermanos, estudió en un colegio de monjas y posteriormente se trasladó a Madrid, donde se licenció en Filología inglesa y Periodismo, y es donde actualmente reside. De entre sus novelas, que se cuentan por éxitos, podemos destacar Amor, curiosidad, prozac y dudas (1997), Beatriz y los cuerpos celestes (Premio Nadal 1998), Nosotras que no somos como las demás (1999) De todo lo visible y lo invisible (Premio Primavera de novela 2001), o Un milagro en equilibrio (Premio Planeta 2004). Ha trabajado como guionista de cine en películas como Sobreviviré o La mujer de mi vida. Y también ha cultivado el ensayo en obras tales como: En brazos de la mujer fetiche (2000) o Yo no sufro por amor (2005). Es Doctora Honoris Causa en Letras por la Universidad de Aberdeen, donde trabajó como escritora en residencia e impartió clases. Colabora con diversos medios editoriales y sus obras han sido traducidas a varios idiomas como el alemán, francés, italiano, portugués y noruego.
El contenido del silencio. Lucía Etxebarría. Editorial Planeta, Barcelona 2011. 432 páginas. 20,90 €
En un ejercicio narrativo arriesgado la escritora Lucía Etxebarría vuelve al thriller, pero ahora lo redondea con planteamientos psicológicos que llevan a una profunda reflexión sobre la dependencia humana, la pérdida, el amor y el abandono. La trama que tiene como eje central la desaparición del principal (y ausente) protagonista de la novela, se articula en torno a las sectas que el último siglo arrollaron la debilidad del ser humano, y los movimientos nazis que tras la guerra recalaron en España, más concretamente en Canarias, que con sus paisajes alcanzan también un destacado protagonismo. A través del hermano de la víctima, y de su catártico arco de transformación, nos acercamos a esos pozos del hombre que no nos atrevemos a enfrentar por miedo a perdernos, pero que finalmente nos hacen tomar conciencia de nuestra propia vida y de nuestros errores.
La historia comienza en Londres, donde Gabriel ultima los preparativos de su boda. Una llamada le sacará de ese ajetreo: su hermana Cordelia, de la que no sabe nada desde hace años, ha desaparecido en Canarias en lo que parece ser un suicidio ritual. Sin dudarlo un segundo se desplaza hasta Tenerife donde contacta con Helena, la que fuera mejor amiga de su hermana. La atracción que comienza a sentir por ella está latente desde el primer momento, lo que provocará en su mente choques y razonamientos inevitables. Juntos inician un viaje por Tenerife y Fuerteventura siguiendo la pista de Cordelia, que les llevará a contactar con el mundo de las sectas y las conexiones que con los nazis tenían algunas, a recuperar la verdadera historia de su madre, las razones de esa larga separación entre los hermanos, y a enfrentarse con sus propios miedos. Un viaje catártico que obligará a Gabriel a replantearse su pasado, su presente y su futuro.
La historia de estos dos hermanos es una concesión al silencio, a ese momento que muchas veces no queremos enfrentar, y que nos abre a la reflexión sobre nosotros mismos. Novela intensa que conjuga misterio y amor, manipulación y entrega, secretos y profundos deseos. Los personajes cautivan al lector desde la primera línea con sus caracteres a veces tan enfrentados y otras tan cercanos, haciendo evidentes las hondas carencias afectivas y dependencias emocionales que les marcan. Narración precisa y bien documentada, a veces cercana al testimonio, que engancha al lector hasta la última página. El que inicialmente fue un guión cinematográfico, ahora reconvertido en thriller de investigación psicológica, puede ser la novela más complicada de la autora, y quizás una de las más atractivas.
Entrevista:
P.- Detrás de un título tan poético se esconde una novela mezcla de géneros: misterio, thriller, amor, novela psicológica. ¿Cómo definirías tú el libro y qué te impulso a escribirlo?
Creo que es un thriller psicológico-romántico. Así escrito, me da la impresión de que he inventado un género nuevo… Es como una novela de Patricia Highsmith (autora a la que admiro) pero con algo que la Hisghmith no tiene: una historia de amor, y confianza en el género humano, pese a todo.
P.- Se trata de un libro de profundas reflexiones con las que el lector puede llegar a identificarse perfectamente: el deseo, el olvido, la pérdida, la distancia, los afectos… ¿Cómo lo haces para que tu escritura provoque esa empatía?
Aplico el método Stanislavski a la escritura, a partir de los siguientes parámetros:
– Concentración: responder a la imaginación aprendiendo a pensar como el “personaje” que estamos escribiendo.
– Trabajar con los sentidos: descubrir la base sensorial del trabajo; aprender a memorizar y recordar sensaciones, tirando de la “memoria sensorial” y/o “memoria afectiva”; aprendiendo a trabajar desde pequeñas sensaciones, expandiendo las “esferas de atención”.
– Lógica y credibilidad: partir de objetivos consistentes y coherentes, y combinarlos concibiendo el libro como un todo.
– Luchar contra la palabra ampulosa, siempre.
– La naturaleza del personaje y la propia muchas veces son contrarias, pero la emoción debe ser propia, aunque la situación no lo sea. Intentar vivir los sentimientos e ideas del personaje.
– Si quien va escribir ve por sí mismo/a aquello de lo que debe convencer al lector, conseguirá conquistar su atención con sus visiones, convicciones, creencias, con sus sentimientos.
– Una debe aprender a visualizar los sucesos de la vida del personaje, para que así, al escribir sobre ellos, comunique al menos una pequeña parte de lo que sabe acerca de los mismos. Yo no he estado en una secta, pero he investigado sobre ellas, he entrevistado, he estado en casas que albergaban grupos, y a partir de ahí puedo visualizar.
Tal y como hacen los actores yo vivo a mis personajes, y les transfiero mis propias emociones. Eso no quiere decir que sean situaciones autobiográficas, pero no creo en un personaje sin alma, tengo que escribir algo que yo pueda sentir y hacer mío.
P.- En tu opinión ¿qué tipo de gente es la más vulnerable para ser atrapada por un grupo sectario? ¿Son tus personajes Cordelia y Virgilio los modelos tipo del captado?
A cualquiera , a cualquiera, le puede captar una secta. Basta con que el contacto se establezca en un momento en el que el potencial captado se halle vulnerable psicológicamente, tras una pérdida grave o un cambio profundo en su vida. Cuando hablo de sectas no me refiero solo a Los Niños de Dios o la Cienciología. Movimientos católicos como los Legionarios de Cristo o el Opus Dei también son grupos sectarios. Y antes de que levante ampollas lo que digo, he de dejar claro que yo respeto enormemente el catolicismo y el mensaje original de Cristo, y que me he criado en una familia profundamente católica. Yo considero que La Cábala, La Cienciología, Los Kikos, los Legionarios de Cristo y el Opus Dei actúan como verdaderas sectas y sin embargo a nivel legal no lo son. Creo que en el concepto original de secta como “conjunto de seguidores que siguen CIEGAMENTE a un líder” lo importante de la definición es el adjetivo: ciegamente. En la novela se hace un paralelismo entre la relación de Gabriel con su novia, la de Virgilio en el marco de su secta ultracatólica, la de Cordelia con Heidi, y la de los seguidores del Tercer Reich. En todos los casos un individuo es manipulado para que reniegue de sí mismo y se entregue “ciegamente”. Creo que determinados partido políticos en nuestro país ya empiezan a actuar como sectas, la verdad. Pero en la novela lo que se intenta explicar es de qué manera una persona puede manipular a otra para anular su voluntad y su personalidad.
P.- Una de las cosas más atractivas que encuentro en tu libro es el arco de transformación de Gabriel a lo largo de la historia. ¿Crees que al ser humano en general le hace falta una catarsis como la del protagonista para cambiar su vida?
Sí. Precisamente ayer estaba leyendo un libro que se titula “Por qué esto, por qué ahora, por qué a mí” (un título fantástico que ya hubiera querido que se me ocurriera a mí) cuya tesis es exactamente esa: a veces hace falta un suceso muy grave, muy traumático, para atreverse a cambiar una vida, y a posteriori nos damos cuenta de que esa experiencia presuntamente horrible en realidad fue la puerta para tomar conciencia hacia otras cosas. No recomiendo de todas formas el libro porque se pasa de esotérico, en mi opinión, pero estoy de acuerdo al cien por cien con esa idea.
P.- Para mí era desconocido todo ese flujo de nazis que se dio en nuestro país y en especial por Canarias tras la segunda guerra mundial. ¿Ha hecho falta un gran trabajo de exploración y documentación para hacer creíble esta historia?
Bueno, yo ya sabía mucho de nazis. Era un tema sobre el que llevaba leyendo media vida. No tuve que documentarme mucho, puesto que ya me lo sabía todo. Por si acaso, seis historiadores, seis, revisaron el libro, entre ellos los de la Casa Sefarad en Madrid, para que no saliera con errores históricos graves.
P.- Eres una escritora de personajes muy bien dibujados y definidos según sus caracteres. ¿Qué buscas en el alma de un personaje para que enganche con el lector?
Que no sea plano, que sea poliédrico, que no sea blanco o negro, que se mueva en una amplia escala de matices de gris, que no sea ni malo ni bueno sino todo lo contrario.
P.- ¿Los premios literarios son claves hoy en día para abrirse camino en el mundo literario?
Estoy pensando en algún escritor español que se haya labrado una carrera importante sin premio alguno y solo se me ocurren dos nombres: Javier Marías y Bernardo Atxaga. O sea que sí, deben ser importantes.
P.- Han pasado ya casi quince años desde tu primer libro. ¿qué se gana y se pierde con los años?
Se gana sabiduría y perspectiva, y se pierde espontaneidad.
P.- ¿Cuáles son tus influencias literarias? ¿Te acuerdas del primer libro que leíste?
No recuerdo el primer libro que leí. Si puedo decirte que aprendí a leer con tres años. En casa de mis padres había una biblioteca inmensa, en varios idiomas, pues mi padre era un gran lector. Mis autores favoritos son: David Lodge, Patricia Hisghmith, Margaret Atwood, Doris Lessing, Galdós , Flaubert, Philip K. Dick, Ana María Matute, Esther Tusquets, Onetti… La verdad es que la lista sería inacabable. Leo mucho, siempre he leído mucho. De hecho, nunca he conocido a nadie que lea tanto como yo.
P.- ¿Nuevos proyectos a la vista?
No te respondo por miedo a gafarlos.
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