Generación Low Cost

Por Redacción Arte

 

Generación Low Cost

Alberto Sánchez

 

Centro de Arte Tomás y Valiente

C/Leganes, 51. Fuenlabrada (Madrid)

Lunes a sábados de 10 a 14 h. y de 17 a 21 h.

Domingos y festivos de 17 h. a 21 h.

Hasta el 15 de noviembre

                                                                                                                                                                                                                                                                                        Un viaje de mil millas comienza con el primer paso (Lao –Tsé)

 

 La figura del viajero, hoy tan cotidiana, fue un producto de la cultura ilustrada de finales del s. XVIII. El afán de conocimiento, espoleado por los avances científicos y el ansia racionalista, llevarán al hombre a rebasar sus límites geográficos en busca de lo diferente, lo exótico, lo desconocido. O lo que es lo mismo: redefinir la civilización saliendo a su encuentro fuera de ella.

 

En la siguiente centuria, esta figura se consolida y evoluciona, y al viajero romántico ya no le basta con observar, sino que se hunde, se funde, en el medio vital que recorre. De la importancia de la percepción visual pasamos a la preponderancia de la percepción interior. Y de la herencia de estos dos conceptos surge el ideal del artista-viajero.

 

Al mismo tiempo, en esta Europa decimonónica, surgen varias categorías estéticas de las que el artista se sirve para plasmar su experiencia: lo pintoresco y lo sublime. Lo pintoresco: la fascinación por la vida cotidiana. Una experiencia caracterizada por la sensación de complacencia asociada a la curiosidad y el asombro. Lo sublime, la sensación de pequeñez del ser humano ante la grandeza de lo contemplado. La naturaleza abrumadora, su magnitud e impacto frente a la que nos sentimos frágiles, finitos y mortales.

 

Del viajero decimonónico al contemporáneo las bases del juego han cambiado. La era de las telecomunicaciones y las posibilidades de la aeronáutica han revolucionado los conceptos de tiempo y espacio. Las categorías de lo exótico y lo remoto se han relativizado, las distancias acortado, y nuestra concepción de lo diferente muta en las coordenadas de una cada vez más elástica geografía. Así que viajar, en el sentido moderno del término, se ha convertido en la búsqueda de lo idéntico pero en escenarios distintos. Hoy evocamos paraísos a golpe de clic.

 

Con esta exposición queremos reflexionar sobre los mecanismos de la mirada del viajero contemporáneo, y rastrear lo que en ella hay de reciclado de aquellas viejas concepciones estéticas en nuestra manera de concebir el mundo que nos rodea. Viajamos más, y mejor, pero ¿miramos de manera diferente a cómo lo hacían nuestros antepasados? ¿Qué nos sorprende?, ¿qué cautiva nuestra mirada?, ¿qué hay de inmutable y humano en este mundo vertiginoso de cambios?, ¿cómo reaccionamos ante el encuentro con la naturaleza o la vorágine de lo urbano?, ¿con qué nos identificamos?

 

Alberto Sánchez, hijo de la “generación low cost“, personifica el estereotipo de este viajero moderno, que cámara en mano y el mundo a la espalda, colecciona grandes experiencias con presupuestos reducidos.

 

 

 

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