El informe Fante
Por Juan Carlos Vicente.
La historia de John Fante (1909-1983) a menudo es relacionada con Charles Bukowski. El viejo indecente solía gritar que era Arturo Bandini cuando iba ya muy borracho. Arturo Bandini era el alter ego literario de John Fante, un italoamericano de Colorado que desde muy joven quiso convertirse en escritor, y lo consiguió, aunque tal vez no del modo que él lo había escenificado en su cabeza.
El origen de Fante era humilde, una familia proletaria, con un padre albañil y unas creencias religiosas inculcadas al modo clásico, con la ira de dios siempre a punto de caer sobre ellos si hacían algo malo. Por supuesto Fante se hizo ateo, o eso creía él, ya que el conflicto religioso fue algo que estuvo presente en varias de sus obras.
Tras una época de empleos de carácter nada literario, consiguió que la revista The American Mercury publicase su relato Altar Boy, a partir de ese momento la idea de que podría ser un verdadero escritor, se apodera de nuestro joven Fante. La literatura pasa de ser un sueño pretencioso a convertirse en una verdadera obsesión. Fante necesita ser escritor y para ello necesita vivir como uno de ellos, por lo que se traslada a California con el deseo de empezar su bagaje como autor de novelas. En el barrio de Bunker Hill, situado en Los Ángeles vive en una pensión, la cual sería casi un icono para el antes mencionado Bukowski, el cual solía merodear por la zona para observar el barrio dónde su ídolo había escrito parte de sus primeras novelas.
La primera novela escrita por Fante es Camino de Los Ángeles, en la que un joven Bandini que vive con su madre y su hermana, decide independizarse y marcharse a Los Ángeles para convertirse en un escritor de éxito. Curiosamente esta novela no vio la luz hasta 1983. Cuando Fante se puso a escribirla recibió un adelanto para que la novela estuviese acabada en siete meses. El adelanto se esfumó y los siete meses se convirtieron en muchos más, acabando la novela en 1936. Sólo años después, cuando Fante murió, su mujer Joyce encontró el manuscrito inédito entre las muchas pertenencias de su marido, facilitando de este modo su publicación de forma póstuma. Esta primera novela no publicada, aparecería como la última de la tetralogía de Arturo Bandini y la ciudad de Los Ángeles.
La primera en ser publicada sería Espera a la primavera, Bandini (1938), novela que nos presenta a un Bandini aun adolescente que recibe las primeras bofetadas de la vida. Los rasgos que definirían al personaje del escritor aparecen definidos desde su niñez, la insatisfacción, el miedo, la duda religiosa y el amor idealizado, son constantes en la obra sucesiva de Fante. La familia como unidad, y como unidad que se rompe, es otro de los temas centrales de la novela, y con ella el desengaño y la perdida, la sensación de que el mundo no para de golpearnos. Quizás sea la novela en la que, la ternura y la furia interior del personaje, estén más equilibradas, tal vez como reflejo de la edad del mismo, llegando, en algunos momentos, a acercarse a la prosa poética.
La segunda novela publicada fue Pregúntale al polvo (1939) en la que un Bandini más mayor, y con un relato (“El perrito que ríe”) publicado en una revista, comprueba que la escritura es una carrera de fondo en la que la soledad y la incapacidad para escribir van unidas de la mano en más ocasiones de las que a uno le gustaría. En ella su relación con el mundo y con las mujeres (la historia de amor fou con Camilla) adquiere proporciones teatrales en las que Fante demuestra como el autor castiga al personaje con el ridículo. Este comportamiento de Fante con los personajes principales de sus novelas parece un reflejo de los conflictos que tuvo con su padre. Fante ha crecido, ahora él es el padre, el que debe controlar las acciones de sus hijos (literarios en este caso) por lo que impone su autoridad. La historia, como casi todas las de Fante, se debate entre el rencor provocado por el continuo fracaso y la ternura y la idealización de ciertos pasajes vividos. Pregúntale al polvo está considerada como la mejor de sus novelas, siendo la primera que reeditó John Martin cuando decidió recuperar la obra de Fante por recomendación de Bukowski.
La última novela escrita, que no publicada, de la saga de Arturo Bandini fue Sueños de Bunker Hill (1982). La novela, escrita por un Fante ciego a causa de la diabetes, fue dictada a su mujer Joyce y trata sobre los comienzos como guionista de cine en Hollywood de Arturo Bandini. La percepción de Bandini sobre Hollywood no es otra que la de pensar que es una forma de prostituir la literatura, el mismo se define como “una puta literaria”. Los días pasan y en los estudios no parecen mostrar verdadero interés porque los guiones se escriban, y mucho menos porque tengan una calidad literaria. Aunque ha conseguido que le paguen por escribir Bandini siente que en realidad está traicionando a su verdadera vocación, la de novelista. Esta sensación persiguió a Fante durante toda su vida.
Entre la primera y la última novela de la saga Bandini, aparecieron otros títulos que tuvieron una menor repercusión. El libro de relatos Dago Red, La hermandad de la uva o Llenos de vida son algunos de ellos. Llenos de vida (1956) merece una mención especial ya que coincide con la aparición de la diabetes y la paternidad en la vida de Fante. Se trata de una novela que fue llevada al cine, con él mismo participando en los guiones. En ella Fante aparece como padre y los conflictos clásicos de la paternidad se mezclan con los religiosos al querer su mujer bautizar a su hijo. En el cine los papeles de Fante y Joyce fueron interpretados por Richard Conte y Judy Holliday. La relación que tuvo con el cine Fante fue básicamente amable, no hubo grandes conflictos pero tampoco grandes éxitos. Alguno de los títulos en los que participó como guionista son: Dinky, Youth runs wild, My man and I, o la ya mencionada Full of Life (Llenos de vida).
En la obra de Fante, como en la de Bukowski, aparecen temas recurrentes, pero también aparecen nuevas versiones de temas ya tratados en obras anteriores. Así pues el personaje de Henry Molise, protagonista de Mi perro idiota, La hermandad de la uva y Un año pésimo, no es sino una nueva versión de un Bandini visto por un Fante más adulto. Los temas a tratar, la escritura, el mundo de los guionistas de Hollywood, la paternidad y los conflictos de autoridad, son los mismos que podemos encontrar en la tetralogía de Arturo Bandini. La diferencia reside en que el estilo de Fante se ha endurecido y se ha modernizado, algo necesario si tenemos en cuenta que han pasado más de cuarenta años desde su primera novela.
Es curioso que hoy en día Fante siga siendo un autor semidesconocido. Aunque el viejo verde siempre habló de su influencia, esta fue a nivel contenido más que a nivel estético. En realidad sólo se llevaban diez años, pero la obra de Fante, que nunca fue tan provocadora como la de Henry Miller (su Trópico de Cáncer apareció publicado en 1936) ni tan heroica como la de Hemingway, no obtuvo el suficiente reconocimiento como para llegar a Europa. Cuando obtuvo el reconocimiento deseado ya era demasiado tarde, Fante era mayor y estaba ciego y con partes de sus dos piernas amputadas. Estos últimos días de vida tienen un testimonio literario que merece la pena leer. Por una parte Bukowski habla de sus últimos días, en los que realizó varias visitas a su idolatrado Fante, en el libro Fragmentos de un cuaderno manchado de vino (Anagrama 2009) en un relato titulado Conozco al maestro, en el que aparece la familia de Fante al completo, incluido el hijo de Fante, que aparece como Harry. El otro testimonio literario de esos últimos días nace justamente en ese punto y su autor no es otro que Dan Fante, hijo de John, Harry en el relato de Bukowski.
Dan Fante sufrió durante años la obsesión por la literatura de su padre, su relación no fue fácil, pero Dan tampoco se quedaba atrás. Fueron años extraños en los que su padre se debatía entre la diabetes y su insatisfacción como novelista, mientras que Dan vivía en una vorágine alcohólica digna del propio Bukowski. La primera novela de Dan Fante, Chump change (en España en Sajalín, 2011) trata sobre esos días finales en los que su padre está ingresado en el hospital. La familia espera la llegada de la muerte, mientras que su hijo se esfuerza por intentar mantenerse en pie entre botella y botella de Perro Loco. Una espiral en la que Dan, a través del alter ego Bruno Dante, comienza un viaje de no retorno hacía la reconciliación con su padre y con su propia vida, acabando la novela con la muerte de su padre (John Fante) y su decisión de ganarse la vida con la literatura como homenaje a él. Todo un ejercicio de redención del que Fante estaría orgulloso. En una de las escenas de la novela aparece la misma situación que Bukowski narraba en su relato. Aquí Bukowski es simplemente “un escritor de Los Ángeles”.
El estilo de Dan Fante en realidad parece una mezcla de su padre y del viejo verde, la temática la misma, la necesidad de salvarse a través de la escritura.
En España la obra completa de John Fante y de Bukowski está editada por la editorial Anagrama, en sus líneas: Contraseñas, Panoramas de Narrativa y Compactos. LA obra de Dan Fante, del que de momento sólo ha aparecido su primera novela, está editada por Sajalín.