JUAN CRUZ: EGOS REVUELTOS en “EL CAPITÁN ARGÜELLO”
JUAN CRUZ: EGOS REVUELTOS (1) en “EL CAPITÁN ARGÜELLO”(2)
Por Chus Sanesteban Iglesias
Camino y escucho. A mi lado, Juan Rulfo. Normalmente tímido y callado, en esta ocasión, habla de su libro, “ A cualquier hombre no le suceden cosas de manera constante y yo pretendí contar una historia con hechos muy espaciados, rompiendo el tiempo y el espacio. Para ello busqué personajes muertos que no están dentro del tiempo o el espacio. No has hecho una entrevista cronológica. Las preguntas han ido surgiendo y así las has plasmado.”
Con el consejo de Juan, otro Juan me espera en una mesa. Es tal y como me lo había imaginado, sonriente, afectivo, amable. He ido a hacerle una entrevista, pero las interrupciones son incesantes:
-¿Quién fue la persona más importante de su vida? ¿Cuándo saldrá su próximo libro?
Juan Cruz: La persona más importante de mi vida fue mi madre; ella me educó en el relato, en la historia, en el respeto por el silencio, en la búsqueda de la armonía. Y mi próximo libro saldrá el 24 de octubre; será Viaje al corazón del fútbol y tiene como protagonista al Barcelona.
– El pasado 1 de julio se cumplieron 100 años del nacimiento de Onetti. Usted ofreció una conferencia sobre España y el escritor uruguayo, ¿qué destacaría de él?
Juan Cruz: Onetti es un personaje inigualado; todas las personas son inigualadas, pero en el caso de Onetti era, además, un hombre sin parangón; su escritura era una respiración interior, llena de humo y de polvo, de humedad y de preguntas. Era un río verde inabarcable.
-Mire, en la misma mesa de Saramago, está Sábato: “Siempre he vivido bajo una angustia semejante a la de Pessoa”; ¿ha tenido una vida difícil? , ¿sabía de su amistad con Don José?
Juan Cruz: Lo sabía; se encontraron, por último, en Lanzarote. A Sábato le producía mucha envidia la forma física de José. Se lo dijo a Elvira, su compañera, cuando acabó la visita: “¡Qué envidia, José, el vigor que tiene!” Par Sábato eso era muy importante porque era un hombre que le daba mucha importancia a la virilidad.
– Nueva interrupción. Alfredo Bryce Echenique viene a agradecerle su defensa ante las acusaciones de plagio. Cuando este escritor se despide, peruano errante, pregunto, ¿ no es profeta en su tierra?
Juan Cruz: Nadie es profeta, ni su tierra, ni en ningún sitio. Las profecías no existen, ni los hombres son profetas. Defendí a Alfredo y lo seguiré defendiendo, incluso de sus amigos que lo acusan de plagio. Su literatura está por encima de esos accidentes.
-(Una silla se mueve a mi espalda, me giro). Juan! en esta mesa está Julio Cortázar!. Impresionante humanidad con cara de niño. Está escribiendo, ¿qué cree que escribe?
Juan Cruz: Escribe unas cartas para revisar su relación con el mundo; en las cartas de los 70 y los 80 había mucha política; y han pasado tantas cosas que él ahora está revisando todos esos episodios para volver, urgentemente, a la literatura.
– Una señora se acerca. Pregunta a Juan el porqué del título de su libro, Egos Revueltos.
Juan Cruz: Porque los egos abundan en nuestro oficio; y son como bolas negras que impiden la conversación con la crítica y con la autocrítica. El ego es como una inmensa bruma; cuando el ego aparece el cielo de la literatura se embarulla, porque los egos siempre están revueltos.
– ¿Qué es para ti un día marcado de rojo?
Un día marcado en rojo es un día perdido. Si ya marcas el día lo inutilizas. Los días deben quedarse nítidos para poder nadar en ellos.
En ese mismo instante, Saramago pasa por la mesa y saluda: “Até amanhã “
Juan Cruz se levanta para despedirse. Pienso en el mar de las islas, en lo que me hubiese gustado que me hablase de él, en aquel restaurante tan peculiar, en qué siente cuándo respira, en qué ve cuando mira…Cuéntalo Juan.
Veo, cuando miro ahora mismo, una extensión enorme de mar; y ante mi veo una cantidad considerable de libros. Pero en este instante lo que veo es la risa de Jorge Luis Borges, una risa abierta, contagiosa, desde la cubierta de un libro que leí la primera vez que viajé a Buenos Aires. Cuando el avión descendía lo terminé de leer. Decía, al final: “Más allá del esplendor encontró la derrota”. En la edición hay una coma (,) después de esplendor. Creo que es un error de la escritora (María Esther Vázquez) o de quien revisó el libro. Más allá del esplendor encontró la derrota. Pues, sí; todos los escritores tienen ese porvenir.
Salgo y nadie me ve. “Até amanhã”
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[1] CRUZ, Juan; Egos Revueltos, Tusquets Editores, Barcelona, 2010.
[2] “ El capitán Argüello”: restaurante que llevaba el nombre de la barca con la que Carlos Barral recorría las costas de Cataluña. El restaurante lo abrió Danae, la hija de Carlos. En la actualidad está cerrado.